la información esté siempre basada en fuentes identificables y con autoridad sobre los temas que se comunican al público. Los medios y los periodistas son responsables por lo que emiten y sus consecuencias, y su accionar está determinado por el derecho del público a ser informado.
2) Ningún hecho ni ninguna imagen puede ser jamás alterada o modificada, salvo en los casos contemplados por la ley, como por ejemplo para niñas, niños y adolescentes. Esto constituye un límite ético que no puede ser ignorado bajo ninguna circunstancia.
3) La información debe ser verificada y contrastada a través de fuentes diversas y
el público tiene derecho a acceder a ella sin que sea condicionada, manipulada o tergiversada en función de los intereses sectoriales de los medios emisores.
tiene derecho a conocer las pertenencias empresariales y las posiciones ideológicas y políticas partidarias de los medios y sus periodistas. A su vez, los periodistas tienen derecho pleno a ejercer la libertad de conciencia, es decir negarse a reproducir información distorsionada u opiniones que violen sus principios éticos.
5) La búsqueda de la primicia y la competencia mercantil por la información no deben desarrollarse a costa de la veracidad y de la debida verificación de los hechos.