ECONOMÍA DE MISERIA Y LOS MILAGROS SENCILLOS


Por Fernando Gómez  
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Somos un pueblo de milagros sencillos. Y de Milagro Sala con 2507 días presa, como testimonio de la vitalidad de los pactos democráticos que son amables con el sistema político y duros con los humildes. Pueblo que anda en la búsqueda de un modelo económico que no pretenda llevar a los cachetazos al fondo de los consensos.

Una editorial en las vísperas de un partido en el que la selección se juega demasiado para clasificar, tiene pocas expectativas de reorientar prioridades. Y así todo, ahí va, como ilusión intacta de ganar la tercera, de poder encontrar destellos de la inevitable presencia de Diego en la cancha, justo ahora, que tanto lo andamos extrañando.

Nos enfrentamos a México en unas horas, aunque el gobierno nacional decidió desencontrarse con López Obrador hace una semana ya, justo cuando se definía el asiento presidencial del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

“El presidente mexicano lamentó que el gobierno argentino haya acordado con Brasil la designación del nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). México había respaldado la candidatura de Gustavo Béliz cuando éste había sido propuesto por Argentina, y esperaba que en esta oportunidad se devuelva el favor para con el candidato mexicano. Sin embargo, Alberto Fernández apoyó al brasileño llan Goldfajn, funcionario del FMI muy cercano a Washington
 sostiene Leila Bittar desde las páginas de Radio Gráfica.

“Ojalá que les cumplan”
 dijo López Obrador en referencia a la decisión del gobierno nacional de alinear sus intereses con Estados Unidos y el FMI para imponer al candidato de un Brasil que también parece acercar posiciones al Norte del Río Bravo.

El fútbol es fútbol, y ahí hay que ganar. Pero edificar un destino común en la Patria Grande requiere de decisiones políticas que eviten semejante desencuentro, máxime cuando López Obrador promovió que Alberto Fernandez presida la CELAC, justamente, para hacer todo lo contrario a alinear intereses con Estados Unidos.

Bueno. En definitiva también fue votado para desarmar las Leliq, dejar de pagar millonarias sumas de pesos a los Bancos y con esa plata recomponer salarios y jubilaciones, y así andamos, con los salarios y las jubilaciones en niveles de pobreza escandalosa y las Leliq garpando 17.000 millones de pesos por día de intereses a diez bancos.

Hablando de eso, justamente

Después de tres años de gobierno, seguir recordando que fue promesa de campaña reconstruir los salarios y las jubilaciones, lejos de ser una noticia, es una certeza incólume acerca del desvío de rumbo que asumiera el gobierno respecto a las promesas electorales y la evidente defraudación de la expectativa social que depositó un voto para modificar el rumbo de la alianza Cambiemos.

Pero no deja de sorprender que promediando tres años de deterioro del poder adquisitivo, se pretenda seguir presentando las recomposiciones a la baja de los salarios y las jubilaciones como una victoria política que merece ser reconocida y celebrada. Un descalabro moral y ético que acompaña confusiones, olvidos y desatinos ideológicos.

Esta semana se conoció que tras la reunión del Consejo del Salario se establecieron nuevos aumentos al salario mínimo, vital y móvil. 69.500 pesos se estableció recién para marzo de 2023. En octubre una familia de 3 miembros precisaba 111.000 pesos para vivir. Ni metiéndole magia a la calculadora se salva el análisis.

Le metieron el gancho al acuerdo los sectores empresarios en su conjunto, la CTA y la CGT y la oposición de la CTA Autónoma. Tras eso lo celebraron Sergio Massa, a cargo de economía, Kelly Olmos, a cargo de Trabajo y el propio presidente Alberto Fernández. El tono celebratorio del movimiento obrero y un gobierno que en los papeles está llamado a representar al peronismo es una evidencia del tamaño problema que enfrenta nuestro destino nacional en el tiempo por venir.

Si las jubilaciones se anunciaron en medio de sonrisas, el aumento en el salario mínimo, se celebró por la capacidad de aglutinar consenso. El acuerdo que se va a pagar en marzo de 2023, a noviembre de 2022, está un 50% por debajo de las necesidades para comer, vestirse y vivir bajo techo. Y después se enojan si el pueblo los putea.

Alberto Fernández, Sergio Massa, Kelly Olmos y Juan Manzur, entre otros, en el anuncio del acuerdo, junto a empresarios y sindicalistas..


Menos mal que hay diálogo

Pacto democrático y consenso económico, postuló Cristina Kirchner en los dos últimos actos. Mas allá de las expectativas o el contenido de los discursos, una postal muy actual del consenso económico y del pacto democrático es la foto que ilustra el acuerdo que permitió alcanzar el miserable aumento del salario mínimo vital y móvil.

Nadie podría negar que las cámaras empresarias, la mayoría de representación gremial y el Estado Nacional asumiendo como desafío que los salarios tengan baja participación en la renta y que exista acuerdo sobre el sendero de dependencia que traza la agenda establecida por el FMI, es una muestra brutal de consenso económico y pacto democrático establecido por las fuerzas sociales que componen el devenir nacional.

El gran problema es que el Pueblo está afuera, en pelotas y a los gritos. Y no hay sistema político que aguante mucho con el pueblo viviendo para el carajo. Habitan ahí preocupaciones mayúsculas para la salud democrática que los acuerdos partidarios que facilitan distribuir cargos, alternancias y altisonancias discursivas para alimentar debates en los que nunca nada se resuelve.


Y para el colmo los pobres

Los que parecen estar llamados a sentarse de los pelos en la silla del pacto democrático y poner lo que tengan en el bolsillo arriba del consenso económico, son los pobres.

Una vez conocido el aumento del salario mínimo, algunas voces -incluso del movimiento obrero- se alzaron en responsabilizar a los beneficiarios del Potenciar Trabajo de la imposiblidad de una recomposición plena del SMVyM.

El dilema, según narran los voceros ocultos del Ministerio de Trabajo ante los romanceros de C5N y el Grupo Indalo, es que al estar anclado el Potenciar Trabajo a un 50% del salario mínimo vital y móvil, no sólo se discute con los empresarios a la hora de discutir salarios, si no con el propio gobierno, que no quiere incumplir con las metas de ajuste que le exige el FMI.

Para que se entienda, desde el Ministerio de Trabajo andan instalando la idea de desanclar el ingreso popular establecido en el Potenciar Trabajo del salario mínimo, decisión con la que parecen comulgar un nutrido grupo de funcionarios de primera línea en el gobierno desde un lado y el otro de las internas que habitan a la alianza gobernante.

Hace unos meses atrás, cuando Cristina proponía “que el Estado nacional debe recuperar el control, la auditoría y la aplicación de las políticas sociales que no pueden seguir tercerizadas” la seguidilla de acontecimientos implicó el lanzamiento de una auditoría por universidades nacionales, que se hizo a cuenta gotas y ya se suspendió para darle paso a un relevamiento virtual de beneficiarios.

Luego de ello se inició un informe reservado de la AFIP, al que tuviera acceso en exclusiva Infobae, en el que se mintieron sobre cada uno de los elementos examinados por el organismo recaudador, pero sirvió para que corrieran ríos de tinta estigmatizando a los humildes y sus organizaciones popular.

Previo, por decreto, el Poder Ejecutivo había suspendido nuevos ingresos, alegando que las bajas que se produjeran en el programa servirían para financiar herramientas y proyectos productivos. Tras ello el Fiscal de Comodoro Py Marijuan decidió tercerizar la asistencia social y reclamar para sí el derecho de dar de baja a beneficiarios.

No hay jornada en la que los grandes grupos económicos de la comunicación no destilen prejuicios y estigmatización sobre los beneficiarios de programas sociales.
 Tergiversan las voces de sus organizaciones y silencian a la comunicación popular. Prueba de ello es un brillante informe realizado por Laura Vales en el Grito del Sur, el cual no tuvo trascendencia en la dirigencia política que reclamaba con vehemencia auditorías, y muy a pesar de la objetividad y contundencia de la información procesada.

Según parece, en el marco de la catastrófica desertificación ideológica que atraviesa este tiempo, los humildes y sus ingresos populares serían la razón por la que los salarios son bajos y el trabajo escasea en el país. Además, claro, de provocar un déficit fiscal en las cuentas públicas que resulta inadmisible frente a la necesaria rentabilidad que hay que asegurarle a los grupos económicos.

Si estuviera tan claro que el Estado debe recuperar para sí el monopolio de la planificación económica y la formación de nuestra riqueza como se proclama de la asistencia social. Si la AFIP tuviera tan claro que además de inspeccionar a los pobres, tendrían que buscar las razones por las que existe un festival de contrabando, evasión fiscal y fuga de capitales a manos de grupos económicos. Si estuviera tan claro que habría que auditar cada dólar que le regalan a los extorsionadores, en lugar de revisar la maniobra que pudo haber hecho el 1% de los beneficiarios de un programa social, otra sería el cantar de nuestra Patria.

Y otro sería el cantar del pacto democrático si Milagro Sala no arrastrara 2507 días de prisión por razones políticas. Pero parece que el pacto democrático incluye al carcelero, pero no a los presos.

En definitiva, los años y años que acumula Milagro Sala en prisión parecen siquiera alcanzan para que recuperen la cordura discursiva aquellos que estigmatizan a los humildes y sus organizaciones, como quien le pone una manzana en la boca al chancho cuando ve a Cambiemos con el cuchillo y tenedor en la mano.

Combatiendo

“Combatiendo ¿a quién?” se pregunta el medio cooperativo “El Megáfono” en su editorial de ayer. Y arremeten con agudeza: “Parte del triunfo del enemigo, es que la dirigencia transite por un medio. Poquito más allá, poquito más acá. Cualquier consenso es mejor que el pleito, es lo que de arriba se instala. ¿Cómo se sostiene la espera cuando este país tiene 9 billones de pesos en Leliq y pases en manos de 10 bancos y los salarios básicos de los convenios están lejos de la canasta básica? Lejos quedó el combate al capital.”

Pero el dolor del abismo ideológico al que nos enfrentamos, no paraliza a los que arrancan cada mañana con la necesidad de vivir en esta Patria, y llevar un plato de comida a la mesa de sus hijos.

Allí está la agenda política por consolidar y edificar. Allí está la razón por la que necesitamos de la alegría de levantar nuestra tercera copa.

Somos eso, en definitiva, un pueblo de milagros sencillos. Que hoy le sigue rezando a ese D10S que con tan poco, nos regaló tantas alegrías. Mientras otros que tanto tienen, nos traen siempre tanta tristeza.

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