PARAGUAY CARTA DE LA HINCHADA AL «TATA» MARTINO

Nos sentimos afortunados de contar con un profesional que se ha mantenido siempre -como pocos- dentro de los límites de la educación, la sobriedad y el respeto a la hinchada, respondiendo y demostrando lo que fuese necesario con resultados y no con palabras efímeras ni burdas polémicas. De a poco, las expectativas se volvían resultados, efectividad, alegría y entrega. Y hoy, esto se traduce en historia: bajo su dirección, Paraguay es una de las ocho mejores selecciones del mundo. ¿No es acaso, profesor, motivo para que todo un pueblo lo aclame y le exprese su gratitud?

Estamos desbordados de emoción, porque nos desbordó el temple y la entrega que usted, junto a sus bravos leones, dejó sobre el campo de juego. La misma entrega que si en algún momento implicó derramar lágrimas y quebrarse ante los ojos del mundo, lo hizo, porque el honor y el sacrificio así lo ameritaban. Lloramos con ustedes, pero lo hicimos abrazados bajo una misma bandera, con esas mismas lágrimas que usted derramó y que hoy la hinchada lleva como ejemplo para cualquier líder en este país. Usted, sin ser paraguayo de nacimiento, ha conmovido a toda la nación, que hoy lleva esa imagen suya llorando como un icono, símbolo de entrega total por una causa que adoptó como propia, y actitud por la cual el pueblo rogaría que sus líderes en otros sectores sociales imitaran con tal valor y compromiso.

Ha culminado un proceso del cual estamos sumamente orgullosos, pero nos deja con ganas de más. El hito deportivo que han alcanzado simboliza un antes y un después en nuestro deporte. Dejamos de ser un «equipo relleno» en el fixture y nos ganamos respeto por pelear palmo a palmo con los que nosotros creíamos grandes. Hoy somos tan grandes como ellos, si antes se reían de nosotros y la gente ni se ilusionaba porque: o no clasificábamos o hacíamos las maletas después del segundo partido, ahora diremos con orgullo que el «Tata» nos enseñó que la gloria está tan cerca, que si la buscamos con humildad, sacrificio y sentido humano puede ser nuestra. Sólo hay que soñarlo y trabajar paso a paso para alcanzarla.

Gracias, señor Gerardo Martino, por impulsar este sueño y llevarnos tan, pero tan cerca del objetivo final. Ni el más optimista de los paraguayos se imaginaba tan fructífera campaña, tan desinteresada entrega. A las puertas de una nueva etapa para nuestro fútbol, todos los jugadores, cuerpo técnico y la hinchada se lo suplicamos humildemente: ¡No nos abandone!

Si sus posibilidades se lo permiten, estaremos inmensamente orgullosos y agradecidos de que sea usted quien nos guíe nuevamente en busca de la gloria. Usted nos enseñó a no conformarnos. ¿Por qué, entonces, habríamos de conformarnos ahora con lo logrado? Estamos seguros de que; de su mano, sumado al corazón de todos nuestros guerreros y el aliento de todo un pueblo, pronto habremos alcanzado metas aún más ambiciosas. POR TODO ESTO Y MÁS, LE PEDIMOS QUE POR FAVOR SE QUEDE.

Cuenta con el apoyo de todo un pueblo que no se cansará de demostrarle su aprecio a donde vaya, que lo siente como un paraguayo más y que desea que las alegrías que hemos sentido con su llegada a la Selección Nacional se multipliquen para usted y su familia, Dios lo llene de bendiciones y de la fuerza para continuar realizando este trabajo tan importante, que va mucho más allá de las estrategias: brindarle satisfacción a un pueblo tan sufrido y unirlo bajo los colores patrios como nunca antes hemos visto.

En nombre de todo la afición paraguaya.

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