ALIANZAS ESTRATÉGICAS

 


Por Silvia Torres

 

Con la Unasur inaugurando casa propia presidida por una gigantesca imagen de Néstor Kirchner y con la 48° reunión de presidentes del Mercosur se cierra un año en el que los líderes de América Latina redoblan la apuesta por fortalecer alianzas estratégicas. 

PRESIDENTAS

Luego de la reunión de presidentes de la Unión de Naciones del Sur (Unasur) en Quito, Ecuador, que tuvo entre sus notas salientes la inauguración de la sede propia del organismo, -una obra arquitectónica notable creada por el genio vanguardista del arquitecto Diego Guayasamín-, presidida por una gigantesca estatua de bronce del ex presidente Néstor Kirchner, el primer secretario general del organismo internacional y fuerte impulsor de la unidad latinoamericana junto a Hugo Chávez y Lula Da Silva, de donde provino la decisión unánime de todos los integrantes de bautizar la casa con el nombre del argentino.

 

Bajo la actual conducción del colombiano Ernesto Samper y la presidencia pro témpore de José Mujica, quien dijo un discurso memorable, la reunión definió líneas de acciones futuras tendientes a resolver diferendos en materia económica entre los bloques de países, Mercosur y Alianza del Pacífico, que dividen no solo estilos políticos de los países integrantes sino también la sustentación ideológica y fáctica de las economías y el comercio internacional.

 

Luego, en la 48° reunión de mandatarios del Mercosur en la ciudad de Paraná, Entre Ríos, con asistencia completa de todos los países integrantes y consolidado el bloque luego de la reincorporación plena del Paraguay, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner pasó la presidencia a su colega, la recientemente reelecta mandataria de Brasil, Dilma Rousseff y la reunión tuvo la nota saliente de la presencia de Evo Morales, presidente de la República Multicultural de Bolivia, cuya incorporación al grupo fue aprobada unánimemente y solo faltan ultimar detalles para su concreción.

 

La reunión no estuvo exenta de notas optimistas, en virtud de la situación general de los países que conforman el bloque, con índices auspiciosos en cuanto al crecimiento económico y el desarrollo social, teniendo en cuenta que solo los EEUU han podido mostrar tasas de recuperación económica en el mundo, mientras que otras, como la europea, no deja de dar señales de postración y aún de retroceso. No obstante, la mandataria argentina se ocupó de señalar en duros términos el conflicto que la Argentina mantiene con los fondos buitres y el papel que cumple el imperio del norte al no tener una posición clara en contra de la desmedida voracidad de los especuladores financieros“En Inglaterra esto está prohibido y no estoy hablando de Cuba, eh. En Bélgica y Luxemburgo también. En Estados Unidos se aprobó una ley que fue derogada”, indicó Cristina, para agregar que como se trata de una lucha internacional, las Naciones Unidas aprobaron por amplia mayoría abocarse a la redacción de un convenio internacional que resguarde la reestructuración de deudas soberanas.

 

Se puntualizó también el gran impulso que le brindó al bloque la incorporación de Venezuela y cuánto se jaquea su economía con el descenso del precio del petróleo; se puso de relieve la importancia del comercio dentro del bloque, herramienta indubitable del crecimiento económico de los países integrantes, sobre todo porque comprende bienes y productos con valor agregado, una línea que debe profundizarse y, finalmente, se coincidió en que debe acentuarse la integración regional y con otros bloques, pero siempre teniendo en cuenta parámetros de ganancia para ambas partes y no de subordinación, porque esa integración debe ser la herramienta para la inclusión de más ciudadanos al mercado interno y desterrar la desigualdad que aún pervive en la región.

 

Se tomarán medidas concretas en la construcción de la ciudadanía mercosuriana, que tendrá un impacto concreto sobre los habitantes del bloque que accederán a una ciudadanía extranacional y habrá tres declaracionesSobre los fondos buitres, sobre la energía renovable y un apoyo a la gestión del brasileño José Graciano Da Silva al frente de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO).

 

De la 48° reunión, el Mercosur emerge con nuevos bríos, con nuevas expectativas y con nuevas propuestas para avanzar en el proceso de integración en América Latina y que, con un nuevo miembro integrante pleno, suma más ciudadanos bajo el paraguas de la integración económica interregional y con mejores posibilidades de negociación ante los otros bloques en los que se ha organizado el mundo, bajo consignas bien claras: Crecimiento económico e integración económica sin subordinación y con el objetivo de impactar en la lucha contra la desigualdad que aún padecen los pueblos que integran el bloque.

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