LA AGENDA Y LA VIDA

El oficialismo despliega su capacidad de gestión. Propone un modelo de país con presencia activa en un mundo en crisis y cada vez más complejo. La oposición, por su parte, demuestra una alarmante incapacidad para exponer propuestas concretas que le permitan al ciudadano saber qué sucedería si alguno de sus candidatos llegara a la Casa Rosada.

La falta de ideas es reemplazada por la búsqueda desenfrenada de sucesos de alto impacto, cualquiera sea su tenor y calibre. Para ello cuentan con su “pata comunicacional”, que es también su dirección política: los medios hegemónicos.

Cada día que pasa, las corporaciones mediáticas demuestran que la prioridad son sus intereses corporativos y negocios empresariales por encima del rol de informar.

No dudan en violentar normas elementales del periodismo para manipular los hechos de manera que todo retrate una Argentina autoritaria, corrupta, miserable y en decadencia.

Todo vale. Desde presentar como “arrepentido” a Sergio Shoklender, quien es investigado por graves delitos que tienen a las Madres de Plaza de Mayo como principales afectadas, hasta culpar al Gobierno Nacional de la tragedia ferroviaria ocurrida en Flores o del asesinato de Candela Rodríguez.

En su edición del martes 13 de septiembre pasado, el diario Clarín dedicó su página once completa al hotel donde se hospedó la Presidenta en París y a los supuestos lujos que le subvencionan “el Estado argentino y sus contribuyentes”. Sin embargo, no publicó ni siquiera un pequeño recuadro para destacar el reconocimiento de la UNESCO a las Abuelas de Plaza de Mayo.

Esta información, importante desde el punto de vista político pero imprescindible desde el rigor periodístico, se pierde entre una foto del hotel que tanto impresiona al diario, la descripción de pasajeros “con poderosas billeteras” y el costo de la suite presidencial.

La nota concluye calificando como “light” la visita presidencial a Francia, a pesar de que Cristina se reunió con el Presidente de ese país, Nicolás Sarkozy, recibió a la familia de Cassandre Bouvier y acompañó a Estela de Carlotto junto a un nutrido grupo de nietos recuperados a recibir la distinción otorgada por la UNESCO.

Clarín tiene derecho a calificar como “light” la preocupación por las víctimas y la lucha contra la impunidad. Es parte, en definitiva, de la cosmovisión de sus dueños. Su línea editorial. Lo que resulta difícil de compatibilizar con su obligación de informar es su apuesta a la farandulización y a la banalización de la política, incluso cuando ésta se ocupa de los derechos ciudadanos. Y mucho menos derecho tiene a desinformar.

En su ceguera y desesperación, este relato de la “realidad nacional” embiste incluso contra quienes no repiten al pie de la letra el guión que ellos escriben. Algo de esto le sucedió al gobernador de Santa Fe Hermes Binner, quien fue maltratado por políticos opositores y medios por negarse a participar del circo mediático que se montó con la invitación a Shocklender al Congreso. Los abanderados de la pluralidad no respetan opiniones divergentes ni en su propio seno.

En medio de tanta farsa y grotesco, el país real se asoma al mundo. Mientras en Estados Unidos el ajuste deja a 46 millones de personas por debajo de la línea de pobreza, el índice más alto desde 1993, y los países del denominado Grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se aprestan a socorrer a una Europa en caída libre, la Argentina tiene un presente reconfortante y una perspectiva alentadora.

Según estimaciones difundidas por la UIA la actividad fabril logró en julio una expansión interanual del 7,3 %. El mismo trabajo consigna que durante el segundo trimestre de este año las horas trabajadas y los obreros ocupados crecieron 2,7 y 3,4 % respectivamente.  A estos indicadores hay que sumarle que la deuda pública respecto al PBI se redujo del 166,4% en 2002 al 45,9 % en 2011.

“La única verdad es la realidad” reza una de las frases más recordadas de Perón. Su carácter práctico, en los tiempos que corren, no puede ser desdeñado. La agenda periodística que no da cuenta de la realidad está condenada a la indiferencia de las mayorías. Lo mismo ocurre con los políticos. Por eso, entre la agenda de la oposición político-mediática y las evidencias de la vida cotidiana, la mayoría de los argentinos elige, sin dudas, de acuerdo a sus propios intereses.

* Sergio Fernández Novoa es Presidente de ULAN y Consejo Mundial de Agencias de Noticias. Vicepresidente de Télam.

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