Y por supuesto no se toma la Geopolítica como una disciplina “perversa” o negativa, como la pretenden presentar algunos “progres” muy fuera de foco, ni se la deja de lado como lo hacen libertarios, neoliberales y otros cipayos.
Es una disciplina sumamente importante, estudiada y practicada por todos los Estados que se consideran dueños de sus destinos, y de los que están esforzándose por salir de contextos de sumisiones o presiones muy condicionantes.
La deuda externa es utilizada por los centros del poder, no solo como muy buen negocio financiero, sino principalmente como herramienta de sometimiento de las naciones que se subyugan a la misma en forma desmesurada.
Consciente de la carga de condicionalidades lesivas a la soberanía, en 1947 Perón declaró la Independencia Económica, al cancelar todas las deudas externas, que fueron una constante desde las acciones del nefasto pro británico Rivadavia.
Claro que después vendría La Fusiladora, en 1955, que con falsos pretextos salió a pedir desesperadamente créditos, siendo eso el detonante de la creación del grupo de acreedores conocidos como El Club de París.
Prebisch avaló que los sistemas de cuentas corrientes, que funcionaban bien y no generaban intereses, se transformaran en onerosos créditos, con los que se reinauguró el proceso de endeudamiento externo.
Después vendrían sucesivos gobiernos de claro o encubierto cuño antinacional y de orientación liberal o neoliberal, que agravarían el endeudamiento, “destacándose” en los niveles de infamia y de endeudamiento masivo con destrucción socio económica, el “proceso” cívico militar, los noventistas neoliberales del menemato y el delarruato, y el más destructivo -por lejos- reciente gobierno neoliberal del macrismo.
La descomunal deuda externa opera como un omnipresente y brutal condicionamiento, que entorpece y pretende impedir todas las acciones de orientación claramente nacional. Y para eso, efectúan una acción de pinzas, en la que actúan al unísono los voceros y políticos del neoliberalismo (con infiltrados en distintos sectores políticos), las “progresías” viudas del marxismo o carentes de sentido de Lo Nacional, los medios de comunicación concentrados, la “mano de obra” encubierta de “servicios” afines, los proceseros recalcitrantes y sus “herederos” que siguen enseñando y practicando doctrina antinacional salpimentada con estentóreo nacionalismo hueco de contenido, los mercenarios del periodismo, y los sectores del Poder Judicial volcados indecorosamente al servicio de esos intereses.
La enormemente brutal deuda externa contraída por el macrismo, toda ella volcada a sus desmanejos, timba financiera oficializada –otra vez- por Sturzenegger, y masiva fuga de divisas, de características impagables, limita todas las acciones que quieran tomarse, sobre todo partiendo del FMI con sus eternas “recetas” recesivas, empobrecedoras y contrarias a toda acción de desarrollo.
Como el FMI y el Banco Mundial, de hecho son manejados por el núcleo duro de las Potencias Atlantistas y sus omnipresentes poderes empresariales y financieros asociados, de hecho el poder financiero es usado como herramienta para “sugerir” y condicionar todo tipo de acciones gubernativas de los países endeudados bajo la férula condicionante de ambas poderosas instituciones.
Y las presiones se extienden a prácticamente todos los ámbitos de acciones gubernativas.
Lo concreto fue que en los meses iniciales de la pandemia, mientras en el contexto de vacunas de origen “occidental” (aunque al menos una de ellas se procesó en India), se nos retaceaba el acceso a las mismas, desde el Bloque Continentalista se consiguieron importantes y sucesivos lotes de vacunas, producidas en Rusia y China, cuyo transporte se pudo agilizar gracias a que nuestra aerolínea de bandera no había terminado de ser desguazada por los personeros del neoliberalismo salvaje, centralizado este en los últimos años en el macrismo.
Esos mismos voceros locales de los anglosajones y sus aliados, manifestaron “sus preocupaciones” ante los acuerdos de créditos y transferencias de tecnologías nucleares, con China y Rusia, pese a que dichos acuerdos son ya de larga data, y que fueron “ninguneados” y frenados por el corrosivo accionar destructor del macrismo…¿acaso pueden aducir que no los conocían? ¡Absurdo!
Haciendo causa común con sus “primos” británicos, EEUU fue por décadas muy renuente a vender equipos militares estratégicos a Argentina, y ahora, ante las concretas ofertas de las otras dos potencias –claros rivales geopolíticos de los anglosajones-, evidencian un relativo cambio de actitud, pues los aviones ofrecidos no incluyen los sistemas tecnológicos y armamentísticos más avanzados. De acuerdo con la gráfica expresión de un amigo muy conocedor de estos temas, serían meros “aviones de desfile”, limitados en sus capacidades operativas.
Por esa contundente realidad geopolítica, las ofertas de Rusia y China son de características ventajosas para Argentina, a lo cual se le sumarían condiciones de financiación y posiblemente de precios, más ventajosas para nuestro país.
A eso se le agrega el nada desdeñable hecho que sin dejar de ser competitivo, el F 16 sería un dispositivo de tecnología más alejada de los nuevos parámetros de defensa, mientras que el JF 17 es más reciente, y el Mig 35 una actualización tecnológica del probado Mig 29.
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos