REMARCAN EL VALOR INCLUSIVO Y EL FUERTE COMPONENTE SOCIAL DEL PROGRAMA QUE AYUDA A PRODUCTORES SEMILLEROS DE LA PROVINCIA

 

Desde el Ministerio del Agro y la Producción se remarcó el valor inclusivo y el fuerte componente social del Programa de Sostenimiento del Empleo y Seguridad Alimentaria, cuya continuidad se firmó el jueves pasado y está destinado al apoyo de grupos de productores “semilleros” para la producción comercial de maíz, arroz de secano y poroto negro,  facilitando los canales de comercialización, acompañando el proceso de fortalecimiento en la gestión de la organización, con el fin de promover el autoempleo en la familia rural.
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El ministro del Agro y la Producción, ingeniero José Luis Garay, sostuvo que “la continuidad del programa es muy importante, es algo que viene sosteniendo desde hace muchos años.  La ratificación trae tranquilidad  a muchos productores que trabajan este excedente de semillas de maíz, de arroz de secano y de porotos, que nosotros compramos con el financiamiento del Ministerio de Trabajo de la Nación”.

“Este programa no solo tiene un componente productivo, sino que se ayuda a otros productores mediante la distribución de esas semillas, tarea en la que colaboran los intendentes de cada municipio. Es decir, tiene un componente social muy fuerte, porque esas semillas son parte del consumo de las familias del interior misionero”
, consideró.

El Ministro remarcó el sentido inclusivo al afirmar que “las aldeas mbya también recibirán las semillas, además de asesoramiento técnico y herramientas”.

La Directora General de Economía Agraria y Coordinadora del Programa de Sostenimiento del Empleo y Seguridad Alimentaria en la Pequeña Agricultura Familiar, ingeniera Efigenia Gauto, precisó, de su lado, que son “alrededor de 48 millones de pesos imputados al sector rural. Estamos diciendo que hay productores que no van a engrosar villas miserias, sino que serán incluidos en esta alternativa”.

Subrayó que en el programa se abarca “la cadena productiva de lo que es el sistema de maíz para consumo humano y para otros implementos de la chacra. También se refuerza la seguridad alimentaria con la inclusión del poroto negro y se aporta otro componente energético con el arroz de secano”.

Al igual que Garay, valorizó el hecho de que las semillas que se adquirieron sean destinadas también a las comunidades mbya guaraní.

“La idea es que trabajen más variedades de maíz y mejoren su esfuerzo y capacitación para poder conservar semillas. Para eso se le aportará conocimiento y herramientas”,
agregó en ese sentido.

Gauto resaltó que además de la asistencia técnica enfocada en la producción, se trabaja con las cooperativas arroceras en formar a los integrantes para el desempeño de una actividad formal, con facturas, impuestos al día y todo lo que necesitan aprender de gestión contable. En ese aspecto, dijo que hay un convenio de asistencia con la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Misiones.

“Este año compramos poco más de 80 mil kilos de semillas, de los cuales 60 mil son de maíz, 20 mil de porotos y dos mil de arroz de secano. En 2003, habíamos comprado 150 mil kilos. En 2008, 100 mil. Es decir, se va cumpliendo el objetivo de que el agricultor pueda resembrar sus semillas y en un futuro no necesiten de las entregas o que se los deba asistir con muy pocas”,
expresó.


Palabra de los productores

“Para mí, como representante de una asociación o cooperativa, que trabaja con varias familias, la importancia apunta a algo que ya nosotros teníamos hace tiempo en la cabeza: el cuidado de la semilla criolla. Después, cuando surgió la coordinación con el programa, a través del Ministerio de Trabajo de la Nación y del Ministerio Agro, se dio el valor agregado a esas semillas. Y hoy se están distribuyendo a distintos puntos de la provincia”,
indicó el productor Wilmar Vaz.

“En las agropecuarias el kilo de maíz está unos 50 pesos, más o menos. Nosotros lo comercializamos a 18,70.  Y tienen las mismas condiciones de clasificado y curado, con la misma tinta que tienen en el mercado.  Y este es el interés de muchas familias, que con la venta tienen la posibilidad de arreglar su casa, el techo, el piso, o comprar algo para sus chicos. Cuando se cobra es una plata junta, y es una única entrada una vez al año”,
detalló.

Según Vaz, “la gente con la que trabajamos tuvo que capacitarse, porque hay mucho que hacer y sobre todo es necesario conocer. Hay que saber desde el poder germinativo hasta la calidad”.

Para el productor, “hoy tenemos un grupo semillero muy en pie y asume el compromiso del cuidado y también los errores, a fin de corregirlos y mejorar”.

“Nosotros como cooperativa tenemos la posibilidad de vender a este programa, no tenemos un mercado abierto, por eso mezquinamos mucho este espacio y somos cuidadosos”, remató.

Otro productor, Víctor Samudio, afirmó: “Estoy muy agradecido al programa. El sostenimiento de este tipo de ayudas beneficia mucho sobre todo a la gente más humilde, porque se autosustenta”.

“Charlamos con los productores y están con muchas expectativas. Algunos por exceso de humedad o por razones climáticas algunos no sumaron lo suficiente”, indicó el agricultor de Montecarlo.

“Es una variedad de maíz muy buena la que se produce y la gente la busca mucho. Cada vez se necesitan menos semillas, porque los colonos van resembrando. Los que tienen animales ya lo van guardando. Buscan más semillas aquellos que siembran superficies más pequeñas, porque consumen”,
explicó Samudio.

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