Por Héctor Sosa
Una de las claves para desarrollar campañas «sucias» de comunicación -desde los medios- es hacer combinar impacto visual con armar un relato (de estética novelada) y repetirlo de manera sistemática en TV, Radios, diarios, en noticieros, programaciones deportivas y las tardes de información sobre la «farándula».
Allí cuelan todo el tiempo misiles de impacto, pensados y programados. Eso es lo que se está haciendo con el gobierno anterior.
Algunos creen que el montaje del asesor ecuatorino, Durán Barba es sobre el kirchnerismo, y en realidad apunta a toda acción política que se organice contra el gobierno de Macri. Ahora y a futuro.
Los medios actúan como partidos políticos, policías y poder judicial, y sus «comunicadores» son las nuevas estrellas de «la verdad».
Pregunto entonces:
¿Qué tiene que ver la corrupción con reprimir maestros?
¿Qué tienen que ver hechos de corrupción con aumentos en los servicios que llegaron a 1.400%?
¿Qué tienen que ver los hechos de corrupción con 165.000 despedidos en seis meses?
¿Qué tienen que ver los hechos de corrupción con vallar Plaza de Mayo o el Monumento a la Bandera?
¿Qué tienen que ver los hechos de corrupción con abrir las importaciones?
¿Qué tienen que ver los hechos de corrupción con dinamitar a las pequeñas y medianas empresas?
¿Qué tienen que ver los hechos de corrupción con la censura a Telesur, RT, a los medios comunitarios y los despidos de periodistas o cierre de medios?
Y una pregunta más: Macri, Calcaterra, Melconián y los cien funcionarios que evadieron divisas o produjeron hechos de corrupción aún más graves, ¿por qué no tienen el mismo espacio en los medios que los otros denunciados?
PORQUE LOS MEDIOS PERTENECEN AL PODER REAL.
Y EL PODER REAL PERTENECE A LOS MEDIOS.
(*) Héctor Sosa
