POR UNA LEY NACIONAL DE CULTURA

 

Lograr que esos puntos de cultura se articulen y se genere una integración cultural de los diferentes estados brasileños fue una de las premisas. ¿Para qué reinventar lo ya inventado por el pueblo? Apoyarlo, sustentarlo en el tiempo, fue la filosofía del Programa.

El Parlamento del Mercosur tomó la bandera y aconsejó a los gobiernos que lo componen a tomar este espíritu de los Puntos de Cultura y convertirlos en Ley.

En estos tiempos se están debatiendo en diferentes organizaciones sociales y culturales la Ley Nacional de Cultura. Las organizaciones nucleadas en Pueblo Hace Cultura piden el 0,1% del presupuesto nacional para fomentar las más de 3.000 experiencias culturales e independientes que existen en la Argentina.

En su documento consideran que las actividades vinculadas a la comunicación y la cultura involucran una porción muy importante del Producto Bruto Interno, y cubren un abanico amplísimo y diverso de acciones, desde las fiestas y festivales populares en cada municipio hasta todo lo vinculado con la edición de producciones audiovisuales, discográficas, literarias, las actividades escénicas, la actividad incesante de grupos, organizaciones, colectividades y entidades que desarrollan iniciativas culturales.

“Estas experiencias solo pueden encontrar un desarrollo sustentable mediante políticas públicas diseñadas en un marco legal e institucional definido por:

a) instancias de Democracia Participativa a nivel barrial, distrital, provincial y nacional,
b) el apoyo estatal a emprendimientos públicos no estatales a través de recursos, equipamiento, formación y fortalecimiento institucional,
c) la articulación efectiva con proyectos de Desarrollo Local y Economía Social en el marco de políticas de Democracia Participativa,
d) el impulso de una legislación que ampare y consolide a nivel local, distrital, provincial y nacional la producción”

En el mismo sentido “La Red Nacional de Teatro Comunitario toma los Puntos de Cultura como un hecho fundamental para su desarrollo y sustentabilidad. Por eso desde su accionar territorial va a trabajar para que éstos se conviertan lo antes posible en ley nacional.»

«Esto permitirá que la construcción cultural comunitaria cuente con una fuente de recursos genuinos integrada al presupuesto nacional”.

Para localidades distantes, como para todas las organizaciones culturales de la Argentina esta Ley Nacional de Cultura sería un impulso tanto para el desarrollo local de más experiencias territoriales como para el crecimiento de las miles que ya están funcionando, a pulmón, mediante diversos tipos de subsidios, siempre insuficientes, o que pareciera que deben ser mendigados con el poder de turno.

Lograr que los Estados, sin importar los gobiernos que lo impulsen, reconozcan la cultura como un derecho humano y pongan a disposición recursos para que las organizaciones de la propia comunidad se expresen y conviden una cultura de todos, con todos, es un paso a la transformación social.

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