Estuvo en Eldorado acompañando el conflicto de trabajadores de la fábrica DASS.
Cansados del maltrato laboral, de trabajar hacinados y en condiciones precarizadas, los delegados de la firma Dass Eldorado SRL, decidieron reclamar algunas cuestiones como agua fresca para atemperar las altas temperaturas que sufren dentro de la fábrica, ventiladores y bocas de aireación, entre otras cosas. Como consecuencia de eso, nueve delegados fueron despedidos y sus compañeros decidieron realizar una medida de fuerza.
El Ministerio de Trabajo resolvió dictar la conciliación obligatoria y ordenó volver la situación al momento previo a los despidos. Los empleados decidieron acatar y regresar a sus puestos de trabajo; pero en la mañana de éste miércoles, sorpresivamente se encontraron con un cordón policial de más de 20 efectivos y fuerzas del GOE que les impidieron el acceso a la fábrica. Desde adentro, algunos empleados utilizando una manguera de presión destinada a extinguir incendios disparaban chorros de agua intentando dispersar el ingreso de los trabajadores, bajo la mirada indiferente del cuerpo policial.
Ante esto, más de 200 operarios protestaron por las calles de Eldorado hasta concentrarse en la plaza Sarmiento del Km 9 de esta ciudad bajo un agobiante calor. Un grupo de delegados acompañados por la diputada provincial, Myriam Duarte (PAyS-Nuevo Encuentro), hizo una denuncia en la Fiscalía de Eldorado donde se dejó constancia de la negativa de la empresa a cumplir con la resolución del Ministerio de Trabajo, y de la agresión sufrida con la intención de dispersarlos de su lugar de trabajo.
Este viernes a las 10.00, en la Dirección Región II Eldorado del Ministerio de Trabajo se realizará la conciliación obligatoria, a contramano de ello circulaban versiones desde la Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado de la República Argentina (UTICRA), acerca de que la conciliación se haría en Posadas. El responsable de la Delegación Eldorado del Ministerio de Trabajo, Daniel Gauto explicó que«hay una presentación del sindicato de los trabajadores y se fijó audiencia para el viernes a fin de conocer los motivos del despido de los delegados a quienes les ampara la Ley de Asociaciones Sindicales y Profesionales, los delegados no pueden ser despedidos, eso está prohibido por ley. Habrá que ver que aduce la empresa, pero en principio los delegados están amparados gremialmente”, reiteró el funcionario.
Apoyo de PAyS-Nuevo Encuentro
La legisladora provincial, Myriam Duarte , señaló que fue hasta Eldorado a acompañar a los trabajadores despedidos y a los que están sufriendo presiones dentro de la empresa. “Pero más allá del apoyo y la solidaridad, queremos discutir juntos qué medidas de acción se van tomando y apoyar en todo lo que esté a nuestro alcance. Me parece importante trabajar no sólo por la reincorporación de los despedidos, sino también por una mejora real en las condiciones de trabajo, porque en definitiva esa es la lucha de fondo, hay que exigir que se cumplan con las leyes laborales y cuenten con mi apoyo para eso”, destacó.
«Lo que vivimos en la fábrica es un infierno»
“Apoyamos a nuestros delegados y queremos que los reincorporen porque ellos fueron echados por defender nuestros derechos. Los brasileños (los empresarios) no están cumpliendo con las leyes laborales, y los delegados comenzaron a reclamar por ejemplo que no tenemos agua, no hay ventilación y con este calor se hace irrespirable trabajar así”, dijo Mirta, una de las empleadas que apoya la medida de fuerza.
Los trabajadores se sienten amenazados, porque “lo que vivimos en esa fábrica es un infierno. Esto salió a la luz ahora, pero es algo que venimos sufriendo hace mucho tiempo, sólo que ya no podíamos seguir aguantando más. Hace unos días sonó la alarma de incendio y todos corrimos a las puertas de emergencias que estaban bloqueadas, hasta que recién a los 10 minutos llegó la gente de seguridad, si ocurre un incendio, en esos minutos morimos todos quemados”, lamentó.
La firma Dass a cargo de empresarios brasileños fabrica zapatillas. Se afincó en el Km 6 de Eldorado hace unos siete años. Tiene 1500 empleados trabajando y produce unos 1035 pares por día y que significan siete camiones llenos que salen de la fábrica.
Una de las empleadas, que por temor prefirió no dar su nombre, contó que cuando quedó embarazada el jefe de personal comenzó a discriminarla porque a raíz del esfuerzo laboral y los elementos con los que trabaja tenía náuseas y malestar. “Yo trabajaba con pegamentos que me producían vómitos, me temblaba todo el cuerpo, tenía pérdidas y le pedí por favor que me cambie de lugar porque estaba de dos meses y corría riesgo de perder a mi bebé. Astor se llama ese señor, no me voy a olvidar nunca de todo lo que me hizo sufrir mientras me amenazaba que me iba a despedir. Todo el embarazo viví con miedo de perder a mi bebé, y gracias a los delegados me cambiaron de lugar, y gracias a ellos hoy mi hijo tiene ocho meses y está sano”, relató la empleada que tiene casi tres años de antigüedad y que apoya a sus compañeros.
Todas las quejas apuntaban al maltrato laboral que sufren los trabajadores, mujeres y hombres que resisten los despidos. “Lo que vivimos dentro de la fábrica es una injusticia, muchos están con certificados médicos por estrés, hay maltrato psicológico, y los patrones no cumplen con las leyes. Antes no se pagaban horas extras y ahora gracias a los delegados cobramos esas horas y hubo cambios de categorías a mucha gente que se lo merece, por eso despidieron a nuestros compañeros: porque reclaman lo que nos corresponde”, dijo.
Todas las quejas apuntaban al maltrato laboral que sufren los trabajadores, mujeres y hombres que resisten los despidos. “Lo que vivimos dentro de la fábrica es una injusticia, muchos están con certificados médicos por estrés, hay maltrato psicológico, y los patrones no cumplen con las leyes. Antes no se pagaban horas extras y ahora gracias a los delegados cobramos esas horas y hubo cambios de categorías a mucha gente que se lo merece, por eso despidieron a nuestros compañeros: porque reclaman lo que nos corresponde”, dijo.
Puso como ejemplo de maltrato laboral que “nos daban cinco minutos para ir al baño, y si tardábamos más, nos sacaban a la fuerza. Lo más grave es la falta de agua fría y la ventilación, son 45 grados que sufrimos en ese galpón hecho de chapas, muchas compañeras se desmayan porque no se aguanta. Hay gente que trabaja con hornos de 70 grados de calor, una chica perdió su embarazo y otra perdió un dedo tratando de arreglar un viejo ventilador!», expresó indignada.
