EL CAMINO A LA DIGNIDAD



Por Hugo Kofman

Detrás de las vallas estaban los policías, muchos de ellos morenos al igual que los jóvenes y algunos mayores integrantes de la Túpac Amaru, que fueron a acompañar a Milagro. El cerco policial estaba para que nadie se acerque a la sala donde en “audiencia pública” juzgaban a la líder de la Túpac.
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Sus integrantes no usaban las remeras con la imagen del líder indígena que fuera descuartizado por los colonizadores en el siglo XVIII. Con ese distintivo los habíamos visto desfilar por miles en la conmemoración de la “noche del apagón” del año 2005, cuando formaban parte de la movilización que todos los años reclama Justicia para los obreros del Ingenio Ledesma y el médico Luís Ramón Aredez, secuestrados y desaparecidos por la dictadura. Ese año, además, acompañaban a la familia Aredez que se despedía de Olga, la Madre de Plaza de Mayo que había marchado en soledad todos los jueves de las tres décadas anteriores en la plaza de Ledesma. La plaza que en esa ocasión habría de recibir sus cenizas.

Los “tupaqueros” no llevaban consigo sus distintivos al juicio porque su sólo uso es causa suficiente para que sean apaleados y encarcelados por la policía brava del Gobernador Gerardo Morales, pese a que la organización social Túpac Amaru no fue declarada ilegal. Pero en Jujuy no reina la ley. Sólo basta una orden de ese pequeño dictador, para que sus patotas uniformadas acometan contra el pueblo pobre que con Milagro Sala estaba conquistando nuevos derechos que los sacaban de siglos de ignominia. Ordenes, como el encarcelamiento de Milagro Sala, que en realidad se originaba en el dueño del Ingenio Ledesma y mayor Feudal de la Zona, Carlos Pedro Blaquier. Este oligarca, a partir de las políticas de Memoria Verdad y Justicia de “los K”, empezó a sentir que con ese mar de remeras se le acercaban las rejas, por su actuación genocida en la “noche del apagón”. Pero el ascenso de Macri y Morales al Poder le permitió parar su juicio y escarmentarlos, para lo cual además de la policía, tuvo a su servicio a la patota de corbata del corrompido Poder Judicial de Jujuy.

En la calle de la elegante capital jujeña se percibe el enorme abismo entre pobres y ricos. También sectores de clase media que se identifican con los de arriba y estigmatizan a los morenos que les limpian las suciedades hogareñas, la ropa, las calles, y colocan ladrillo sobre ladrillo para que vivan en una casa confortable. Ante la raleada movilización popular que acompañó a su líder en un juicio casi inquisitorial, desde la ventana de una casa céntrica, se escucharon gritos de una joven mujer blanca que exigía cárcel para la líder de rasgos indígenas. También nos cruzamos en la vereda con dos mujeres de aspecto humilde que nos dijeron: “gracias por acompañar a la Jefa”, tal como llaman cariñosamente a Milagro. No iban a la movilización, seguramente como tantos otros para no ser señaladas y luego perseguidas por el gobierno de Morales.

Por eso quizás no fue una movilización masiva, y como siempre ha ocurrido en estas cosas, son los jóvenes quienes generosamente protagonizaron la jornada. Tenían un equipo móvil de sonido y video prestado, y ni un humilde volante para distribuir. En medio del dolor que se reflejaba en rostros de hombres y mujeres, surgían los cánticos de esos jóvenes, que eran capaces de recuperar la alegría de la lucha y la esperanza. Mientras que adentro de la sala de audiencias judiciales circulaban las mentiras de los acusadores y las verdades irrefutables de los abogados y abogadas defensores. Al final la palabra firme y digna de una demacrada Milagro Sala, que más que defenderse acusó a sus verdugos. Nada de eso se pudo escuchar afuera en directo.

Pocas horas antes, un grupo de diputados nacionales y de otros dirigentes que intentaban ingresar a la audiencia “pública”, había sido duramente reprimido por la policía de Morales. Son los que no especulan con su caudal electoral y asumen estar entre los estigmatizados por los medios de comunicación hegemónicos.

La Patria, como lo muestra toda nuestra historia, sigue latiendo en la lucha de los más humildes y de quienes los representan. Habrá de recuperar su soberanía y los derechos populares como lo supo hacer un 17 de Octubre de 1945, un 29 de mayo de 1969 y un 25 de Mayo de 2003. Hasta que llegue el tiempo en que estas conquistas sean definitivas.

* Hugo Kofman
Integrante del Foro contra la Impunidad y por la Justicia, de Santa Fe

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