Europa hoy es lo que nosotros fuimos hace veinte años. Desocupación y miseria tendrán los laburantes por largo tiempo, -a menos que se gane la calle, pero esa es una larga batalla de avances y retrocesos.
Basta recordar las movilizaciones como demostración de fuerza al des gobierno que supimos tener. Carlos Menem ¿se acuerdan? Ese señor retacón, gracioso y perverso a la vez. Fue una década de derrotas. Privatización tras privatización mientras el «medio pelo argentino» aplaudía el dolar uno a uno: la mas burda zanahoria frente a la miopía clasemediera.
Antes de los 90, hubo otro momento de miseria y desocupación. Los años 30. La primer década infame. Los apellidos de los que se enriquecieron fueron los mismos, pero sesenta años mas tarde.
En 1945 se produce el mas grande fenómeno de masas. Nace la esperanza. Argentina se industrializa. Los obreros vivaban a un ignoto coronel. Fue una década virtuosa hasta que nuevamente los zánganos de la oligarquía desmontaron el Estado.
Volvemos a la rueda de la Historia: Segunda década infame. Hasta que el país implosiona. Crisis fenomenal. Breves presidentes que asumen y renuncian a las pocas horas. La represión en Plaza de Mayo es parecida a otras de antaño, como la Semana Trágica, bajo el mandato de Hipólito Irigoyen. La sangre derramada siempre es sangre obrera.
Pero desde el 2003, comenzamos a alejarnos de las puertas del infierno para transitar esta década de reconstrucción, de ideales setentistas, de justicia verdadera, de esperanza y felicidad. De compañeros con ocupación plena, con paritarias y también con sueldos en negro, la típica transfugueada patronal. Será cuestión de estar alertas. Que no aparezcan los destituyentes de la soberanía del pueblo. Los mismos apellidos. Habrá que seguir dando la batalla cultural. El 1º de Mayo no es día de fiesta. Es de conmemoración. El 1º de Mayo es de espíritu internacionalista. Porque no existe el capitalismo nacionalista. Para que no siga impune el asesinato del alemán, George Engel, tipógrafo, los periodistas Adolf Fischer, Alberto Parsons y August Vincent Theodore Spies, son los Mártires de Chicago. Asesinados en nombre del capitalismo y por el mismo imperio que en la actualidad sigue sembrando muertes y asolando pueblos. El mismo país que tiene un presidente que es premio Nobel de la Paz. El mundo no cambió, sigue el mismo cambalache.
El Libertador en Línea
