Por CNCT ***
Así lo expresó Aurelio Torrez, presidente de la federación de cooperativas misioneras (Umiscoop). En esta nota hace un repaso de lo que se realizó en pleno auge de la entidad, también cuenta cómo están actualmente y los desafíos que tienen hacia adelante en un contexto que parece prometedor.
Umiscoop nuclea a más de cuarenta cooperativas y empresas recuperadas de diversos rubros, entre ellos: construcción, producción de fenólicos, agropecuarias y metalmecánica -por eso recibe el nombre de Unión Misionera de Cooperativas-.
La situación actual es muy compleja ya que en los años del macrismo muchas cooperativas por la falta de trabajo no pudieron mantener sus balances al día, esto hizo que se endeudaran hasta el punto de perder la matrícula: “de las que sobrevivieron solo quedaron siete cooperativas. Treinta y cinco habría que volver a reactivar. Estamos hablando de más de trescientos compañerxs que se quedaron sin trabajo, es mucho para todos estos años la cantidad de personas que no tienen un sustento, si bien alguno hace alguna changa, algo chiquito, pero muy acotado todo”, explica Aurelio, dando un pantallazo de cómo están las cooperativas actualmente.
En ese sentido, Aurelio da su visto bueno ante la el programa Argentina contra el hambre propuesto por el gobierno de Alberto Fernández, “porque muchxs compañerxs están en una situación extremadamente delicada”. Sin embargo, el planteo es más profundo: “si bien tenemos compañerxs que necesitan de asistencia inmediata, necesitamos salir del asistencialismo, lo que necesitamos es trabajo genuino porque tenemos la organización dada, las herramientas y territorio, es decir estamos instalados en la provincia y la idea de nosotros es plantearlo desde ahí, desde el trabajo no desde el asistencialismo”.
Fueron cuatro años de supervivencia, sin trabajo. Las unidades productivas que supieron hacer cientos de viviendas y kilómetros de veredas, trabajadorxs que estaban organizadxs hoy no lo están, para poner en marcha ese motor productivo hay que volver a convocarlos y para eso necesitan la mano de un Estado presente. “Tenemos que ver en el caso de que haya una reactivación de cómo empezar a trabajar con todo ese sector. Es decir, conocemos dónde están, quiénes son, qué es lo que hace cada uno, todas esas cosas las sabemos, no son compañeros sueltos sino que alguna manera estuvimos nucleados y estamos juntos, algunos en mejores condiciones y otros no. Es decir, reactivar este sector y para eso sí tiene que haber una línea directa tanto a nivel del gobierno nacional como el provincial”.
Cabe destacar que en pleno auge la federación construyó en la provincia casi 800 viviendas sociales, realizaron 60 kilómetros de veredas, siete Centros integradores comunitarios (CIC), entre otras obras, lo que significó más de 1000 puestos de trabajo con más de treinta cooperativas participantes. Esto da una clara respuesta la fuerza de trabajo que generan estas unidades productivas dentro de la región.
Prensa y Comunicación
Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo
