EL DIFÍCIL SEGUNDO SEMESTRE EN ARGENTINA


Por Santiago Fraschina

Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
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Iniciando el Segundo Semestre la actividad económica va en caída libre con una inflación que no cede. En primer lugar, tomando algunos datos de la actividad económica se observa que la caída de la producción y del consumo se profundiza. Podemos hablar de depreflación, boom importador, primarización de las exportaciones y crecimiento del desempleo.

En efecto, en Abril la construcción según datos del INDEC se derrumbó un 24%, mientras que la industria para el mismo mes cayó un 6,5%. En este mes, la producción del bloque industrial alimentos y bebidas se derrumbó un 11,6% impulsado por la menor producción de lácteos (-21%), bebidas (-18%), carnes rojas (-11,5%) y carnes blancas (-9,9%).

Por otro lado, en Mayo la recaudación del IVA – DGI (que depende fundamentalmente del consumo interno y la inflación) aumentó un 10% en un contexto de 40% de inflación, con lo cual este impuesto experimentó una caída fuerte en términos reales reflejando la disminución del consumo que se viene generando desde el gobierno de Macri. Según, el informe de FEDECAMARAS en lo que va del año cerró aproximadamente 5.000 comercios siendo los rubros más afectados las ferreterías, corralones, casas de materiales eléctricos y mueblería.

Pero además, el deterioro del poder de compra generado por el macrismo no sólo se traduce en la reducción de consumo de bienes durables y de viajes de turismo, sino que también en caída del consumo de los productos de la canasta básica alimentaria. Mientras que en mayo de 2015 el argentino promedio consumía 59 kilos y medio por año, en mayo del corriente se compraban sólo 55,7 kg, esto es, una merma del 6,4% siendo además el menor consumo per capita de los últimos cinco años.

Por su parte, con respecto a la inflación pese a la caída del consumo interno los precios siguen aumentando considerablemente. Según el Índice de Precios del INDEC la inflación de mayo fue de 4,2%, mientras que para el IPC CABA la inflación del mismo mes fue de 5%. Se calcula que la inflación para este año será alrededor de un 40%, lo cual va a implicar que todos los ingresos reales de los argentinos van a caer. Tantos los salarios nominales, como las jubilaciones y la asignación universal por hijo van a aumentar menos del 40%, implicando por lo tanto una disminución de esos ingresos en términos reales.

Por otro lado, la política antiinflacionaria del macrismo es la recesión económica junto a la apertura comercial. La caída del consumo y la entrada masiva de productos importados más baratos implicaran en algún momento una desaceleración en la suba de precios. Sin embargo, esa desaceleración será a costa de la desindustrialización y quiebre de la pequeña y mediana empresa y el aumento de la desocupación. El resultado final para este año será una caída de los ingresos reales de los argentinos al mismo tiempo que un crecimiento del desempleo, donde la suba de precios ira cediendo en algún momento a costa de la falta de trabajo.

Con lo cual, iniciamos el segundo semestre pasando del proceso de ESTANFLACIÓN (estancamiento más inflación) al de DEPREFLACIÓN (depresión más inflación)como señala el último informe del CESO.
La Depresión Económica es cuando la recesión (caída de la producción y el consumo) se extiende varios meses como viene sucediendo desde el inicio del gobierno de Mauricio Macri. Por lo tanto, se está comenzando el segundo semestre y la situación económica es cada vez peor.

A su vez, analizando el Sector Externo (exportaciones e importaciones) a lo largo de estos meses se puede observar la filosofía de la economía macrista. Por el lado de las exportaciones se produjo un proceso de primarización de las ventas externas, en el cual ganan cada vez más participación las exportaciones de productos con poco valor agregado y escasa generación de puestos de trabajo.

En este sentido, tomando los primeros cinco meses de 2016, mientras las ventas externas en cantidades de productos primarios crecieron un 30,8% y las de manufacturas de origen agropecuario aumentaron un 27,0%; las exportaciones de manufactura de origen industrial en cantidades cayeron un -11,7% durante los cincos meses de este año.

Este desempeño refleja una parte de la economía macrista que tiene como una de sus consecuencias el beneficio al sector agropecuario concentrado de la Pampa Húmeda
(producción y exportación de granos como soja, trigo, maíz) y un impacto negativo en el sector industriala partir de la desindustrialización de la economía nacional principalmente del quiebre de una gran cantidad de pequeñas y medianas empresas por el contexto de caída de las ventas por disminución del consumo interno, aumento de los costos (sobre todo por el tarifazo) más apertura comercial.

Por el lado de las importaciones se observa un aumento considerable de las importaciones de bienes de consumo que está asociado a la apertura comercial llevada a cabo por el macrismo, que se traduce en la entrada de productos baratos del extranjero. De nuevo, tomando los primeros cinco meses de 2016 se observa un fuerte crecimiento de la importación de productos elaborados tanto en el rubro bienes de consumo como vehículos automotores de pasajeros. Mientras que las importaciones de bienes de consumo en términos de cantidades en estos cinco meses crecieron un 21,3%, las cantidades importadas de vehículos automotores de pasajeros se expandieron un 46,4%.

Por su lado, las importaciones relacionadas con el aumento de la producción interna y las inversiones se mantuvieron prácticamente estancadas. Efectivamente, durante los primeros cinco meses del año las cantidades de importación de bienes de capital (ejemplo maquinas) creció solamente un 6,1% y la de los bienes intermedios (insumos para la producción nacional) un 4,6%.

Con lo cual la economía macrista de primarización de la producción (centrada en la producción de productos primarios en la Pampa Húmeda) y el proceso de depresión y desindustrialización de la economía nacional, se ve claramente reflejado en la composición de las importaciones: se reduce la compra al mundo de insumos y máquinas y en contraposición crece la importación de los bienes terminados. Michetti (Vicepresidenta de la Nación) ya había afirmado que “Vamos hacia un modelo agroexportador y de servicio, basta de industrias”, tomando el ejemplo del modelo económico de la India.

Por último, la depreflación junto con la primarización de la economía centrándose en los granos de la Pampa Húmeda (excluyendo a las economías regionales) y el boom importador se traduce en un crecimiento constante de la desocupación.

Según los datos del CEPA que hace un relevamiento de los despidos y suspendidos con datos de sindicatos y cámaras, a principio de mayo había 154.786 despedidos y suspendidos desde el inicio del macrismo. Durante el mes de abril (después de haber firmado los empresarios con Macri un documento para comprometerse a no despedir y haber vetado Macrila ley antidespido) los desocupados y suspendidos aumentaron en 14.316, es decir, 9,36%.

Por otro lado, la mayor cantidad de despidos se encuentra en el sector privado. Al 30 de abril, mientras que en el sector publico la cantidad de despidos suman 60.024 (38,78%), en el sector privado es de 94.762 (61,22%). Pero esta tendencia de mayor despidos en el sector privado se profundiza con el correr del tiempo, como resultado de que el Estado dejo de despedir masivamente y los problemas de la economía están generando el cierre de comercios e industrias sumado a la caída de la construcción.

Dentro del sector privado en abril fue el sector industrial el que generó la mayor cantidad de despidos y suspensiones. Efectivamente, de los 14.316 despedidos en abril, aproximadamente 12.000 fueron en la industria. Esto demuestra que se está acelerando el quiebre de la pequeña y mediana empresa y el proceso de desindustrialización de la economía nacional.

Es importante destacar que el desempleo en la economía macrista no es un efecto no deseado de sus políticas, sino más bien un objetivo buscado.
Para el equipo económico de Macri, los salarios de la economía argentina son altos, con lo cual necesitan disciplinar al mercado laboral para lograr la reducción de las remuneraciones (la cola de cuadra de gente buscando trabajo se transforma en la causa central para reducir los reclamos salariales). Ya lo había dicho Prat Gay “a la hora de discutir salario, tengan en cuenta la pérdida de empleo”.

Resumen: Macri y su equipo económico habían prometido que en el segundo semestre la economía argentina experimentaría una reactivación y una mejora en la situación social. Sin embargo, la entrada al segundo semestre no es auspiciosa: a la depreflación se le suma la primarización de las exportaciones y el boom de las importaciones de bienes de consumo, lo cual se traduce todo esto en aumento de la desocupación. La pobreza cero cada vez más lejos.

*Santiago Fraschina
, economista, integrante de Economía Política para la Argentina (EPPA)

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