La Sade suspendió provisoriamente el premio al escritor Marcelo Moreyra.
Al conocerse la noticia del premio Andresito de la filial Misiones a un ex integrante del Batallón 601, la Sociedad Argentina de Escritores tomó cartas en el asunto, suspendió el galardón y derivó la decisión final al Tribunal de Disciplina.
Marcelo Moreyra revistó en el personal civil de inteligencia del Batallón 601.
Su oscuro pasado lo condena porque contribuyó a hacer “más efectivo el plan de exterminio con el señalamiento de objetivos civiles que perdieron la vida en la mayoría de los casos por medio de terribles tormentos”, fundamentó la escritora Gina Escobar. El premio Andresito que recibió el cuestionado escritor misionero Marcelo Moreyra, personal civil de inteligencia “PCI” en el Batallón 601 durante la dictadura cívico-militar, será anulado provisoriamente a pedido de Alejandro Vaccaro, presidente de la Sade central (Sociedad Argentina de Escritores), después de la repercusión nacional que ha generado el hecho de que la Sadem filial Misiones, presidida por el escritor Aníbal Silvero, haya decidido otorgar una distinción a la trayectoria literaria a Moreyra, a pesar de los antecedentes de su complicidad con la represión ilegal, la inteligencia clandestina y el espionaje, que son de público conocimiento desde 2013.
Después de haber recibido la carta de Vaccaro, fechada el jueves 12 de julio, en la que le solicita a Silvero “anular provisoriamente la distinción otorgada y girar las acciones al Tribunal de Disciplina”, el presidente de la Sadem accedió a atender el pedido “una vez que se nacionalizó la cuestión” y el tema “ya nos excede”.
El dolor del escritor Roberto Parodi –víctima de la dictadura como preso político que luego se exilió en Francia y hermano de Manuel– se concentra en la vibración de su voz. Es una pena que suena amortiguada por su cálido acento misionero. “Para que se conformaran los actos que después devinieron delitos de lesa humanidad el dato inicial empezaba con el espionaje hacia adentro de la sociedad. El Batallón 601 cumplió ese rol y Marcelo Moreyra formó parte de ese espionaje”, explica Parodi y confiesa que está “bastante decepcionado” de la Sadem, entidad a la que renunció, porque él creía que se encontraba “en un ámbito de confianza democrática”. El autor de Seis cuentos se enteró del pasado del premiado al día siguiente de que le entregaron el reconocimiento a Moreyra, cuando Camogli hizo público lo que algunos sabían desde 2013: que Moreyra figuraba como PCI del Batallón 601. “Inmediatamente presenté mi renuncia a la Sadem”, recuerda Parodi. “Aníbal Silvero es una persona que gozaba de mi confianza por su actuación y por su compromiso. Lo único que tengo para reclamarle es haber seleccionado a Moreyra y defenderlo tanto. No puedo comprender por qué dice que se trata de un premio a la actividad literaria que desarrollaba Moreyra y que no tiene nada que ver con su actuación en el seno de la sociedad. Yo no puedo entender esta separación”, señala Parodi. “La verdad es incomprensible y es muy contradictorio”.