El jefe del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, anunció la semana la semana pasada, ante el Congreso de Diputados un paquete de recortes a las cuentas públicas, considerado el mayor ataque de la historia al Estado de bienestar de España. Con el objetivo de reducir 65.000 millones de euros en dos años, el líder del Partido Popular anunció la lista de «ajustes» un día después de que el Eurogrupo aprobara el rescate financiero a la banca española con un primer desembolso de 30.000 millones de euros. El aumento del tipo general del Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 18% a 21% y del tipo reducido de 8% a 10% ubica a España en el quinto puesto con el impuesto más alto de la Unión Europea. Rajoy eliminó la deducción del impuesto por compra de la primera vivienda, con lo que violó una de sus promesas electorales de 2011. El político de derecha redujo a 50% la tasa de reposición de la prestación por desempleo a partir del sexto mes de paro y aseguró que con esta decisión se estimula la búsqueda de un nuevo empleo, reseñó el diario español El País. Con respecto a las prestaciones sociales, explicó que «racionalizará el gasto en el sistema de dependencia, revisando el baremo y las prestaciones». A los funcionarios y altos cargos les eliminó el bono de navidad, medida que implica una reducción de entre 5% y 7% de la nómina brutal anual. Prometió que partir de 2015 los empleados públicos podrán recuperar una parte de esta bonificación a través del fondo de pensiones. Rajoy abogó por la centralización de la prestación de servicios y declaró que «el número de concejales se reducirá en 30%, de acuerdo con los tramos de población». También anunció la privatización «de los servicios asociados al transporte ferroviario, portuario y aeroportuario».
