DE PRODUCTOR A COLONO: LA CONSTRUCCIÓN HISTÓRICA DEL SUJETO YERBATERO MISIONERO

Por Lisandro Rodríguez   ***

La yerba mate está cargada de contenidos simbólicos comunitarios y posee una importante valoración identitaria para los misioneros. Es considerada y evocada frecuentemente como el producto madre de la  provincia (tanto en los discursos de la sociedad civil como en el del Estado) y el complejo se representa como la “familia yerbatera”.

Fuente: Archivo General de la Nación, caja 850, 1940 Inv 319637.

 La configuración actual del productor agrícola en Misiones está determinada por condiciones históricas. Entre 1880 y 1935, el proceso colonizador –asociado a la inmigración– influyó en la construcción de la explotación agrícola familiar como forma de producción, conformando la matriz social agraria y, al mismo tiempo, el colono clásico como tipo social agrario.[1]

El cultivo de yerba es la vía tradicional de constitución de los colonos en Misiones y también del acceso a la tierra. La implantación del mismo es el primer escalón en la carrera de ocupante a colono, pero no todos los productores logran dar satisfactoriamente ese paso. Las particularidades de la ocupación del espacio misionero dieron lugar al surgimiento de un tipo específico de actor social: el productor yerbatero. Elementos derivados del origen y la experiencia histórica condicionaron su manera de insertarse en la sociedad y la economía regional, siendo reconocidos por la historiografía local con la denominación de “colono”. Este sujeto social sufrió y sufre transformaciones permanentes y, lejos de constituir un modelo cerrado, presenta heterogeneidades. En algunos casos alcanza niveles más próximos al campesino, mientras en otros logra capitalizarse.

Desde la colonización yerbatera en 1926 hasta la actualidad, el colono atravesó por distintas etapas que definieron sus rasgos socio- económicos e identitarios. En los inicios de la actividad, particularmente a partir de la incorporación de la yerba mate como producto de comercialización se originó la formación de agricultores comerciales. A partir de entonces (1930-1935), el “colono” representó una trayectoria social ascendente y por muchos años la figura del yerbatero estuvo asociado al ideal de progreso económico.

Sin embargo, los colonos con cierto potencial de acumulación actualmente no constituyen la expresión característica de la pequeña producción en la provincia. Esto se debe a las modificaciones del contexto socioeconómico, particularmente a las transformaciones estructurales que se desarrollaron a partir de la década de 1970 y que se consolidaron en la de 1990 con las políticas neoliberales. Las modificaciones del contexto en términos políticos y económicos determinaron movilizaciones, protestas y resistencias llevadas a cabo por sectores afectados por las medidas desplegadas por el Estado, conocido en el escenario provincial como tractorazos.

Es necesario tener presente que no todos los colonos pertenecen a un mismo estrato social, existen históricamente diferencias internas en las bases sociales de los productores agrícolas, conformándose así intereses disímiles (relacionados con el tamaño de la explotación) que se han manifestado en las reivindicaciones que se llevan a cabo. El devenir de los acontecimientos en la provincia de Misiones dio lugar a alianzas y a la conformación de agrupaciones de carácter agrario, siendo las que nucleaban a pequeños y medianos productores las que mayor poder de movilización y reclutamiento tuvieron.

Los cambios producidos por las alteraciones políticas nacionales particularmente a partir de la desaparición de la CRYM (1991), imbuida de un halo de excelencia e infalibilidad que aseguraba el bienestar, sumados a la implementación de tecnología de altos costos y las difíciles condiciones económicas que atravesó el sector afectaron profundamente la matriz social misionera y determinaron transformaciones en el colono. Éste intentó retener rasgos identitarios pero sin lograr plenamente sus objetivos. Esta identificación se manifestó en forma reiterada ante la baja del precio de la yerba mate, cuando el productor percibió que su modo de vida se hallaba amenazado y buscó la reacción de las autoridades políticas.

Los pequeños productores representan en la actualidad un grupo social heterogéneo que, lejos de simbolizar la figura de “progreso” asociada al colono clásico, se caracteriza por presentar condiciones económicas paupérrimas, descapitalización e incluso reconversión de sus unidades productivas, que conducen al surgimiento de nuevos grupos sociales (feriantes, ocupantes de tierras, etc.). Sus parcelas ya no producen únicamente yerba mate, sino cultivos de subsistencia o alternativos y se vieron forzados a incorporarse a proyectos estatales, nacionales o provinciales, de sostén o de reconversión, pero la impronta de sus orígenes es de tal fortaleza, que la identificación con el espacio que ocupan sigue simbólicamente vigente, aunque sus características ya no correspondan a aquél modelo histórico.

 Dr. Lisandro Rodríguez
, especial para MTH.
________________________________[1]          Bartolomé, Leopoldo: Colonos, plantadores y agroindustrias. La explotación agrícola familiar en el sudeste de Misiones. Desarrollo Económico, revista de ciencias sociales,N° 58 Volumen 15, julio-septiembre 1975,  239.

Imagen: Fuente: Archivo General de la Nación, caja 850, 1940 Inv 319637.

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