ESPÍRITU SOLIDARIO

Espero que este espíritu de bondad toque los corazones de todas las personas, ya sean blancos, negros,  rojos, amarillos, cobrizos, mestizos mulatos y zambos, y que también lleguen en profundidad a aquellas personas que poseen poder de decisión, para que los resultados se ajusten a derecho  y el pueblo alabe a los gobernantes.

Y como toda buena expresión de deseos debe iniciarse necesariamente en primera persona del singular, entonces yo debe comenzar con los míos:
* Respetaré siempre toda legislación vigente.
* Aguantaré sin responder si soy objeto de una agresión.
* Contaré hasta (20) veinte… antes de reaccionar.
* Elogiaré todas las buenas obras, emanen de quien emanen.
* Procuraré que mis críticas…sean constructivas.
* Trataré de ser más paciente, tolerante y comprensivo.
* Buscaré ubicarme previamente, en la posición… “del otro”.
* Atacaré siempre las CAUSAS… Y no los EFECTOS.
* Escucharé atentamente todas las opiniones en disenso, quizás aprenda algo.
* No calificaré a los IGNORANTES. Ellos no necesitan más ayuda.
* Recordaré que siempre es mejor: “DAR QUE RECIBIR”

Voy a envolver estos deseos en un buen papel de aluminio, los rodearé con varias vueltas para que no quede fuera ni uno solo, y luego los pienso encerrar en un cofre de plomo, para guardarlo en un lugar profundo y alejado del ARCÓN; -Allí quedan encerrados las ofensas y los agravios  que me fueran formulados – Disculpo a los que me produjeron heridas espirituales – físicas o psíquicas… pero por las dudas pienso seguir sentándome frente al umbral de mi casa. Tal como lo indica aquel viejo proverbio Árabe; que ordena ser paciente, para observar como transita la calle el cortejo fúnebre de su enemigo.

Dicen los sabios que son los que en definitiva saben de todas las cosas que, la paciencia es la Reina de todas las virtudes y personalmente pienso que nosotros, las personas Adultas Mayores, aquellos que ya doblamos el codo de los sesenta años de edad, tuvimos que ir modificando nuestros comportamientos con el correr de los años y así, algunos que otros, lograron superar los trances y armarse de una sabia paciencia y volver nuestro espíritu solidario enfocado hacia todo lo que sean obras positivas, aquellas que cuando aparecen resultan ser de real beneficio para todos los que habitamos esta bendita provincia.

Por todo ello y en nombre de aquellos que siempre deseamos que hayan cosas buenas, expreso estos otros pensamientos:

  • Que se vayan esfumando las Pandemias y las endemias que azotan nuestra tierra roja.
  • Que disminuyan los robos, asesinatos, violaciones y accidentes de tránsitos.
  • Que en beneficio de los alumnos en edad escolar, aumenten los días de clases reales que se dictan en todos nuestros Establecimientos Escolares.
  • Que se redacte un Calendario Escolar perenne, concreto y correcto.
  • Que en paritarias generales se consensúen jornales éticos y justos para todos los trabajadores.
  • Que no se vuelvan a construir más represas que afecten nuestro suelo, SALVO QUE, los beneficios a obtener sean inigualables para la Provincia y sus habitantes y su construcción no afecte al medio ambiente.
  • Que nuestro pueblo recupere la perdida “Cultura del trabajo diario”.
  • Que se respete el democrático derecho a disentir, principal principio de una cultura política, sin correr el riesgo de ser agraviado por ello.
  • Que retornemos a una vida solidaria de paz y tolerancia entre los misioneros.
  • Que  todos los hogares cuenten con un techo seguro, que no lo afecte ni el sol fuerte, ni los temporales de fuertes vientos.
  • Que en  todas las casas,  las mesas tengan pan  para alimentarse, ropas para cubrir sus cuerpos, salud para cumplir con sus tareas y alegría para alabar al Señor.

Desde el año 1.615 en que se instaló en nuestro suelo la primera Misión Jesuítica, que cambió las costumbres de aquel pueblo feroz y guerrero y lo volvió de nómade a sedentario, haciéndolos previsores y fervientes católicos practicantes; incansables trabajadores en todos los ámbitos de la tierra y el aprovechamiento de lo que ella produce; y aún así supieron mantener con firmeza y voluntad sus ancestrales costumbres y retornaron a la guerra por defender sus hogares y su libertad, sus familias y el modo de vida adoptado, logrando preservar el eterno descanso de sus antepasados.
De igual manera, los misioneros actuales, a todo lo largo y lo ancho de nuestra provincia; elevaremos nuestras preces y oraciones en armonía, dirigidas al Ser Supremo, solicitando que nos bendiga a todos y a cada uno de los que vivimos en este portentoso suelo misionero.

Hasta la próxima vecinos.

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