Una nueva jornada de bombardeos israelíes contra Gaza deja 700 palestinos muertos al tiempo que los hospitales enfrentan una escasez crítica de combustible
Las autoridades sanitarias de la Franja de Gaza afirman que el incesante bombardeo israelí contra el sitiado territorio palestino se ha cobrado la vida de otras 700 personas en las últimas 24 horas, por lo que el número de muertos en los últimos 18 días asciende a unos 5.800, entre los cuales hay más de 2.000 niños y niñas. Asimismo, 1,4 millones de habitantes de la Franja, lo que equivale a más de la mitad de la población del territorio, se han visto obligados a abandonar sus hogares. La ONU informa que al menos el 42% de las viviendas del enclave palestino están parcial o totalmente destruidas.
En el norte de Gaza, el Hospital Indonesia sufrió un corte de electricidad debido a la falta de combustible, por lo que equipos médicos vitales quedaron fuera de servicio hasta que las autoridades restablecieron el suministro de energía. El Ministerio de Salud de Gaza afirma que, en las próximas 48 horas, el enclave palestino se quedará sin combustible para los generadores eléctricos de otros hospitales. El ministro de Salud también informa que 32 centros sanitarios de la Franja están fuera de servicio. Asimismo, funcionarios del Hospital Al-Wafa de la ciudad de Gaza afirman que Israel lanzó este martes un ataque aéreo sobre la entrada del hospital y las áreas circundantes.
Mientras tanto, un convoy de camiones que transportan ayuda humanitaria sigue estancado en el lado egipcio del paso fronterizo de Rafah, que separa a Egipto de la Franja de Gaza. Hasta ahora, Israel ha permitido el ingreso de menos de 100 camiones al enclave palestino, lo que las organizaciones de ayuda humanitaria consideran “una gota en el océano” en relación a lo que se necesita para atender a los 2,3 millones de habitantes de la Franja. Una portavoz del Programa Mundial de Alimentos afirma que la grave escasez de combustible impide que las panaderías de Gaza produzcan pan.
Ali Zaki: “Las panaderías no tienen suficiente energía para que las máquinas funcionen. Y, lamentablemente, algunas también fueron atacadas. Y, como saben, eso lleva al colapso de la infraestructura esencial. La falta de combustible, que garantiza el funcionamiento de las máquinas, está realmente empeorando una situación que ya es catastrófica”.
