por César Felício
Paraguay buscará volver al Mercosur, aceptando a Venezuela como miembro del bloque, incluso antes de la posesión del nuevo presidente del país, que será elegido este domingo.
Tanto el candidato oficialista, Efraín Alegre, del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), como el opositor Horacio Cartes, del derechista Partido Colorado, ya abrieron negociaciones, informales, para normalizar las relaciones bilaterales con Brasil y Argentina.
El país fue suspendido del bloque en junio del año pasado, cuando Fernando Lugo fue destituido de la Presidencia en un rito sumario. En el mismo encuentro en que se decidió la suspensión, Brasil, Argentina y Uruguay admitieron a Venezuela como miembro pleno. La admisión estaba trabada desde hacía años por el Congreso paraguayo, que se negaba a evaluar el asunto. Semanas después, con el país ya suspendido, los parlamentarios paraguayos rechazaron el ingreso venezolano.
«La decisión del Congreso de rechazar a Venezuela fue tomada en un contexto de emocionalismo. Las circunstancias cambian la próxima semana», señaló Efraín Alegre.
«No podemos ni siquiera imaginar a Paraguay de espaldas al Mercosur», afirmó su compañero de lista, Rafael Filizzola. Durante entrevistas en las últimas semanas, Cartes manifestó que un tercio de la generación formal de empleo en Paraguay está vinculada a las economías de Brasil y de Argentina y que «Venezuela es un mercado, y no un problema. Ya está dentro del Mercosur», afirmó en un programa de radio.
El candidato colorado no aceptó los pedidos de entrevista de Valor.
En las elecciones del domingo, los 3,3 millones de electores paraguayos también renovarán el Congreso del país, que tomará posesión el 1° de julio, 45 días antes de la posesión del nuevo presidente y cerca de una semana después de la cúpula del Mercosur en Montevideo, en el que Uruguay le pasará la presidencia pro-tempore del bloque a Venezuela. La estrategia es revocar el veto a Venezuela aún antes del final del mandato del actual presidente Federico Franco.
Tanto el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff como de la presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, decidieron abrir las negociaciones formales recién después de conocerse el resultado electoral en Paraguay. No hay sospechas de interferencia externa en las elecciones del país, pero en el medio político paraguayo hay cierta desconfianza de que Brasil preferiría negociar con Horacio Cartes.
Cartes es un empresario que logró su fortuna en los últimos 20 años en la región fronteriza de Pedro Juan Caballero. A pesar que el candidato sea blanco de acusaciones de lavado de dinero, evasión, contrabando de cigarrillos y narcotráfico, el Partido Colorado tiene conexiones históricas con Brasil, que recibió en la condición de exiliados a los ex-presidentes Alfredo Stroessner y Raúl Cubas. El primero, dictador, fue derrocado por un golpe militar en 1989. El segundo fue alejado del cargo 10 años después en medio de una convulsión política.
El candidato escaló como su Asesora para Relaciones Internacionales a ex-Canciller en el gobierno de Nicanor Duarte (2003-2008), Leila Rachid, que se destacó hasta febrero por la disposición en mantener la posición paraguaya de rechazo a Venezuela. Afirmó, por ejemplo,
que «el Mercosur está muerto» y que la presencia venezolana «violaba el Estado de derecho».
El cambio de tono se produjo en los últimos dos meses, pero el candidato es increpado por los sectores ultra-nacionalistas del coloradismo. El Partido Colorado fue el único en tomar una decisión partidaria de vetar a Venezuela en el bloque, inclusive antes de la caída de Lugo.
«Es posible que Brasil prefiera negociar con un gobernante más débil. Los gobiernos brasileños fueron bastante complacientes en el pasado», comentó Alegre.
«La implicación de brasileños en la gran producción de granos hizo que ni el mismo Fernando Lugo haya sido apoyado por Brasil en la disputa de 2008», ponderó el senador Sixto Pereira, principal aliado dentro del Congreso del presidente alejado el año pasado.
Elegido por un frente de pequeños partidos de izquierda y el PLRA, Lugo renegoció el Tratado de Itaipu en 2009 con el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva, consiguiendo un reajuste del 200% sobre el royalty cobrado por la energía que Paraguay cede a Brasil del
excedente que no utiliza. El resultado obtenido fue polémico. «Lo que cedió Brasil fue muy poco», aseguró Pereira.
Valor Económico – Brasil
