Rómulo Pardo Silva
Los hechos nacionales e internacionales deben entenderse desde sus grandes propietarios no de los políticos ni los estados.
Es común la idea de que los problemas se pueden solucionar acudiendo a los gobernantes políticos y a los organismos estatales.
Pero ellos no tienen el poder. Son mediadores entre los gobernantes económicos y la población. En situaciones bajo control normal los políticos de gobierno pueden proponer, discutir, pero no decidir nada que afecte a fondo a los propietarios.
Los problemas cardinales del planeta y las vidas se derivan de intervenciones ordenadas por oligarcas. El poder en cada país, con pequeñas excepciones, lo tienen los grandes propietarios.
Los gobiernos y los estados en general no tienen una base económica propia. La producción y riqueza es una función de los particulares.
El trigo, el arroz, la carne, los pescados, las frutas… provienen de negociantes.
Las casas, edificios, calles, caminos, puentes… los construyen empresarios.
El crédito es una facultad de empresarios.
Los vehículos, electrodomésticos, muebles, medicamentos, computadores… salen de empresas privadas.
Universidades, escuelas, hospitales, clínicas… son negocios de lucro particular.
Las ideas que llegan de los medios, libros, películas… son seleccionadas por empresarios.
La propaganda de las elecciones políticas es financiada por ricos.
Problemas agudos como el calentamiento global, la extinción de especies, la pobreza de miles de millones de personas, el agotamiento de recursos, las migraciones masivas, las guerras… son consecuencias de acciones tomadas por los empresarios para sus negocios.
Las necesidades básicas de miles de millones de personas pasan por el empleo y sueldo o el despido que determinen patrones.
¿De qué disponen el estado, los políticos elegidos, los jueces…?
De sueldos, armas, instalaciones, medios… comprados con impuestos a los empresarios.
El gobierno real sobre la humanidad lo ejercen oligarcas locales y transnacionales.
Cuando grupos políticos se proponen cambiar esta civilización deben establecer el gobierno social desde la economía. Pensar en enfrentar a los poderes fácticos.
La producción la realizan los trabajadores pero qué, con qué, cuánto, cómo, para quién, son decisiones de empresarios.
Es un error de muchos creer en la política y el estado como poderes. Son dependientes.
