por Julio Moyano
Hoy en Argentina se celebra el día del periodista. Especie rara de la humanidad. A la hora de buscar en el almanaque el día a celebrar, se eligió el 7 de Junio de 1810. ¿Se murió alguien? No. Salía con la tinta fresca el primer número de la Gaceta de Buenos Aires. Órgano de prensa de la revolución de Mayo. ¿Hubo una real revolución en Mayo de 1810? . ¿Existe la objetividad en la práctica del periodismo? ¿Libertad de prensa o empresa?. «Ni llueve ni truena, pero llueve y truena». (Ejemplo de contradicción como contradictorio es el universo del periodismo).
En 1938 se celebraba en Córdoba, el Primer Congreso Nacional de Periodistas, eran los tiempos del «fraude patriótico», el de la «década infame» (la primera. Después volvimos a sufrir la infamia en los años 90). En ese lejano 1938 del otoño cordobés, se decidió que el 7 de junio debía ser el «día del periodista». A 128 años de la creación de la «Gazeta de Buenos Ayres», los escribas decidieron que era el momento. A renglón seguido se anotaron con la primera contradicción. Le adosaron el rótulo de fundador del periódico a Mariano Moreno. En realidad fue una decisión de la Primera Junta de la que el abogado de espíritu jacobino, era miembro. Eso si. Los escritos provenían de su pluma.No fue el primer órgano de prensa. Nueve años antes se comenzó a publicar el «Telégrafo Mercantil», y se hizo con la primer imprenta construída por nuestros hermanos guaraníes de la Reducción Jesuítica de Loreto, en Misiones.
Pero volviendo a la Gaceta: en su primer número Moreno escribió lo siguiente: «El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con quien miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir sus delitos. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal. Para logro de tan justos deseos ha resulto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal con el título de Gazeta de Buenos Aires»
Se podría afirmar que ya en esos años revoltosos se ejercía «el periodismo militante». Eso si. Duró poco. Tan solo 11 años. Es que un tal Bernardino Rivadia, decidió sustituirla con la creación del Registro Oficial.
Pero volvamos al siglo pasado. Desde la institución del día del periodista, pasaron seis años hasta que el 25 de marzo de 1944 se creó el Estatuto del Periodista Profesional (ley 12.908), y que fuera ratificado en el parlamento nacional ya bajo el gobierno democrático de Juan Perón, el 18 de diciembre de 1946. Los periodistas comenzaban a tener rango de trabajadores con derechos sociales.
Me resisto enormemente considerar «colegas» a mis compañeros de oficio. Considero mucha tibieza en no querer asumirse como lo que somos: trabajadores. Por mas que algunos se cuelguen la cartulina universitaria. ¿Entienden compañeros?.
En estos tiempos de revolución tecnológica esta bueno recordar además el Informe MacBride o también conocido como «Voces Múltiples, Un Solo Mundo». Informe que fuera impulsado por la UNESCO, en los años 80 y que luego fuera borrado con el codo en 1989, debido a las presiones del gobierno yanqui de Ronald Reagan.
Es que este documento elaborado por una Comisión Internacional, presidida por el irlandés Sean MacBride, quien acompañado por el colombiano Gabriel García Márquez y otras personalidades pretendían un nuevo orden comunicacional a través de la democratización de los medios y evitar la conformación de los grandes monopolios. Pero Ronald Reagen pensaba todo lo contrario. Acusaba al informe de antentar a la libertad de expresión y la libertad de información. La historia siguió su curso y la concentración de medios a escala mundial es una realidad. Pero también hubo lucha y hoy seguimos defendiendo la Ley de Servicios Audiovisuales.
Permítanmen recordar el lema de la Gaceta de Buenos Aires nunca mas vigente en estas horas: «Tiempos de rara felicidad,/son/ aquellos en los cuales se puede sentir lo que se desea y es lícito decirlo».
No nos olvidemos de Rodolfo Walsh, compañeros y compañeras. ¡Feliz día!
