por Juan Eduardo Lenscak
Se habla de una década ganada, y con razón. Del infierno del 2001/02 a la actualidad hay un abismo de distancia y de avances. Formosa, con el aval de la mayoría de la población, tuvo para el caso una metodología de conducción que asumió decisiones de altísmo riesgo, en la centralización y concentración del poder en el ejecutivo.
Los resultados están a la vista. Sorteamos la crisis. Quienes hacíamos observaciones a este modelo de concentración de poder en un dirigente, tenemos la obligación de reconocer que afortunadamente tuvo sus aciertos. La Formosa de hoy, indudablemente supera con creces la Formosa de décadas pasadas.
Pero ya salimos del infierno, y nuestro pueblo demanda cambios. Como puede leerse en los resultados de las últimas PASO, donde el FpV ha perdido unos 40 mil votos, y hemos perdido por 7 puntos en la capital. Ese pueblo que mayoritariamente apoyó la centralización del poder como salvavidas en el naufragio neoliberal, ahora demanda otras metodologías, y nuevas reivindicaciones relegadas por la emergencia.
Para responder a esta demanda proponemos una serie de propuestas que podemos sintetizar en tres grandes ejes, que a nuestro juicio, contienen las demandas de la hora: trabajo, transparencia y democracia. Repito: trabajo, transparencia y democracia.
Para comenzar, tomemos el tema más difícil y –a nuestro criterio- más importante: la reforma constitucional.
Debemos comenzar con la reparación histórica que nos debemos los formoseños en términos de democratización. Debemos recuperar nuestro origen.
Recuérdese que la Constitución de 1949 (vigente cuando se promulga la ley de provincialización de Formosa durante el gobierno del Gral Juan Domingo Perón) establece en su artículo 68, inciso 3, como atribuciones propias e indelegables del Congreso las de “contraer empréstitos “. La Constitución del 49 es la meca doctrinaria del peronismo; la expresión más elaborada de la filosofía del movimiento de liberación nacional y popular en Argentina. Y en su redacción no establece ninguna delegación de facultades al ejecutivo en el tema del endeudamiento. Como sï lo establece, pero con severísimos condicionamientos (solo el 25% del patrimonio y las dos terceras partes de la cámara)la primer constitución provincial cuando el peronismo estaba proscripto.
Ahora bien, por imperio de nuestra Constitución del 2003, a contrapelo de nuestro origen y del propio texto constitucional de 1958, y de 1991, y por supuesto del texto y el espíritu de la constitución nacional de 1949 (que dio origen a nuestra provincia), el ejecutivo está facultado para elaborar los presupuestos de los tres poderes y solamente informar a la legislatura sobre los empréstitos asumidos que deberán abonar los formoseños actuales y las futuras generaciones. Tal discrecionalidad y centralización sobre el patrimonio colectivo en una sola persona, si bien es extremadamente riesgoso para una comunidad (tanto que se encuentra expresamente prohibido por nuestra actual constitución nacional, como también lo estaba en la constitución nacional que nos dio origen como provincia) se entendió como necesaria en su época. Y se avaló con los sufragios de manera mayoritaria. El parangón más cercano con la historia nacional lo podríamos hacer con el del Brigadier Juan Manuel de Rosas, que se constituyó el referente de la soberanía nacional y a la vez el maldito por la historia oficial del mitrismo.
En Formosa, no debemos llegar a un Caseros, con la victoria del modelo agroexportador unitario disfrazado de federal. Ni permitir que la mesa de enlace se nos disfrace de progresista y nos corra por izquierda.
Hoy, ya no se puede sostener que sea necesaria tal concentración de poder. Teniendo en cuenta, además que ninguna provincia argentina lo hizo, con el apremio de condicionamientos análogos… Por otro lado, ¿qué sucedería si otro gobernante tuviera este poder omnímodo sobre todos los formoseños? ¿Y si este poder lo asume el representante de la patronal agroexportadora que tanto daño causó a nuestra provincia en toda la historia nacional?
Urge modificar la constitución provincial. Las condiciones macroeconómicas han cambiado, y las condiciones políticas también. Hemos sorteado lo peor de la crisis. Por lo cual la honorable Cámara de Diputados debería abocarse a la búsqueda de consensos para la convocatoria a una asamblea constituyente. En principio para reformular el otorgamiento de facultades extraordinarias al ejecutivo, como temática central y convocante. Sin desmerecer el aprovechar la oportunidad para volver a debatir, a la luz de la experiencia, el tema de la reelección indefinida y el de la revocatoria de mandatos, que fueron las problemáticas más controvertidas en la convocatoria del comienzo de la década, hoy ganada.
Recuérdese que después de Caseros, no solo se consideró infame traidor a la patria a todo aquel que emulara al brigadier en la concentración del poder, sino que se proclamó como derecho constitucional la consigna anglofrancesa de la libre navegación de los rios. Lo que se ganó en la Vuelta de Obligado se perdió en la redacción constitucional de 1852.
Los derechos ganados por el carisma de un dirigente deben ser conservados y ampliados por el empoderamiento de la organización popular. La historia de nuestro pueblo nos enseña sobre derrotas, y décadas infames….
En las próximas entregas desarrollaremos otras propuestas referidas al trabajo, la transparencia y la democratización como ejes temáticos de la actual coyuntura. Siempre con la misma finalidad: aportar para un debate político de cara a la ciudadanía, a la consolidación de la democracia y a la profundización del proyecto nacional y popular de crecimiento con inclusión.
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Prof. Juan Eduardo Lenscak – candidato a diputado mandato proscripto
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