LA REACCIÓN EXTERNA AÍSLA A LA OPOSICIÓN EN VENEZUELA

El sólido apoyo regional y el reconocimiento de países no alineados al chavismo debilitaron en los últimos días la postura del opositor Henrique Capriles de impugnar el resultado de la elección presidencial en Venezuela. Capriles fue derrotado el último domingo por un margen sorprendentemente estrecho, de menos de 2%, en la disputa contra el presidente interino Nicolás Maduro, designado por el ex-presidente Hugo Chávez como su sucesor.

El martes, el gobierno español reconoció a Nicolás Maduro como «presidente de la República, de acuerdo con el ordenamiento constitucional», después que el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano haya manifestado que no habrá un recuento del 100% de los votos, como pedía la oposición. Con eso, España, que nunca mantuvo una buena relación con Chávez, reculó de la declaración anterior de su Ministro de Relaciones Exteriores, José Manuel García- Margallo, que defendía el recuento de los votos.

Esa postura inicial del Canciller generó una dura reacción de Maduro, que les pidió a los españoles que se retractaran a tiempo, «o tomaremos medidas diplomáticas, políticas y económicas ejemplares». El miércoles, fue el turno de Francia para reconocer el resultado, afirmando que el CNE «es la autoridad competente en la materia» electoral.

Francia y España se unen, así, a la totalidad de los países de América del Sur, que desde el primer momento aprobaron el proceso electoral venezolano como legítimo. Ayer, fuentes del gobierno brasileño afirmaron que la presidenta Dilma Rousseff viajará a Venezuela para la posesión de Maduro, en una fuerte demostración de apoyo del gobierno brasileño al presidente electo.

«El hecho de que los principales gobiernos de América Latina y de Europa se pronunciaron a favor de Nicolás Maduro indica que la propuesta del candidato Capriles no tiene mayoría en el contexto internacional», afirma el científico político Carlos Romero, de la Universidad Central de Venezuela (UCV). «Internamente, ese reconocimiento debilita la concreción de esa propuesta de Capriles».
Romero percibe que «no son solamente países amigos de Venezuela los que hicieron ese reconocimiento, sino también países que no apoyan las políticas iniciadas por el ex- presidente Hugo Chávez».

La excepción es la postura de Estados Unidos, tratados como enemigos por los chavistas. Este miércoles, el Secretario de Estado, John Kerry, expresó que «obviamente hay irregularidades gigantescas» que colocan «dudas importantes sobre la viabilidad de ese gobierno». 

«Esa evaluación precisa efectuarse, y yo aún no la hice», señaló ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara.

Una fuente del gobierno brasileño afirma que la visita de la presidenta a Caracas, el viernes, se dará «en el espíritu constructivo, no en espíritu de injerencia» sobre la política interna venezolana. Según la fuente, sin embargo, en la visión de Brasil, el reconocimiento del resultado electoral por las instituciones venezolanas es suficiente para que sea aprobado por el país.

Según el cálculo final del CNE, Maduro venció a Capriles por 50,75% a 48,97% de los votos. El opositor, sin embargo, apuntó una serie de irregularidades y dijo que no reconocerá el resultado hasta que se efectúe un recuento total de los votos. La ley venezolana prevé la auditoría del 54% de los votos. Ayer, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela descartó el recuento manual de los votos.

Durante los últimos días, autoridades venezolanas vienen cerrando el cerco contra el opositor. Después de la muerte de 7 personas en enfrentamientos durante protestas convocadas por Capriles, la Procuradora-general venezolana, Luisa Ortega, y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, anunciaron investigaciones contra el opositor por incitar a la violencia. Ayer, Maduro asistió al funeral de José Luis Ponce, chavista fallecido en los enfrentamientos en el Estado de Miranda, y lo declaró «héroe y mártir de la patria».

Maduro prohibió una marcha pautada para el miercoles por Capriles rumbo a la sede del CNE, en el centro de Caracas, alegando querer que con eso se eviten nuevos actos de violencia.
Él también amenazó con «radicalizar la revolución», si continuara la violencia, y detener los traspasos federales a Miranda, Estado gobernado por Capriles, que lo llamó
presidente «ilegítimo» y «espurio».

La presidenta del Consejo Legislativo de Miranda, diputada Aurora Morales, afirmó que si Capriles no retomaba hoy el gobierno del Estado élsería revocado por «abandono del cargo». Capriles, por su parte, retiró la convocación a la marcha al CNE, pero pidió cacerolazos a través del país. La evaluación general, sin embargo, es que esas protestas difícilmente resultarán en un cambio del resultado de la elección.

Valor Económico – Brasil