PARAGUAY: LA PRIMERA OCUPACIÓN CAMPESINA POST DICTADURA CUMPLE 25 AÑOS

 

Por Julio Benegas

El asentamiento Arroyito festeja este sábado, 12 de abril, su aniversario número 25. El primer asentamiento post dictadura se debate entre la defensa de la agricultura familiar agroecológica, la penetración de la soja transgénica, el fantasma del EPP y el acoso militar y policial.

arroyito-El padre jesuita Pepe Ortega abre bien los ojos. “Así que te vas a Arroyito. Saludos por allá”, comenta, con un semblante abierto de recuerdos vívidos. Recuerdo ahora el semblante de Ortega porque en el anterior viaje a Arroyito, el ocasional compañero de ómnibus me había dicho, con asombro y algo de temeridad: “así que te vas a una zona peligrosa”.

Al igual que mucha gente, Ortega tiene un recuerdo muy poderoso del asentamiento. Ayudó a construir las escuelas de Fe y Alegría, como las “escuelas campesinas” imaginadas por las ligas agrarias cristianas. Pero el cura más influyente de la organización campesina que ocupó esas tierras y rápidamente las formalizó fue el obispo de Concepción, Aníbal Maricevic Fleitas, muerto el 2 de agosto de 1996. “Maricewiski”, decían los voceros de la dictadura stronista a través de “La Voz del Coloradismo”, ese programa que vomitiva insultos contra “los ateos, apátridas, comunistas”.

El contador Julio Valiente contribuyó en imaginar la distribución, el uso y modo de tenencia de la tierra (mixto, familiar, comunitario y social). “Para que no sea difícil revenderla”, agrega Benjamín Valiente, que también acompañara el asentamiento desde la Pastoral Social.

Julio y Benjamín recuerdan que esa lucha de las familias campesinas, en el campo de batalla, fue apoyada principalmente por Mons. Alcides Galeano (Pa´i Gali). Este señor fundó la escuela de formación de líderes juveniles “Jepayra” (1987), de donde egresó, “entre otros, el compañero y mártir Toto Lezcano”, recuerda Julio.  A Toto Lezcano, uno de los fundadores del asentamiento, opositor tenaz de la penetración de las semillas transgénicas, lo acribillaron el 19 de febrero del 2013.

Las familias del asentamiento recuerdan el 12 de abril el día de la primera ocupación. “Diez años se preparó la ocupación” esperando la oportunidad precisa, comenta Benjamín Valiente. Las familias y sus asistentes entendieron que esa ocupación debía producirse antes de las elecciones generales convocadas para mayo de 1989, luego del golpe de Estado encabezado por Andrés Rodríguez.

“Sabíamos que Rodríguez ganaría esas elecciones. Era para nosotros fundamental que las familias ocuparan antes”,
recuerda Benjamín.

Las familias ocupantes fueron llevadas presas al cuartel del Ejército en Concepción. Al soltárselas, ocuparon la plaza central de la ciudad, Augustín Fernando de Pinedo. De ahí, ya con el nuevo gobierno, y la conformación de Concorder, un organismo creado para tratar el tema de la distribución de la tierra y los asentamientos, reocuparon el predio y pudieron desarrollar el proyecto original.

Las tierras usurpadas

Según la Comisión de Verdad y Justicia, durante la dictadura de Alfredo Stroessner, unas siete millones de hectáreas de tierras del Estado paraguayo fueron entregadas a empresarios, jefes del Partido Colorado, jefes del Ejército y la Policía, hacendados brasileros y otros empresarios extranjeros. El territorio ocupado por las familias concepcioneras era un latifundio de 80 mil hectáreas.

De estas, en unas 8.600 hectáreas lograron, finalmente, asentarse. Viven en ellas 871 familias, unas cinco mil personas aproximadante.

Koga ha mymba
Por la Ruta 5, la comunidad Arroyito se encuentra a unos 77 kilómetros de la ciudad de Concepción. Pertenece al distrito de Horqueta. De la ruta principal, se recorren unos 12 kilómetros de tierra para llegar hasta el asentamiento.

En la mayoría de los núcleos del asentamiento se mantiene la producción agroecológica, sin uso de agroquímicos.
Sin embargo, en el núcleo 6 empezó una penetración de los granos transgénicos.

En Arroyito todo huele tierra, frutas, árboles y los cultivos. Los pequeños núcleos urbanos tienen escuelas, canchas, comercios y en otro lugar la chacra social. La mayoría de las criaturas asisten a la escuelas y predomina, aunque con muchos golpes de “caudillos de afuera” (como lo advierte uno de los líderes actuales, Marciano Jara), la planificación a través del Consejo de Desarrollo Comunitario.

Marciano Jara nos comenta que los fundadores del asentamiento se imaginaron una vida campesina a plenitud, con tres hectáreas de rancho con huerta, aves de corral y un pequeño bosque. En otro lugar, la chacra y la pastura para el ganado.

La zozobra

Ya la muerte de Toto Lezcano había quebrantado sobremanera el ánimo de la población. Luego la rutina campesina se vería intervenida con la fuerte presencia de militares y policías en el marco de la asumida búsqueda de miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).

Disparos al aire, borracheras de efectivos policiales, intervención abrupta en encuentros, patrullajes intimidatorios fueron convirtiéndose en una cotidianeidad hasta que el 19 de enero pasado, un domingo, en la cancha principal, la comunidad se sobresaltó sobremanera. Efectivos militares y policiales irrumpieron con disparos al aire, ordenando cuerpo a tierra. Cerca de mil personas estaban en la cancha, jóvenes mujeres, niños, personas mayores… Todos fueron sorprendidos por este operativo que, según el profesor Emilio Pedroso, fue encabezado por el  comisario Antonio Gamarra y el general Mario Restituto Ramírez. Luego el ministro del Interior Francisco José de Vargas diría que habían recibido una información falsa de la presencia de un miembro del EPP en dicho encuentro.

Este sábado esta comunidad cumple 25 años. Dos de sus núcleos serán “beneficiados” por víveres de la familia Flick por exigencia del Ejército del Pueblo Paraguayo que tiene a Arlan Flick en cautiverio.

Pero el ritmo del aniversario será marcado, asegura Marciano Jara, por un variado menu de actividades: misa comunitaria, karu guasu, festival.

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