El secretario del Comité Argentino de Presas, Ernesto Ortega señaló que aunque consideran útiles y complementarios todos los tipos de energía, la gran ventaja que tienen las represas es que pueden guardar energía a través de la energía potencial que tiene el agua al ser contenida en una presa. Además dijo que Argentina es uno de los mejores lugares del mundo para explotar la energía nuclear.
Ortega remarcó que las presas han servido a la humanidad desde hace muchísimos años y que la conversión de energía en el mundo es una necesidad.
Asimismo reconoció la existencia de otros tipos de energía y aseguró que todas son útiles y complementarias. “Por ejemplo no me imagino una gran presa para una pequeña comunidad aislada, hay otro tipo de energías que pueden ser más útiles”, dijo.
Según explicó, la gran ventaja que tienen las presas es que pueden guardar energía a través de la energía potencial que tiene el agua al ser contenida en una presa o represa, lo cual es muy difícil de encontrar en otro tipo de energía que además sea renovable y no contaminante.“Las menos contaminantes son la energía eólica, solar y la hidráulica porque son renovables y no generan desechos”, señaló.
Además indicó que para obtener la energía eólica, en general se ocupan lugares muy amplios con muchísimos generadores utilizando más espacio que el que puede ocupar una gran presa y consideró que una energía distinta y muy viable en Argentina es la nuclear. “Argentina es uno de los lugares más seguros para centrales nucleares, no estoy en contra de que haya, realmente funciona muy bien y la ventaja que tiene es que son centrales que funcionan durante todo el día, prácticamente igual que las centrales de paso que hay en el Litoral, lo cual genera una gran cantidad de energía. Mientras que las que están en la cordillera funcionan menos horas permiten alcanzar grandes picos cuando están en funcionamiento”, manifestó en ese sentido.
Ortega remarcó que cualquiera sea el tipo de energía que se explote, todos los sistemas de administración de energía tienen que ser utilizados de manera razonable.
Respecto a la reticencia de las comunidades para la instalación de las represas explicó “lo que se les imputa a las hidroeléctricas son que en algunos lugares generan gases de invernadero o inundan lugares protegidos, pero en este momento lo que se trata de hacer es mitigar esos efectos sin desaprovechar la energía que generan”.
