Según Wikipedia, Monsanto «es una empresa proveedora de productos para la agricultura», entre ellos el glifosato, fabricado bajo la marca Roundup.
De datos extraídos en Internet, podemos saber que Monsanto fue fundada en Estados Unidos, en San Luis, estado de Missouri, en 1901, por John Francis Queeny. En sus comienzos se dedicaba a la distribución de sacarina, para luego continuar con el negocio de plásticos y resinas. En 1976 comenzó con la fabricación de herbicidas, actividad que constituye hoy su principal negocio, junto a la producción de semillas genéticamente modificadas, como la soja transgénica.
Por las consecuencias de la utilización del agente naranja en la guerra, es que el gobierno de la República de Vietnam, protestó formalmente frente al Comité Olímpico Internacional, porque en los Juegos Olímpicos que comenzarán el próximo 27 de julio en Londres, uno de los patrocinadores de dicho evento es la empresa Dow Chemical. En la plaza Trafalgar, en la capital londinense, también se han realizado protestas contra esta empresa, porque en 1984 un escape de gas tóxico de una fábrica de pesticidas perteneciente a una compañía, posteriormente adquirida por Dow Chemical, dejó miles de muertos y damnificados en la ciudad de Bhopal, India.
Inversión
Pese a sus antecedentes y a la protesta de las organizaciones que defienden el medioambiente en contra del uso del glifosato en las explotaciones agrarias, la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, expresó su complacencia por las inversiones que Monsanto planea realizar en la Argentina.
Lo hizo en el discurso que pronunció el 15 de junio en el Consejo de las Américas, y fue muy contradictorio, porque el día anterior, en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, la presidenta había tenido una muy buena intervención en relación al reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, frente a la delegación de los kelpers. En esa alocución, Cristina cuestionó a las potencias imperiales, cuando les propuso «¿Por qué no van a hacer un referéndum en Irak o Afganistán?», luego que el gobierno usurpador de las islas anunciara la realización de un referéndum para el año 2013, en las islas Malvinas.
Enfermedades
El documental de la francesa Marie Monique Robin, «El mundo según Monsanto», muestra diversos aspectos del accionar de esta firma, y se basa en el trabajo de investigación de la misma autora, por el cual ganó el premio Noruego «Rachel Carson Prize», en 2009, dedicado a mujeres ambientalistas.
Transgénicos
Monsanto no sólo produce el glifosato, sino que diseña semillas transgénicas, resistentes a ese producto, especialmente en soja y maíz.
Argentina cuenta en la actualidad con 19 millones de hectáreas de soja transgénica, el 56 por ciento de la superficie cultivada del país, y se calcula que se utilizan 190 millones de litros de glifosato, siendo la marca comercial más famosa, el Roundup, de la compañía Monsanto. El agroquímico tiene la propiedad de permanecer extensos períodos en el ambiente y viajar largas distancias arrastrado por el viento y el agua. Se rocía (vía aérea o terrestre) sobre los campos. Lo único que crece en la tierra rociada es soja transgénica, el resto de los vegetales absorbe el veneno y muere en pocos días.
Aunque la publicidad de Monsanto y otras empresas del rubro clasifica al glifosato como inofensivo para al hombre, estudios realizados por científicos argentinos del Conicet y la Universidad Nacional del Litoral, demuestran que el efecto de este químico sobre embriones «abre la preocupación acerca de los casos de malformaciones en humanos observados en poblaciones expuestas en zonas agrícolas».
Tristeza
Por ello, no puede alegrarnos a quienes deseamos un país con igualdad y equidad, pero también con un medioambiente sano, que sea la presidenta de la Nación, la que muestre su satisfacción por las inversiones que Monsanto está planeando hacer en Argentina.
Las madres de barrio Ituzaingó, víctimas de la fumigación de glifosato en el sudeste de la ciudad de Córdoba, tienen mucho para decir en esta historia, pues ellas no se dejaron contar «el mundo por Monsanto», y salieron a denunciar con valentía lo que estas grandes empresas desean ocultar.