A PROPÓSITO DE LA CULTURA

Por Silvia Torres

El parlamento misionero declaró al presente como Año de las Artes y sus Expresiones. La legislatura porteña declaró Personalidad Destacada de la Cultura al conductor de un programa muy poco edificante de la televisión nacional. Los valores que se destacan desde el Estado. 

 

Marcelo-Tinelli-Legislatura-Personalidad-DestacadaLa Legislatura misionera había declarado al presente como Año de las Artes y sus Expresiones y se ocupó de legislar para el fomento de distintas expresiones artísticas además de abrir sus puertas como escenario para la presentación semana tras semanas de artistas misioneros. La Legislatura de la Ciudad Autónoma de la Ciudad de Buenos Aires (CABA), a su vez, tomó la decisión de declarar Personalidad Destacada de la Cultura a Marcelo Tinelli, el inescrupuloso conductor de un programa de alto rating basado en protagonistas con poca ropa, en la sucesión de escándalos mediáticos y su repetición hasta el infinito por la cadena de medios que conforma el grupo hegemónico por excelencia.

 

Dos maneras claras y contundentes, las de ambas legislaturas, de poner de manifiesto qué valores pretenden destacar y realzar como modelos y ejemplos sociales. Ése y no otro sentido tienen estas acciones gubernamentales y cualquiera otra que se hace para señalar a hombres y mujeres que, a través de sus quehaceres, se erigen en paradigmas de una comunidad. Es una función indelegable del Estado marcar caminos, rumbos y valores.

 

En este sentido -y la comparación entre ambas legislaturas pone blanco sobre negro– es cuando la declaración de los porteños hace aguas por los cuatro costados, porque han definido que Tinelli es una persona cuyo trabajo se merece destacar y, por lo tanto, cabe premiar la misoginia, la manipulación de la mujer como objeto comercial, desatar conflictos irrelevantes para alcanzar el tan anhelado rating, etc. etc. O sea, el negocio y la fabulosa facturación como valores excelsos de la Cultura y el Arte, nada menos que de una ciudad que alguna vez se sintió el faro cultural de este lado del mundo.

 

Y no viene al caso discutir si lo que hace el conductor es o no un hecho cultural, es o no Cultura, porque no es eso lo que se premia o destaca, sino la calidad, los valores, la ideología, el contenido de un producto. Y, por lo tanto, esa decisión tiene un fuerte contenido políticoo –¡Ojo! No se trata de lo partidario, sino de lo estricta y acabadamente político-, es decir, de aquello que se aporta como gobierno de una comunidad para ser ejemplificador, para marcar un rumbo y para dar un mensaje claro desde el poder político hacia los ciudadanos.

 

Y es allí entonces cuando quienes gobiernan la CABA vuelven a demostrar, una vez más por si hiciera falta, que representan estructuras de valores y de intereses que nada tienen que ver con el desarrollo de las potencialidades del pueblo argentino, con su tradición de avidez por la educación y la cultura como valores para elevar la calidad de vida de los ciudadanos, con su irrenunciable vocación por los más excelsos valores humanos en una sociedad que debe desarrollarse conjuntamente.

 

Por eso, cuando próximamente se juegue una vez más el partido de la democracia en las urnas, esta señal dada por el gobierno porteño del presidenciable Mauricio Macri, deberá también pesar, tanto a nivel provincial como nacional, en la decisión de los ciudadanos.

Enlace permanente a este artículo: http://ellibertadorenlinea.com.ar/2014/10/31/a-proposito-de-la-cultura/