El culebrón tiene su costado humorístico y una buena dosis de hipocrecía.
Por ejemplo, cuando Eduardo Duhalde dice que el candidato presidencial del PJ se llama Carlos Reutemann y el santafecino responde que el mejor candidato del peronismo es Eduardo Duhalde. Sin embargo, se dice que Duhalde ya se reunió a solas con “El Colorado” y le dio su apoyo en caso de que resuelva ser candidato a presidente, para lo cual necesita un pronunciamiento de la Corte Suprema. Otras voces en el mismo ámbito aseguran que, por ahora, el colombiano se conformaría con ser candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Duhalde se ríe de esas versiones que lo incluyen, en tanto sus voceros agregan “candidatos”, como para oscurecer el futuro cielo electoral. Solá, Macri, Reutemann y, por que no, Daniel Scioli han sido lanzados al mercado. Dicho sea de paso, el gobernador fue muy bien tratado por los 18 obispos bonaerenses que acudieron a su cita. Durante un acto de lanzamiento de su candidatura realizado en Luján, Solá formuló un par de precisiones ideológicas que tienen su miga. Por ejemplo. No vinimos a esta patriada del 28 de junio—enfatizó—para restaurar una nueva derecha en la Argentina.
Los íntimos dicen que la advertencia estuvo dirigida al líder del PRO. Dijo además que “es difícil que el peronismo lo acepte a Macri como candidato”. En medio de los palos tuvo palabras de elogios para Duhalde, al que le reconoció “su capacidad de articular al peronismo disidente”. Con todo, Solá está empeñado en armar un aparato electoral con fuerte respaldo financiero, razón por la cual la semana pasada estuvo en Rosario, donde participó del coloquio de Aspresid, la cámara de siembra directa de soja. Se dice que, hablando fuera del micrófono, el ex gobernador les prometió a los jefes de la cámara que, si llega a la Casa Rosada, eliminará de cuajo las retenciones al agro. La búsqueda de respaldo lo llevará, asimismo, a los Estados Unidos y Brasil.
Desde el PRO, el dirigente Daniel Amososo le respondió al ex gobernador en términos poco académicos: 1) El intento de encasillar a Mauricio en la derecha y lejos del peronismo refleja más que nada el temor que tiene el propio Felipe Solá por ver cómo se recicla de su paso por el kirchnerismo; 2) Lo que le preocupa a Felipe es el nivel de aceptación que tiene Mauricio a nivel nacional. Por eso recurre a este golpe bajo de intentar correrlo a la derecha; 3) Hay muchos peronistas que ven en la figura de Mauricio al candidato que puede sacar al país de la injusticia social.
Como todo culebrón que se precie en esta historia del internismo pejotista sobrevuela la sospecha de traiciones varias. En este ir y venir de candidaturas tan tempraneras que desconciertan al mejor analista, levantó su voz Chiche Duhalde. La propuesta de Lole Reutemann (“El mejor candidato a presidente es Duhalde”) sacó de caja a la esposa del gobernador, Chiche Duhalde: “Me cayó mal, fue una sorpresa. La verdad es que nos sorprendió de manera increíble (…) No sé lo que piensa Reutemann. El 99 por ciento de la sociedad no sabe lo que piensa”.
Su esposo-que unas horas antes había propuesto al Lole como candidato del PJ – fue menos delicado: “La sensación es que con sus declaraciones el Lole nos dejó en bolas”. Las mismas fuentes aseguran que para Duhalde la pelea del santafecino con su lugarteniente, la senadora Roxana Latorre, tiene feo olor. “Ella no bosteza sin pedirle permiso al Lole, así que su apoyo a la posición de la bancada kirchnerista deja la sensación de que—más allá de la desobediencia de la senadora– lo ocurrido se presta a una lamentable sospecha ” , dicen en la tienda del duhaldismo.
A dos años vista del recambio presidencial se puede decir que quien ocupe la Casa Rosada –si la derecha naufraga en sus propósitos desestabilizantes- encontrará un frente externo –por primera vez– sin ahogo financiero ni presiones del maldito FMI. Por el contrario, el nuevo gobierno llegará con reservas, una deuda externa manejable y una práctica del superávit fiscal y comercial que posibilitó tomar medidas anticíclicas en plena crisis mundial sin generar déficit siquiera en estos últimos meses.
En cuanto al clima político –a diferencia de lo ocurrido en el pasado en materia de transiciones gubernamentales– si bien perdura la confrontación, hay debate parlamentario, diálogo, conferencias de prensa y libertad de expresión, sin que se hayan vulnerados los derechos humanos.
