por Red de Comunicadores del MERCOSUR
Donde encuentren las condiciones políticas o la correlación de fuerzas necesaria, avanzarán hasta lo inimaginable.
El viernes se anunciaban nuevos despidos en distintos Organismos y Programas del Estado. Antes dejaron en claro que la ecuación es menos salario por mantenimiento del empleo. Y jugaron a la experiencia piloto de liquidar la paritaria municipal en Provincia de Buenos Aires. Cambian las cerraduras y las claves de acceso en distintas dependencias oficiales a lo largo del país. Todavía no vivimos el impacto que las importaciones tendrán en la industria nacional y en el nivel de empleo en las pymes.Son los gerentes de las grandes corporaciones y los grupos económicos nacionales e internacionales ligados al capital financiero, los que están gobernando; con la complicidad de un sector muy importante del Poder Judicial, con la protección mediática. Esto torna a esta experiencia de la derecha como novedosa en muchos aspectos, pero también muy peligrosa por la impunidad y el poder, con la que actúa. La represión es una herramienta esencial para sostener este proyecto de país. Tienen un plan, no improvisan y están dispuestos a aplicarlo.
Todas nuestras acciones en el terreno de la política, lo social o comunicacional deben priorizar el fortalecimiento de las organizaciones y las redes. Las posturas individualistas, de quinta, de protagonismo personal sobre las necesidades del conjunto y la unidad de los sectores populares son absolutamente funcionales a este accionar de la derecha (la que está en el gobierno y la que lo apoya desde sus instituciones).
Es necesario reconocer que vastos grupos poblacionales tienen una mirada totalmente distinta sobre las medidas de gobierno de las que visualizamos en el campo nacional y popular. Por lo tanto, urge tener discurso, contenidos, acciones para trabajar sobre esos sectores. Hay que elaborar un plan en cada ciudad, provincia, territorio, frente de lucha.
Hay que construir otra comunicación, donde debemos cuestionarnos la utilidad y legitimidad de las herramientas que en este campo venimos utilizando desde hace años y resignificar las nuevas tecnologías para no terminar hablando entre los convencidos.
Sin organización, la historia demuestra, que no hay posibilidades de enfrentar un proyecto como el que hoy está en el gobierno.
Firmemos documentos, solicitadas, denunciemos en las redes lo que pasa; pero tengamos en claro que nuestro pueblo, siempre definió a su favor la contienda política en las plazas y en las calles. Para eso no alcanza con los que hoy estamos protestando.
La comunicación tiene, en este contexto en particular, un rol preponderante y protagónico. Asumamos el desafío, pues la criminalización de la protesta social es sólo una parte de su plan. Está claro que vienen por todo y todos.
