TRENES, SECRETOS Y VIDEO

Por Raúl Kollmann

  En el juzgado ya tienen los videos del viaje completo del tren chocado en Once. En ellos se observa al motorman que conduce con una “actitud imprudente” y “velocidades excesivas”. Analizan indagarlo por “estrago doloso”. “Cerca de las elecciones siempre pasan cosas difíciles de explicar”, sostuvo el secretario de Seguridad, Sergio Berni.Tren

Uno de los videos que tiene en su poder el juez federal Ariel Lijo, a cargo de la investigación sobre el siniestro del tren en Once ocurrido el sábado pasado, es analizado minuciosamente como base para la calificación de la carátula de la causa. No se trata de las imágenes que circularon este fin de semana y que muestran al Chapa 05 entrando en Once desde la perspectiva externa, sino un video semejante al que fue encontrado en el bolso del motorman, pero del extremo opuesto de la formación, es decir, de la máquina que utilizó el mismo conductor para ir desde Castelar (donde toma el servicio) hasta Moreno en su viaje de ida. Esas imágenes, al contrario que dormido, lo muestran en “actitud imprudente en todo momento, entrando a enormes velocidades en las estaciones, pasándose e incluso sin detenerse en alguna”, señaló a este diario un experto empapado en la investigación. Desde esa perspectiva, una de las calificaciones que barajan en el juzgado con mayor solidez es la de estrago doloso. De todos modos, Lijo todavía debe indagar al motorman y nada indica que lo vaya a hacer en lo inmediato (aunque ya podría hacerlo de guiarse por el estado de salud del conductor), porque una de las pruebas que aguardan en el juzgado es la recuperación de las imágenes dañadas en el disco rígido de la máquina siniestrada en Once. Por su lado, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, aportó sus sospechas de sabotaje sin afirmarlo, cuando señaló que “siempre cuando hay elecciones pasan cosas que dejan dudas, como operaciones políticas”.

La investigación que lleva adelante el juzgado de Ariel Lijo se concentró este fin de semana en las imágenes del video de la cabina del conductor que al ingresar en Once lo hizo como cola de la formación. Es decir, se trata de la caja negra ubicada en el vagón que a partir de Once en el viaje de ida se encontraba a la cabeza de la unidad, mientras que el disco rígido que resultó dañado se hallaba en ese momento a la cola del tren. Julio Benítez, el motorman que conducía la formación siniestrada, se hizo cargo del servicio de ida en la estación Castelar en dirección a Moreno y luego regresó conduciendo el vagón del otro extremo. A falta de las imágenes del video del choque, Lijo secuestró la caja negra que grabó a Benítez desde Castelar hasta Moreno. De allí surgen imágenes que lo muestran en“una actitud imprudente –confió un investigador a este diario–, como canchero, irresponsable. Se lo ve en una actitud imprudente en todo momento”.

En coincidencia con el testimonio de pasajeros que vivieron el choque, a Benítez se lo ve “entrar a varias estaciones a excesiva velocidad”. Precisamente, el sábado, fueron varios los pasajeros que declararon a los medios que el conductor avanzaba a demasiada velocidad, incluso uno de ellos sostuvo que “en dos estaciones antes de Once, las de Flores y Caballito, frenó el tren muy pasado del límite de la estación”. Esa descripción coincide con la imagen que surge del video sobre la “actitud imprudente” y que “lejos de estar dormido se lo muestra canchereando”. No sólo conduce a velocidades prohibidas, sino que se distrae en forma notoria, sacando la cabeza y jugueteando.

Ayer, un parte médico firmado por los profesionales del sanatorio Dupuytren que atendieron a Julio Benítez indicó que está en condiciones de ser “externado”  lo que dejaba abierta la posibilidad de que fuera citado por Lijo para tomarle declaración indagatoria. De todas maneras, no parecía haber demasiada urgencia en la convocatoria (lo que no quiere decir que no esté en condiciones de citarlo), ya que en el juzgado estaban interesados en saber si las dos empresas que tienen en sus manos la recuperación de las imágenes del disco rígido dañado pueden lograr su objetivo de que el video sea analizable. Esto podría conocerse hoy. A todo esto, según revelaron fuentes de la investigación, en el CBU dañado aparecen marcas de manos ensangrentadas. El análisis de esas marcas permitirá determinar si el disco rígido “se lo plantaron”, tal como salió a acusar la asociación de maquinistas La Fraternidad, o si la sangre que aparece agarrando el CBU pertenecen al conductor.

El análisis de estas imágenes permite sostener, entre otros, el criterio de la calificación de estrago doloso, lo que situaría a Julio Benítez en una posición comprometida, aunque no será un delito agravado al no haber personas fallecidas.

Además, se agregan las imágenes de un compilado de videos de seguridad externos a la formación, de diferentes sectores de la estación de Once y del exterior, en las que se puede observar al tren avanzando hacia el andén 2 y ya dentro de él hasta que se lleva por delante la barrera de contención mientras los usuarios esquivaban el impacto de la máquina, sin exagerar, por milímetros. Estos videos, cuya duración fue editada hasta lograr una imagen de un minuto doce segundos, confirman los datos aportados por el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, el sábado durante una conferencia de prensa a la que convocó después del incidente. En la conferencia, Randazzo sostuvo que 900 metros antes de su ingreso al andén, Benítez avanzaba a 48 kilómetros por hora frente a los 37,5 que marca el promedio; que a los 600 metros, en lugar de reducir, aumentó a 50 kilómetros por hora contra los 35,5 del promedio; cuando faltan 300 metros recién se detecta la reducción de velocidad, cuando lleva el freno hasta los 36 kilómetros, aunque el promedio es de 25; y al ingresar al andén lo hace a 22 contra los 12 permitidos como máximo ya que, según señalaron fuentes ministeriales, es la máxima velocidad de impacto que es capaz de soportar el vallado de contención. Las imágenes muestran cómo el vallado es llevado a rastras hasta casi impactar con los molinetes, mientras los pocos usuarios que se encontraban a esa hora caminando por el frente del andén 2 corren desesperados para esquivar al bólido.

Otros datos que surgieron de la investigación sugieren que Benítez conocía las consecuencias que se le avecinaban: cuando los pasajeros lo quisieron sacar de la cabina y lincharlo, la policía rodeó el lugar para salvarlo. Una vez que tuvieron todo controlado, entraron a la cabina para sacarlo con una camilla de los auxilios médicos. “Uno de los policías que estaba en el mismo lugar –señaló a este diario una fuente de la investigación– vio que cuando subieron a Benítez a la camilla estaba desesperado porque le trajeran la mochila, que estaba ahí nomás. Entonces le alcanzó la mochila y le pidió que la abriera. Y adentro encontraron el disco rígido.”

A todo esto, Sergio Berni pidió celeridad a la Justicia y reclamó que el gremio de maquinistas “tome conciencia” de que debe aceptar las medidas de seguridad del Gobierno. También abrió sospechas sobre la proximidad entre el siniestro del sábado y los comicios del 27 al señalar que “siempre cuando hay elecciones pasan cosas que dejan dudas, como operaciones políticas. No quiere decir que fue una operación o un sabotaje, pero antes de las elecciones siempre pasan cosas que después lleva tiempo explicar. La cuestión objetiva es que vimos en los últimos tiempos la resistencia del gremio de los maquinistas cada vez que se quiere generar una medida que redunde en beneficio de la seguridad de los pasajeros”, dijo en diálogo con radio Nacional Rock.

De alta y listo para declarar
El conductor de la formación siniestrada el sábado en Once ya tiene orden de externación del sanatorio Dupuytren. El juez federal podrá citarlo a declarar. En el Hospital Ramos Mejía queda un solo paciente en observación, pero su cuadro avanza favorablemente.

El motorman que chocó una formación el sábado en la terminal de Once, Julio Benítez, estaba ayer “en condiciones de ser externado” del sanatorio Dupuytren en el barrio porteño de Almagro, aunque en los próximos días será operado por una fractura en la nariz. De esta forma, hoy estaría en condiciones de presentarse ante el juez federal Ariel Lijo. En tanto, de los 80 heridos sólo uno permanecía internado en el Hospital Ramos Mejía, en el barrio de Balvanera.

Benítez, quien quedó detenido a disposición del juez Lijo, fue internado tras el choque en el Hospital Ramos Mejía y después, por intervención de la ART de la empresa para la que trabaja, fue trasladado al Dupuytren. De acuerdo con esto, el último parte médico, firmado por el doctor Bernaechea, afirmó que se encontraba “lúcido y afebril”, y que se le efectuó una tomografía axial computada de cerebro, de características normales, y una resonancia magnética nuclear de columna cervical y lumbar, también normal.

En cuanto a la fractura del tabique, el médico explicó que “se programó una rinoseptoplastía plástica para esta semana”, y que el paciente estaba “en condiciones de ser externado”.

De acuerdo con esto, Benítez podría presentarse hoy ante Lijo, siempre que los médicos consideren que se encuentra en buenas condiciones de salud como para hacerlo.

Además, fuentes judiciales precisaron que la policía aún no pudo ver las imágenes del disco rígido de la filmadora ubicada en la cabina del motorman por un “daño” del lector, por lo que el juzgado consulta a dos empresas privadas especializadas para intentar recuperarlas.

En tanto consideraron “verosímil” que el maquinista haya extraído el disco rígido que se encontró en su mochila, ubicado en un gabinete en la parte de abajo de los controles de conducción, y aseguraron que “hay testigos” que, al parecer, vieron a Benítez “en el piso de la cabina”donde se encuentra la memoria de la cámara.

Más allá del motorman, también permanecía internado un pasajero con politraumatismos en el Ramos Mejía. “El pasajero, que se recupera muy favorablemente, sería dado de alta en las próximas horas, aunque previo a la misma habrá un parte médico”, informaron ayer fuentes sanitarias.

El resto de los internados, otros seis en la tarde del sábado, “permanecieron en observación y tras recibir el alta médica se retiraron a sus domicilios”.

Unas 80 personas resultaron heridas el sábado al chocar un tren de la línea Sarmiento en la estación del barrio porteño de Once, en el mismo andén donde el 22 de febrero de 2012 colisionó otra formación, lo que causó la muerte de 51 pasajeros.

Según fuentes judiciales, el examen preliminar de alcoholemia del motorman dio “negativo” y se aguardaban los resultados de toxicología para determinar la presencia de algún tipo de droga en el organismo. En otro orden, el juez Lijo ordenará hoy la pericia técnica sobre el tren del siniestro.

Uno de los datos que analizaban los investigadores era el arribo de la formación a la estación de Once luego de advertir que el tren ingresó a 22 kilómetros por hora cuando lo correcto sería una velocidad de entre 6 y un máximo de 12 kilómetros.

En una conferencia de prensa que dio el sábado, el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, confirmó que la información obtenida con el GPS dictaminó que la unidad ingresó a las cercanías de la estación a una velocidad de “48 kilómetros por hora, cuando el promedio(habitual) es de 37”, mientras que al llegar a la zona de andenes iba a “22 kilómetros por hora”.

Además de informar sobre las velocidades, Randazzo sostuvo que “otro dato muy importante es que el motorman nunca se comunicó con la torre de control” para notificar alguna situación de emergencia. “En la noche del 18 de octubre se probó el alistamiento de la unidad 05 (la que protagonizó el accidente) y ese alistamiento fue firmado por el supervisor Gustavo Paulina, quien verificó el correcto funcionamiento de los frenos.”

Consultado acerca de si hubo error humano, Randazzo aclaró que había dado a conocer “los datos objetivos que tenemos a través de la Justicia, que es la que tiene que determinar las responsabilidades; no voy a hacer ningún juicio previo contra ningún trabajador. Voy a colaborar como lo hicimos en el caso de Castelar”, en referencia al choque entre dos trenes del Sarmiento ocurrido el 13 de junio de este año, con un saldo de tres pasajeros fallecidos y 315 heridos.

La versión del gremio de los maquinistas
El secretario de Prensa del gremio La Fraternidad, Horacio Caminos, se refirió al accidente en la estación de Once del sábado y alegó que es“inverosímil” la hipótesis de que el motorman Benítez pudo haber violado el compartimento que protegía la grabación tras el choque, debido a que sufrió múltiples traumatismos.

“El compañero se encontraba inconsciente. Es muy curioso que alguien que quiera robarse algo lo ponga en su mochila, sabiendo que luego tendrá que ir a declarar ante la Justicia”,
 señaló Caminos y apuntó a una falla en los frenos: “Aparentemente hubo una falla en los frenos, igualmente está todo sujeto a las pericias”.

Según el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, el juez Ariel Lijo, a cargo de la causa, informó a la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) que el maquinista «robó el disco rígido de la cámara instalada en la cabina» y que fue recuperado por la policía.

En este sentido, el sindicalista, que al principio se oponía a las cámaras en las cabinas de los motorman, señaló que “si estuvieran monitoreadas, los accidentes se podrían evitar”.

Además, Caminos se quejó de “la actitud indecorosa de algunos funcionarios, particularmente el ministro Randazzo”, que dijo que hay maquinistas que cobran hasta 50 mil pesos, lo que los expone al “escarnio público”.

“Nuestros compañeros son los que ponen la cara por las empresas que no ponen ningún tipo de inversión”, se quejó Caminos, quien dijo que, en el caso de este choque, “la gente salió con mucha bronca”.

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