ELEMENTOS DE LOS MITOS TOBAS

Esta denominación se aplica a un gran grupo cuya cultura es muy semejante y donde los aspectos mitológicos presentan analogías homogéneas. Se cree que son parientes cercanos de los Mocovíes.

La obra antropológica titulada: “LOS GRUPOS ABORÍGENES” donde podemos encontrar variados artículos redactados por diversos estudiosos del tema; fue editada en la Provincia de Salta , en el mes de febrero del año 1977 y pretende esclarecer algunos puntos oscuros en los mitos, relacionados con los antiguos habitantes de los territorios CENTRO Y NORTE Occidental de nuestro país.

EL MITO DE SIWÓK  (pequeño pájaro carpintero)

Ijwáis (Sol) tenía una hija muy hermosa, pero la mezquinaba y quería que ella quedara siempre en su casa. Ijwáis salía muchas veces en busca de alimentos (especialmente miel) y se sentía muy molesto cuando su hija (Ijwála-slasé), comía toda la miel que traía, ya que él era gordo y goloso. Entonces el padre propone a su hija que busque a Siwók, que era un joven guerrero de la tribu, pero habitaba otra aldea, era soltero y el mejor melero de todos los tobas y le ordena que se junte para vivir con él.

Para cumplir con la orden de su padre, ella busca en la selva al joven, y lo encuentra cuando estaba meleando, espera que termine su tarea y le ofrece agua, que llevaba en un cántaro; al tiempo que le quitó los aguijones de las abejas, le lavó la cara y los brazos, le mojó la cabeza y durmieron juntos al pié del árbol. Al otro día, Siwók le entregó toda la miel que había juntado, con lo que llenó cinco bolsas de cuero de corzuela y abandonaron el campamento, para ir primero a la aldea del hombre, que era otro grupo, allí vivía la hija del sol. Llegaron a la choza del padre de “Carpintero” y a la tarde comenzaron a llegar los compañeros de Siwók; que se mostraron muy sorprendidos, por que él tuviera señora, ya que en esa aldea no había chicas casaderas.

En un momento de distracción de Siwók, otro de los machos, Tokjwák (al que se lo representa como un perro flaco) quiso forzarla, pero Ijwálaslasé, pudo escapar y se dirigió a casa de su padre, Sol. Para evitar que se diera cuenta de lo ocurrido, Tokjwáj se transformó y tomó las formas de la mujer. Pero Carpintero sospecha algo, porque “Perro flaco” no tiene habilidad en el uso de la aguja que se usa para despiojar y entonces llamó a su tía y le pide que averigüe si esa es su señora o Tokjwáj;  ella toma la forma de una hormiga y muerde a Perro flaco en los genitales, así Carpintero se dio cuenta que lo quería engañar y se dirigió a casa de Sol, para buscarla. Cuando llegó, Sol le dijo que podía quedarse, pero que a cambio del permiso, debía traer algo para comer, y le indicó un lugar por donde vivía un enorme tigre.

Así Ijwála creía que Carpintero se había muerto, pero este volvió y trajo la carne del tigre y su hermoso cuero.
Al otro día el suegro lo mandó a pescar, Siwók tomó su canoa y remo hasta que agarró un enorme pez, que todavía era pichón pero era mayor que un surubí; pero no volvió a la casa de su suegro. Ijwála salió a buscarlo y como no lo encontró, secó el agua del río. Cuando los habitantes de la orilla vinieron a quejarse, ella preguntó a todos donde se encontraba su esposo y por ese medio, pudo hallarlo y se fueron a vivir lejos.

El fundamento de este mito, aparece desde que el padre elige el marido para su hija. Al incorporarse al grupo familiar, los yernos son para los padres de la novia, como peones (iaka-wós), con su actividad debe contribuir a mantener el hogar.

Su capacidad queda demostrada al superar las distintas pruebas que le imponen y que debe llevar a cabo, para demostrar que tiene suficiente poder; independizarse del suegro y dirigirse a un lugar distinto donde formar su propio hogar y vivir una vida plena de felicidad junto a la mujer que lo eligió para que sea su compañero.

*  Este relato nos brinda una clara muestra del enorme valor que debe demostrar una persona para oponerse a los deseos y fuerzas de un jefe familiar, entre los componentes de esa etnia esto no es común, y tampoco frecuente.

La persona débil de carácter, el ignorante, los que no tienen reacción ante el bello canto de las sirenas, son los que casi siempre “dicen que SÍ”, porque viven aceptando todo aquello que les proponen. Su respuesta del Sí no es verdadera y tampoco comprometida.

Por eso sugiero que ante cualquier tipo de dudas, primero se aprenda a decir que No; un “No estoy de acuerdo con lo que plantea” o un reconocido No lo se;  creo que siempre será mejor que un infantil No quiero. 

Hay que reconocer sus condiciones para crecer

Hasta la próxima vecinos.

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