EL MONOPOLIO TIENE MOTIVOS PARA INQUIETARSE

 

La presidenta sigue siendo la dirigente política con mejor imagen, seguida por Daniel Scioli y Hermes Binner y ganaría las elecciones nuevamente con casi treinta puntos de ventaja sobre el segundo, Binner. ¿Y Macri? En intención de votos, la desesperanza blanca aparece en el tercer lugar con tendencia declinante. La encuesta tira un dato clave: existe un fuerte acuerdo (90%) en cuanto a que el Estado debe estar presente regulando la economía. Es más, la mitad de la población dice que el Estado debe intervenir con intensidad. Al monopolio le sobran motivos para inquietarse porque la consultora IPSOS Mora y Araujo es una de las organizaciones internacionales de mayor envergadura en materia de estudios de opinión pública y se asoció con la empresa más tradicional de la Argentina, Mora y Araujo. 

Alianza trucha

El otro disgusto del monopolio tiene que ver con la Patria Sindical que navega al garete. Apostaron a la extensión del mandato de Moyano al frente de la CGT, quien optó por girar a la derecha franca en acuerdo con Clarín, el Momo Venegas, Macri, De Narváez y la Mesa de Enlace, más puntualmente con el líder «campesino» Eduardo Buzzi, la otra pata de la alianza «obrero campesina» que busca a cualquier precio constituir un frente opositor que desparrame veneno al por mayor, incluso inventando provocaciones como la que involucra a Víctor Hugo Morales. Como estará de confundida la derecha que llega al disparate de presentar a Hugo Biolcatti como un probable candidato de ese frente. ¿Cuáles serían los méritos que lo autorizan a aspirar a ese destino? La batalla contra la resolución 125/08 del Ministerio de Economía y luego el proyecto de ley para establecer retenciones móviles al agro lo colocó como una de las caras visibles de la Mesa de Enlace de las cámaras patronales. En aquellos tiempos de expansión del poder económico de la oligarquía, Biolcatti confrontó a cara limpia con el líder camionero con quien ahora se mira con cariño y expresan «coincidencias ideológicas y de bolsillo». Los portavoces de las corporaciones tuvieron el descaro de presentar a Biolcatti, Llambías y compañía como potenciales «estadistas del campo». Los cuatro jinetes del apocalipsis, cargados de odio y siempre dispuestos a debilitar al gobierno tuvieron su momento de gloria cuando el entonces vicepresidente Cleto Cobos pasó a la historia como símbolo de la traición.

Las cuentas claras
En este contexto, y como lo señala el diputado nacional Carlos Heller, hay que interpretar la cancelación del Boden 2012 como el cierre simbólico de una etapa donde la crisis financiera fue el corolario de la crisis del modelo neo-liberal que intentó mantener la moneda nacional atada al dólar, con una liberalización financiera que elevó drásticamente el endeudamiento en divisas y una liberalización comercial que barrió con gran cantidad de industrias y llevó a la economía nacional a una situación recesiva con altísimas cifras de desempleo y pobreza.

El corralito y luego el corralón, dice Heller, fueron la coronación de la crisis neoliberal cuya salida generó enormes costos financieros, un nuevo golpe devastador a la producción nacional (agropecuaria e industrial) y una brutal marginación social. En su mensaje en la Bolsa de Comercio, Cristina reconoció que se están pagando deudas que venían de otras gestiones pero sostuvo «la continuidad del Estado es una sola». La cancelación total del Boden 2012 que se realizó en ocho pagos anuales iniciados en agosto de 2005, resultó posible gracias a la combinación de la exitosa re estructuración de la deuda argentina iniciada en ese mismo año, la cancelación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional y una economía con alto crecimiento. Esa deuda pendiente del «corralito» devenido luego en «corralón» no se pagó con más deuda, sino que se utilizaron recursos genuinos (sostiene Heller) para cancelar los compromisos en el contexto de una decisión política de desendeudamiento, que permite una mayor independencia; una estrategia eficiente que fue y es fuertemente criticada por los analistas neoliberales.
En medio de una difícil situación económica internacional, la cancelación del Boden 2012 adquiere una gran relevancia ideológica, puesto que muestra los resultados de un modelo de crecimiento con desendeudamiento y mejora de la situación social comparado con las recetas del establishment que generan, en países ya altamente endeudados, un mayor endeudamiento por los déficit fiscales, que las políticas de ajuste no ayudan a resolver. Hay que tener en cuenta, sugiere Heller, que estas ideas no se restringen a los países centrales, muchas de ellas las leímos y escuchamos de políticos y analistas argentinos y ya sabemos a dónde nos llevaron.

El Libertador en Línea

 

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