LA RED SOCIAL DE LAS CARRETERAS

por Guido Battaglia

Antes del advenimiento de las redes informáticas ya convivíamos en un universo de mensajes e interacciones comunicacionales en forma de red.

LA RED SOCIAL DE LAS CARRETERAS
Hoy en día no es extraño relacionar una red social con las comunicaciones informáticas. Sin embargo, podemos apreciar en el entorno de las comunicaciones viales otra red social, un universo en el que el total de usuarios es más grande aún que la de cualquier red social basada en Internet.

Tomemos como ejemplo la variedad de comunicaciones que conviven en el entorno vial, que no podría ser entendido y utilizado apropiadamente sin la transmisión de información; señales horizontales, verticales, semáforos, o incluso, la falta de ellas, que es en sí, un mensaje. Dentro de esta gran red de vías podemos sin dudas decir que cada miembro es una parte esencial. Si reflexionamos acerca de lo que se realiza dentro de esta red vial, veremos que todos somos transeúntes, emisores y receptores de mensajes, interactuando los unos con los otros.

Al colocar la luz de giro de nuestro coche, no solo advertimos una acción, sino que también estamos «contando» al resto de los integrantes de este conjunto, hacia donde nos dirigimos. Si en otra situación un camión de bomberos se acerca a gran velocidad y apreciamos el destello de sus luces, sabemos por conocimientos previos que hay un incendio o emergencia ocurriendo en ese momento. Lo mismo podemos decir de los demás vehículos, los cuales transmiten información a partir de señales de comunicación vial. Por ejemplo, si nos encontramos con un vehículo a la distancia con una sola luz trasera y una frontal, nuestro imaginario visual nos indica que se trata de un una motocicleta, pero si vemos un «ojo de gato» o material y chaleco reflectante, se nos está diciendo que se trata de una bicicleta. La baliza de un automóvil en marcha nos dice que se está por detener, mientras que una baliza triangular a la vera o arcén de un ruta nos comunica que delante de ella se encuentra un vehículo detenido. Los ejemplos son prácticamente innumerables, pero sin embargo, en todo momento, vemos que la comunicación visual es parte esencial en la circulación vial.

Tomemos otro ejemplo, una señal de «PARE». Esta señal no es otra cosa que la representación gráfica de la ley que nos indica que hay que cumplir con lo que nos impone su significado, por la incorporación que tenemos de ese signo y su mensaje.

No hay que dejar de lado el camino en sí, ya que podemos suponer, sin prejuicios, pero por conocimientos generales, que si un camino tiene intersecciones de ripio o tierra, se trata de un camino poco transitado. Por el contrario, si nos encontramos con una ruta, sabemos que es una vía que puede transitar y comunicar pueblos o ciudades. Así también lo podemos asumir con una autopista o si cruzamos una vía férrea. Los caminos comunican a través de su infraestructura.

Por supuesto, esta analogía no es una comparación literal con las redes sociales de Internet, sin embargo puede servir para que tomemos conciencia de que cada vez que salimos a la calle, caminando o en cualquier vehículo, estamos participando de una red social que al estar tan incorporada en nosotros casi no  notamos. Es algo que como comunicadores no podemos ignorar, ya que también formamos parte de la creación de estos mensajes, no solo como emisores, sino también desde cualquier perspectiva que como transeúntes podamos tener.

Así, al fin y al cabo, todos formamos parte de alguna red social, siendo emisores o receptores, más allá de que nos sentemos frente a un ordenador o caminemos por las aceras de nuestro barrio.

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