La comercialización fue en bolsas de 50 kilos, y llegó en forma directa desde los compañeros santaneños a la Coopafes que previo trabajo de promoción distribuyó entre más de 30 organizaciones sociales ( cooperativas , asociaciones civiles, jardines maternales, hogares de chicos y emprendedores) azúcar de los productores cañeros.
Como un hecho más de la economía social, en forma organizada, el sistema cooperativo permite la comercialización de nuestros productos a un precio digno para el que produce el alimento y su familia como así también para las comunidades de las organizaciones que intervienen en esta cadena de comercialización y que se posicionan desde la práctica en hechos concretos para combatir la inflación generada por grupos monopólicos formadores de precios.
Hoy en día para las organizaciones productoras es un hecho revolucionario poder producir y comercializar nuestros productos a precios populares.
