INYECCIÓN

 

 

Por Silvia Torres
El modelo lo exige: Miles de millones de pesos se inyectan al mercado interno para sostener el crecimiento con inclusión. No hay síntoma alguno que anuncie cambios hacia el ajuste que reclama la oposición.Inyeccion

 

El modelo aplicado por Néstor Kirchner a partir del 2003 y sistemáticamente continuado por Cristina Fernández de Kirchner se sustenta en un fuerte protagonismo del Estado reglando la vida de los argentinos y determinando sustanciales inversiones del tesoro para garantizar el crecimiento con inclusión. El efecto logrado hasta el momento significó la creación de millones de puestos de trabajo, la recuperación de la industria y la consolidación del mercado interno.

 

No es para menos, porque las inversiones que realiza el Estado solo pueden tener ese efecto. Imposible que los beneficiarios de esta política –bien keynesiana, por cierto, aunque grotescamente tildada de “socialista”, “chavista”, “soviética” o “cubana” por los manipuladores de siempre que buscan impactar en algunas mentes desprevenidas-, le den otro destino que no sea el consumo, al dinero que perciben: Se acabaron los tiempos en donde la poca o mucha de liquidez que circulaba se convertía en divisas que, concentradas, permitió a muchos vivillos protagonizar las más espectaculares fugas de divisas que se recuerden en la historia nacional.

 

El modelo es así: Regar la plaza con recursos muy bien direccionados para alimentar el circuito virtuoso de un capitalismo lo más saneado y justo que las circunstancias lo permitan (hasta ahora), con la vista puesta en el futuro inmediato y mediato para lo cual también se tejen y destejen gestiones, acciones y propuestas. Que lo diga la Ley de servicios audiovisuales que esperó cuatro años para su aplicación; o la más reciente negociación exitosa para finiquitar la expropiación de las acciones de YPF. ¡Todo encaminado hacia el futuro, que sin dudas será mucho más promisorio que el arduo presente!

 

Algunos números dan fe de cómo es y se sustenta el tan mentado modelo:

 

1)      Recursos que van directamente al bolsillo de los ciudadanos: 143.903 millones de pesos, distribuidos de la siguiente manera en el corriente año: a) $ 36.000 millones que cubren los dos aumentos a los jubilados; b) 16.803 millones para asignación universal por hijo y embarazadas; c) 84.000 millones por salarios alcanzados en paritarias; d) 6.500 millones por reducción de impuesto a las ganancias y e) 600 millones por aumento del salario mínimo.

 

2)      Recursos destinados a producción y a construcción: 54.180 millones de pesos anuales distribuidos así: a) 30.000 millones destinados a créditos para el sector productivo; b) 13.000 millones para financiar créditos del PROCREAR y c) 11.180 millones para financiar obra pública.

 

La suma de los dos ítems dan cuenta de casi 200 mil millones de pesos que se destinan al mercado interno, alimentan el circuito económico que genera los récords de consumo y de recaudación fiscal, que permitió conseguir los niveles actuales de desocupación por debajo del 7 %, como parte de objetivos parciales logrados y cuyo sostenimiento debe permitir profundizar el modelo para resolver situaciones macro que tienen que ver con reservas, inflación, combustibles, etc. además de alcanzar los puestos de trabajo que aún faltan para miles de argentinos que aún no lo tienen y están privados de un salario digno. Este es el objetivo de la próxima década, es la razón de ser del ¡vamos por más!

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