Por Silvia Torres
La publicación de una versión periodística que informaba que el hijo de la Presidenta de la Nación “tendría” cuentas bancarias secretas en el exterior disparó un nuevo debate político y cultural en torno del rol de los medios y de los modelos políticos en pugna.
La versión la construyó la revista brasileña Veja, órgano que responde a los intereses de la fuerte oligarquía brasileña, y papita pa’l loro, inmediatamente fue reproducida por el diario Clarín en su delicado estilo periodístico, abrumadoramente plagado de tiempos condicionales, para informar al soberano que “existirían cuentas secretas en el exterior a nombre de Máximo Kirchner”, hijo de los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
La versión sirvió para que los operadores cybernéticos del establishment dispararan miles de Twits y de msj, cosa de que nadie quedara fuera de enterarse de semejante noticia: El hijo K fugando divisas al exterior como cualquier ciudadano voraz y delincuente de guante blanco.
Desfalleciente el operativo Nisman, éste nuevo hecho caía como anillo al dedo, sobre todo porque una vez más quedó en evidencia las esforzadas maniobras que los líderes sindicales opositores debieron desplegar para concretar su objetivo de contundente paro general, con flamantes camionetas 4X4 trasladando “trabajadores” a los piquetes que impidieran el tránsito en cualquiera de los accesos a pueblos, ciudades y provincias, a las terminales de ómnibus y amedrentando y amenazando a vehículos particulares.
Pero, una vez más, quedó demostrado que la realidad tiene sus vueltas y sorpresas: MK emitió un contundente comunicado negando la especie, agregando argumentaciones de alto voltaje político al que se agregó un reportaje a cargo de Víctor Hugo Morales que se difundió ampliamente por las redes sociales, en donde el dirigente se ocupó de explicar las razones por las que es víctima de tantas operaciones, sobre todo luego de su aparición pública en el primer acto de la gigantesca agrupación juvenil que conduce, La Cámpora; destacó algunas conductas de periodistas y comunicadores “independientes” (sic) que responden a los intereses del establishment y, sobre todo, puntualizó acerca de los dos modelos en pugna que habrán de dirimirse en las próximas elecciones.
Y en este último punto es como quedaron debidamente esclarecidos los motivos que desatan la incontenible animadversión de la oposición rabiosa hacia su figura: El joven sabe lo que dice, explica con claridad y sencillamente los factores de poder, su discurso tiene sólida sustancia y se condice con la realidad presente e histórica del pueblo argentino y desnuda, sin conmiseración, las feroces intenciones del neoliberalismo que sostiene a la mayoría de los presidenciables de la oposición.
El debate político instalado en el país era mostrado por los medios hegemónicos como un lamentable proceso de deterioro de una ficticia “unidad” del pueblo argentino provocado por el insolente autoritarismo de la dictadura K. Hoy, esa ficción fue desmentida una vez más por la realidad desde que, hasta la principal figura presidenciable del establishment, Mauricio Macri, ratificó la existencia de dos modelos en pugna al responder a MK. Y en este sentido, la pícara mentirilla de Clarín volvió a ser un tiro por la culata.
Justamente, ese detalle no menor sino más bien sustancial, el de los dos modelos en pugna, es el que conviene mantener a flote ante las próximas elecciones, porque es lo que la ciudadanía deberá decidir con su voto. No otra cosa. O se cambia y el cambio está expresado claramente por Macri, Massa, el radicalismo, los medios hegemónicos y las corporaciones económicas para reponer el modelo de la dictadura genocida y continuado por Alfonsín, perfeccionado por Menem, dramáticamente sostenido por De la Rúa o se continúa con el proceso de crecimiento con inclusión, que permite el desarrollo del potencial inconmensurable del pueblo argentino, que puso en marcha la maquinaria de la producción, la industrialización, la ciencia y la tecnología siempre teniendo como eje la distribución equitativa de la riqueza para incluir a miles y miles de argentinos caídos del sistema.
MK lo sintetizó con meridiana claridad: “Los números tienen que cerrar con la gente adentro”.
