HOY HAY FUTURO

De los calientes días de aquel no tan lejano diciembre del 2001,  quedaron muchas enseñanzas. Alguna vez este periodista tuvo la oportunidad de charlar con César Jaroslavsky. El «Chacho» venía de Cuba, tras su exitosa recuperación de una hernia de disco. Fue en 1992.  Ya llevábamos tres años del menemato que había comenzado la entrega del patrimonio nacional. Recuerdo, que la charla giró sobre el mandato del pueblo a la hora de votar y el «Chacho» dijo: «Los pueblos se equivocan a veces, pero se toman su tiempo para revertir el error». Dos años mas tarde se produjo la Marcha Federal, donde miles de argentinos provenientes de la Argentina profunda inundaron las calles de Buenos Aires. Una columna proveniente del Sur y otra, la mas numerosa proveniente del Norte. Al frente venía Carlos «Perro» Santillán, denunciando como empleado estatal, el desguace del Estado. Ya había pasado a la historia la maldita frase de «ramal, que para. Ramal que cierra». La realidad era solo negociados, entrega y «aguante». Palabrita que se transformó en todo un símbolo. Meses mas tarde, Carlos Saúl fue votado para su segundo mandato. Me seguía acordando de la frase del Chacho. El circo menemista estaba en pleno apogeo y solo quedaba el «aguante».

Pero el pueblo comenzó a cansarse. Cada vez eran más los desocupados que se amontonaban en los barrios. La salida del «kiosco» con la plata cobrada por la indemnización del «retiro voluntario»  dejó de ser tal cuando la competencia se fue ampliando con los otros kioscos de los vecinos de la cuadra. De aquellos años, solo quedó en pie la patria remisera. Con la llegada de la Alianza, no fue el pueblo quien se equivocó, sino sus dirigentes. Creyeron que con el resultado electoral «llegaban al poder». ¿Ilusos? ¿Incapaces? El poder se construye. Y el mas claro ejemplo lo dio un ignoto ex gobernador sureño, que al cosechar los pocos votos que le permitieron llegar a ocupar por cuatro años, la oficina de Balcarce 50, comenzó la gran tarea de remoción de escombros. Para despejar el camino y que Cristina Fernández pueda plasmar este presente. Reactivando la industria, achicando la pobreza, asegurando el porvenir de los jubilados, reconstruyendo el sistema ferroviario para conectarlo a los sistemas ferroviarios de los países hermanos. Hoy es palpable la unión ferroviaria entre Argentina y Uruguay y con Paraguay se avanza. Al fin de cuentas el Chacho Jaroslavsky, tenía razón. El pueblo tarde o temprano revierte su error.

Hoy podemos vislumbrar la esperanza en la patria toda. Hoy tenemos patria y no es para unos pocos es para todos los argentinos. Hoy tenemos proyecto de país. Quizás este periodista no este de acuerdo con el modelo capitalista, pero también tiene esperanza que esta instancia sea un escalón para llegar a la mejor instancia que es socialista. Y al socialismo hay que construirlo.

Hoy podemos decir que el federalismo se está reconstruyendo, lento pero firme. Si miramos el presente de la patria chica: Misiones, podemos decir que hoy hay futuro.

El Libertador en Línea

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