Nadie ignora que Guatemala es un país complicado en el que prevalecen los prejuicios, la mezquindad, la hipocresía, el conservadurismo y una moralidad religiosa que le sirve por igual a Dios y al Diablo y en la que la gente le tiene más fe al dinero que a sus propias creencias, porque estas últimas sólo son útiles cuando se trata de hacer desgracia al prójimo o para redimir las propias desgracias.
A Sandra Torres se le viene haciendo desgracia desde que Álvaro Colom tomó posesión de la Presidencia de la República. Y peor ahora con lo del divorcio, porque sus adversarios políticos y los columnistas de prensa y conductores de programas de radio y televisión que la adversan (bueno, en realidad la odian como buenos odiadores que somos los guatemalchapines) han cerrado filas, escandalizados, como soldados de la guardia papal en defensa de la moralidad pública.
Pero esos políticos, columnistas y conductores son los mismos que jamás se han escandalizado por la cantidad de madres solteras cuyos maridos han zafado bulto y que hoy muchas de ellas se benefician con los programas de Cohesión Social. Tampoco se han escandalizado por tanto campesino y tanta campesina (beneficiarios de aquellos programas) que sobrevive con salarios de hambre en empresas o en las fincas de militares, dirigentes políticos y (ojo con esto) columnistas de prensa y conductores de programas de radio y televisión. ¡Sí, así como lo lee! Más de la mitad de columnistas de prensa y conductores de programas de radio y televisión en Guatemala son terratenientes, empresarios o relacionistas públicos bajo de agua de terratenientes, empresarios y compañías transnacionales.
¿Se han escandalizado acaso por los miles o cientos de miles de hombres y mujeres que despiertan cada mañana sin recursos para desayunar? Los Comedores Solidarios han aliviado a miles de personas (particularmente en la Ciudad de Guatemala) que pueden desayunar con un Quetzal (Q1) y almorzar con Q3. Pero el escándalo no ha sido porque haya tanta gente sin trabajo y por lo tanto sin nada para comer.
Y en cuanto al matrimonio, estos escandalizados deberían (ya que se la llevan de “puritanos”) hacerse un examen de conciencia y preguntarse si no ellos y ellas se han casado por conveniencia en muchos casos y que en muchos casos no se divorcian por conveniencia mientras disfrutan con sus amantes en hoteles y moteles los fines de semana antes de ir a misa de domingo. ¿Y las leyes y la Constitución? Nadie ignora que aquí no se cumplen y que cada quien, según sean sus intereses y conveniencias, sabe burlarlas.
(*) Godo de Medeiros es Escritor. Guatemala, C.A.
