POBRE RENDIMIENTO EÓLICO – SOLAR EN ALEMANIA


 

Mucho tuvo que ver con esa decisión, que el partido verde alemán –de neto corte ultra ecologista- formara parte de la coalición gobernante, y por ello impusiera esas condiciones. Esos mismos grupos de activistas fundamentalistas de la ecología, apuntaron sus cañones mediáticos en contra de las usinas nucleares, logrando primeramente frenar nuevas construcciones, y luego presionando para cerrar anticipadamente las centrales en uso, que por cierto son muchas y su importancia era destacada en la matriz eléctrica alemana.

 

Los hechos demuestran con contundencia que las promocionadas energías eólica y solar, han sido un gran fiasco, tanto en Alemania como en toda la Unión Europea. Algunos datos esenciales son demoledores, probando la falsedad extrema de los planteos de los sectores ultra ecológicos, que por “casualidad” o complicidad encubierta, son muy funcionales a los poderosos intereses vinculados con la generación eléctrica basada en hidrocarburos, así como los negocios de fuertes subsidios, con los que se ha mantenido la falacia de las “soluciones” de las energías solar y eólica.

 

·       Las usinas capaces de funcionar como centrales de base de cualquier sistema eléctrico, son únicamente de tres tecnologías básicas:hidroeléctrica, nuclear, termoeléctrica (esta última quemando combustibles fósiles).

·       Alemania y toda la UE ya utilizan todos sus recursos hidroeléctricos, por lo que no puede incrementarse, y con ello no puede cubrir los aumentos de la demanda.

·       Al desechar Alemania la opción nuclear (lo cual no es la postura de Francia, Gran Bretaña y otros países de la UE), era lógico considerar que solo le estaban dejando dos caminos para abastecer las partes sustanciales de los previsibles aumentos de la demanda eléctrica: a) quemar mucho más hidrocarburos –petróleo, gas o carbón-, b) aumentar sus importaciones de electricidad de sus socios comunitarios.

·       Las “afirmaciones” de los “verdes” y de algunos políticos incoherentes, que las energías solar y eólica “reemplazarían” a las centrales nucleares, han sido sepultadas por la contundencia de los hechos.

 

·       Alemania es más dependiente que antes de las importaciones de petróleo y gas de sus proveedores de África y Asia (de allí las urgencias de sus intervenciones armadas “pacificadoras” en Iraq, en Libia, y posiblemente en forma encubierta, en otros países productores o vinculados por oleoductos o gasoductos).


·       Debió aumentar sus cuantiosas importaciones de gas ruso, al punto de no dar abasto los gasoductos existentes, y necesitar otro, que por imperativos geopolíticos se construyó –con altísimos costos económicos y ambientales- en el gélido Mar Báltico.

·       Depende más que antes del suministro eléctrico de la UE, comprando energía nuclear que absurdamente se niega a producir fronteras adentro.

·       Como todo eso no alcanza, y dado que la cordura parece volver a imperar, junto con planificaciones de largo plazo, Alemania se volcó fuertemente a producir electricidad a base de carbón, mineral que posee en relativa abundancia, y que puede importar de vecinos cercanos, como Dinamarca, Francia y Polonia, entre otros.

·       Los rendimientos reales de las eólicas, fueron mucho menores que los estimados a priori. Las centrales nucleares, termoeléctricas (a petróleo, gas o carbón) y las buenas hidros que Alemania tiene funcionado, rinden entre el 80 % y el 90 %. Las eólicas se estimaron en 30 %, pero los datos reales muestran rendimientos del 16,3 %. Eso significa que cada 100 horas, los “ventiladores” solo trabajaron poco más de 16.

·       Los aportes de las solares han sido bajísimos, tal como la lógica indica, cubriendo bastante menos del 1 % del consumo –directamente, no mueven la aguja-.

 

Contra toda lógica y dejando de lado las conocidas limitaciones técnicas de las energías eólica y solar, el gobierno de Merkel anunció la “decisión” que para el 2020 las “renovables” (otra falacia conceptual impuesta por los lobbies ecolátricos), o sea las solares y eólicas, deberían cubrir el 35 % de la demanda.

 

En épocas de bonanza económica, poco importó a los europeos derrochar millones de euros, para subvencionar fuertemente sus programas de promoción a ultranza de las incorrectamente llamadas “energías alternativas”, error en el que incurrieron acentuadamente Alemania y España, y en menores escalas afectó las finanzas y los servicios eléctricos de toda Europa Occidental. Pero con la persistente crisis económica instalada fuertemente en la antes aparentemente todo poderosa Unión Europea, las absurdas subvenciones a fuentes de generación caras e ineficientes, como las solares y eólicas, se vuelven muy difíciles de justificar; e incluso en la aún creciente economía germana, los aumentos tarifarios del orden del 15 %, destinados a subvencionar bajísimos rendimientos de dudosas fuentes de generación “ecológicas”, se vuelven insostenibles.

 

Falseando la realidad, tal como usualmente lo hacen en Argentina, las ONGs de corte ultraecologista, omitieron intencionalmente considerar que las mentirosamente presentadas como “grandes soluciones energéticas” (la solar y la eólica), no solo son demasiado caras, sino que no sirven para operar como centrales de base, por la imprevisibilidad y las inmanejables fuertes oscilaciones que caracterizan a sus producciones de electricidad.

 

Dicho claramente, las energías solar y eólica son de muy baja calidad, por las oscilaciones de tensión, de voltaje y las distorsiones armónicas; que requieren ser estabilizadas mediante una fuente eléctrica constante; requisito que –técnicamente- solo cumplen tres tipos de tecnologías de generación: hidroeléctrica, nuclear y termoeléctrica 
(esta última quema combustibles fósiles, básicamente petróleo, gas o carbón…¿ecológicas?).

 

El suministro eléctrico se guía por las leyes de la física, donde 2 + 2 son cuatro, muy lejos de las abstracciones y teorizaciones fuera de contexto de sociólogos, filósofos u otros teóricos de las ciencias sociales, o de exaltados militantes del ecologismo duro, muchas veces devenidos en opinólogos que pretenden dictar cátedras en temas sobre los que demuestran saber poco o nada.

 

Sobre las falsedades de los impulsores a ultranza de las energías solar y eólica, y aún pese a “expresiones de deseos” de políticos ignorantes o muy mal informados (incluyendo a la muy cuestionable A. Merkel con sus declaraciones “ambientalistas”), en Alemania la lógica técnica echó por tierra las falaces especulaciones de los fundambientalistas, que contra toda lógica científica aún insisten en presentar a las “renovables” (léase solar y eólica) como las supuestas grandes soluciones.

 

Similares falsedades técnicas muy groseras, fueron presentadas como “verdades reveladas” por los activistas del ecologismo cavernario, que pergeñaron un muy mendaz “informe” titulado Escenario Energético Argentina 2030.

 

Lamentablemente, estas contundentes verdades técnicas, no gozan de la amplia difusión que sí les confieren a las poderosas ONGs transnacionales del ecologismo fundamentalista, y a sus entes asociados locales, que sin duda deben hacer valer sus poderosos presupuestos publicitarios y otras influencias varias, capaces de confundir o de cooptar voluntades.

 

En el caso argentino, la perversión de los mensajes del ecologismo cavernario es aún mayor. No solo atacan a la generación nuclear y a la hidroeléctrica, pretendiendo con ello dejarnos atados a la dependencia respecto a los hidrocarburos (bajo la falsa excusa de la “gran solución” de las energías solar y eólica), sino que también atacan a la explotación de los yacimientos gasíferos de esquistos, las únicas grandes reservas comprobadas que tenemos en este momento, con lo cual las ONGs ultra ecologistas, en realidad pretenden que seamos esclavos del abastecimiento externo de petróleo y gas, y con ello condenarnos al subdesarrollo crónico; el cual es sin duda el verdadero perverso objetivo de esas instituciones, que son verdaderas herramientas de los personeros de la globalización salvaje, la misma de las (des) políticas económicas nocivas de los años ’90.

 

El autor es:

Contador Público Nacional
Investigador de temas económicos y geopolíticos
Ex Investigador y Docente de la Facultad de Ciencias Económicas  (UNaM)
Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – Fac. de Ing. (UNaM)
Tesista de la Maestría en Gestión de la Energía  (UNLa – CNEA)
Docente de Economía – Esc. Normal 10 – Nivel Terciario
Docente de la Diplomatura en Geopolítica – Inst. Combate de Mbororé


El Libertador en Línea

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