EL AVANCE DEL «YUYITO» COMO SI NADA…..

De aquella histórica votación en la madrugada del 17 de julio del 2007 en la que el vicepresidente Julio Cleto Cobos traicionó a su gobierno, a estos tiempos que corren, mucha soja se siguió plantando y muchas verdades ocultas afloran entre el verdor de sus hojas. Las retenciones móviles  en el marco de la resolución 125 sirvieron para mostrar a los golpistas de siempre. Los mismos apellidos a lo largo de los dos siglos de la patria.

Destino raro el de este «yuyito» que no es de estas pampas. La soja es milenaria y sus primeras plantaciones fueron en el este asiático. Y por esas coincidencias de las necesidades capitalistas, se plantan en el continente suramericano para ser exportada a China, o sea, al continente que la vio nacer.

En Argentina se intentó plantar a mediados del siglo 19 pero recién en la década del 50, durante el gobierno de la Revolución Fusiladora se comenzó a sembrar. Y el primer embarque se hizo durante el gobierno de José María Guido, que respondía a los militares golpistas que derrocaron a Arturo Frondizi. En la década siguiente (años ’70) el área sembrada de soja no superaba las 40 mil hectáreas.

Dos décadas mas tarde, en plena etapa menemista, la soja transgénica desembarca en nuestra patria de la mano de Monsanto y gracias a la decisión política del presidente Carlos Menem. A partir de entonces,  el sector agropecuario se enganchará al trencito feliz del monocultivo. Con el pretexto de los rindes y fenomenales rentas, comienza la era de los agronegocios. Sin importar si el glifosato es perjudicial a la ecología o no. Los que se quejen serán seguramente locos e ignorantes ecólatras borrachos del marxismo gramsciano. Y los que no tengan la más mínima noción de las ciencias políticas, serán pobres campesinos, vagos e ignorantes.

Son 19 millones de hectáreas las utilizadas para plantar el «yuyito», un poco mas de la mitad de los campos destinados al cultivo. Como la ganancia es enorme, en todos estos años hubo complicidades de funcionarios gubernamentales y empresarios.

En estos tiempos que corren, países hermanos como Brasil y Paraguay roturan sus suelos para la plantación venenosa. Cabe recordar que durante la crisis del 2001 con las retenciones a la exportación de la soja se pudieron implementar los planes sociales destinados a los pobres que parió el menemato.

Este periodista aún tiene en sus retinas el horizonte oleaginoso que se puede observar recorriendo la ruta nacional 16, entre las provincias de Chaco y Santiago del Estero.
Soja desde la banquina al horizonte.

Las provincias del NEA estaban fuera de la fiebre sojera. A excepción de Chaco. A los costados de la ruta, grandes plantaciones y empresas dedicada a la siembra directa, pequeños aeródromos para cobijar a los aviones fumigadores del venenoso glifosato.

En la localidad de Charata se observan dos realidades producto de la desigualdad extrema. Camionetas 4 x 4, grandes mansiones, únicas en la provincia. Hoteles, canchas de golf y la emigración permanente de los pobres hacia el conurbano bonaerense, buscando lo que no existe en su tierra. Trabajo.

En Santiago del Estero el panorama es paupérrimo. Los montes santiagueños derrumbados por las maquinas para darle lugar a la soja. Los empresarios de la pampa húmeda que desembarcan en la zona rural santiagueña para expulsar a los campesinos. En la ruta se percibe el olor al glifosato. En la ruta los pájaros se suicidan. Si. Es que perdieron su hábitat. La soja invadió. El glifosato espanta y se ven obligados a permanecer en la banquina siempre y cuando no este sembrada. Cientos de pájaros vuelan alrededor de los autos que circulan por la ruta. Muchos mueren embestidos. Cosas de la renta sojera, a la que poco le importa la Naturaleza.

El Libertador en Línea

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