En la solicitada expresan «apoyamos el modelo que comenzó en mayo de 2003 y que transformó una penosa realidad en cambios de enorme trascendencia como la liberación del FMI, el no endeudamiento, la política de derechos humanos, la defensa del mercado interno, las paritarias, el salario mínimo vital y móvil, la nacionalización de empresas públicas, los recursos provisionales, la movilidad jubilatoria y otras conquistas. Pero ello -agrega la solicitada- no significa que no reclamemos por lo que falta, o la profundización necesaria, por el diálogo y las explicaciones sobre la coyuntura». Ahora resulta que todas esas reivindicaciones se propone afrontarlas en sociedad con sus ex enemigos y nuevos aliados entre los que sobresalen Luis Barrionuevo, Hugo Biolcatti de la Sociedad Rural, la Mesa de Enlace, De Narváez y el Momo Venegas, este último un puente de lujo entre el camionero y las cámaras patronales agropecuarias que, como es de público conocimiento amenazan con nuevos lockout y movilizaciones contra las medidas impositivas que estudian los gobiernos provinciales. Otras voces, en ámbitos menos anti moyanistas, dicen que para entender los futuros pasos del camionero hay que tener presentes sus reuniones previas a los comicios con políticos progresistas como Pino Solanas y Hermes Binner, aunque la proclividad de estos dirigentes a rechazar de raíz al peronismo tradicional, educado en la verticalidad corporativa hace prácticamente imposible pensar en cualquier alianza electoral.
(1) La «Armata Brancaleone» es una película considerada un clásico del género cinematográfico llamado Commedia all’italiana, que retrata las costumbres de la caballería medieval a través de la sátira, mostrando a un joven aristócrata llamado Brancaleone (Vittorio Gassman) que, educado en el código ético caballeresco, debe reclamar una presunta herencia que consiste en un feudo. Para ello Brancaleone recurre al apoyo de un puñado de bandoleros mal armados y muy miedosos, que sólo buscan huir de las penurias del bandidaje sin correr grandes riesgos, y a quienes el fantasioso protagonista denomina seriamente «mi ejército» (llamado armata en italiano).