DIEZ AÑOS DEL FIN DEL ALCA

Por María Josefina Arce

Dentro de unas horas se cumplen diez años de que en territorio argentino, América Latina diera al mundo una muestra de su soberanía e independencia al dejar definitivamente enterrado al ALCA, Área de Libre Comercio de las Américas, un mecanismo colonialista promovido por Estados Unidos para mantener su control sobre el continente.
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En noviembre de 2005 en la llamada Cumbre de las Américas, en el balneario argentino de Mar del Plata, liderada por los entonces presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, de Argentina, Néstor Kirchner, y de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, la gran mayoría de las naciones de la región rechazaron la propuesta de Washington.

Un tema en el que el vecino del Norte venía insistiendo desde la década del noventa del siglo pasado bajo la presidencia de George Bush y que su sucesor, William Clinton, presentara en la primera Cumbre de las Américas, celebrada en diciembre de 1994 en la ciudad norteamericana de Miami.


La realidad es que el ALCA estaba orientado hacia una mayor apertura de las economías latinoamericanas y caribeñas a las inversiones de las transnacionales, interesadas solamente en incrementar su cuota de ganancia, aún al precio de mayor pobreza y mayores daños al medio ambiente.

América Latina y el Caribe se enfrentaba al apetito poco disimulado de Estados Unidos que buscaba extender su hegemonía por el continente. Como bien señalara el presidente Hugo Chávez: «El ALCA trae veneno, es una propuesta imperialista, anexionista y fundamentalista: si no estás con el ALCA estás contra mí».


Pero la región sin dudas había comenzado a cambiar. A la llegada al poder de gobiernos progresistas, vigilantes de los intereses de sus pueblos, se sumó el nacimiento del ALBA, en diciembre de 2004 de la mano de Cuba y Venezuela.

La entonces Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América implementaría un nuevo tipo de relación en el continente basado en la solidaridad, cooperación y complementariedad y que ha sentado pautas en la zona.

A través de esta iniciativa, a la que con el transcurso de los años se irían sumando otras naciones, se han promovido en el área múltiples proyectos en esferas como la salud, educación, agricultura y alimentación.


Gracias a la ahora Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América países como Venezuela, Bolivia y Nicaragua fueron declarados por la UNESCO, Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, territorios libres de analfabetismo, al tiempo que sectores poblacionales, como las personas con alguna discapacidad, comenzaron a ser tenidas en cuenta por los gobiernos.

Con valentía América Latina y el Caribe dio al traste con otra de las artimañas de Estados Unidos para apoderarse de los recursos naturales de los pueblos de la zona, y en contraposición se dio a la tarea de afianzar el desarrollo socioeconómico de sus naciones con mecanismos integracionistas como el ALBA y la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que siempre sobre la base del respeto a la soberanía e independencia buscan marchar unidos en la construcción de un futuro mejor.

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