Por Guillermo Cieza ***
El caso del avión de Conviasa que fue retenido en Ezeiza se convirtió en un escándalo agitado por la oposición y del cual el gobierno nacional va a salir muy mal parado.
La empresa Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos S.A -CONVIASA- es una línea aérea venezolana que tiene vuelos periódicos a distintos países como España, Cuba, México, Ecuador, Rusia, San Vicente y las Granadinas, Panamá, Bolivia y Nicaragua.
Como parte de las sanciones del gobierno de Estados Unidos a Venezuela, ese país restringió el paso aéreo de esta aerolínea sobre su territorio. Esa restricción no pesa en la Unión Europea, ni en la mayoría de los países, incluída la Argentina. La retención del avión de Conviasa en Ezeiza comienza porque la petrolera Shell se niega a cargarle combustible y lo mismo hace Action, y la empresa YPF. Lo de YPF es particularmente grave porque supuestamente es nuestra petrolera de bandera, y el Estado Nacional tiene el paquete mayoritario de acciones.
El avión de CONVIASA que transportaba autopartes, enviadas desde México, cumplió con todas las condiciones para realizar la operación. Así lo aseguró la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), el ente estatal que realiza planificación, dirección, coordinación y administración del tránsito aéreo. Quien había contratado el viaje fue la empresa mexicana Faurecia SAS que fabrica los asientos y paneles de instrumentos para el modelo Taos de producción nacional de Volkswagen Argentina S.A. Esas piezas llegaron a destino sin ninguna irregularidad.
Distintos medios de prensa alineados con la oposición de derecha, la DAIA, Patricia Bullrich y otros dirigentes de Juntos por el Cambio, que siempre aparecen alineados con las políticas de Estados Unidos, atribuyeron la presencia de cinco iraníes en el avión a actividades de inteligencia con supuestos fines terroristas.
Cuando se intenta precisar qué tiene que ver este viaje con las acusaciones de terrorismo, sólo puede alegarse la presencia de venezolanos e iraníes en una misma tripulación aérea. Se agregan a este bochorno jurídico, que tendrá repercusiones internacionales, algunas acciones por las que alguien tendrá que rendir cuenta.
El juez Federico Villena, que ya fue conocido por sus fallidas intervenciones en el caso D Alessio y el operativo Puff, y que en algún momento fue imputado por lavado de dinero, toma cartas en el asunto y haciéndose eco de la denuncia de que podrían ser parte de algún plan terrorista, decide retener los pasaportes de todos los miembros de la tripulación.
Lo ocurrido se produce a pocos días de que el Presidente Fernández hiciera su discurso en la Cumbre de las Américas reclamando que Estados Unidos se atribuye la facultad de decidir en nombre de otros países. En su propio país, se produce un hecho de relevancia internacional que demuestra que la embajada de Estados Unidos puede imponer su política de sanciones contra Venezuela y promover el lawfare de acusar de propiciar el terrorismo a quien mantiene alguna vinculación o comercia con el gobierno de Irán.Nota al Pie – Distintas fuentes han aclarado que el piloto Gholamreza Ghasemi, que ha sido directivo de dos aerolíneas regionales Fars Airs Queshm e Iranian Naft Airlines, fue confundido por la inteligencia argentina con un homónimo que era general, y que fue enterrado en abril de 2012 en su país con grandes honores porque era considerado un héroe de la guerra contra Irak. Ese sería el famoso integrante de los Guardianes de la Revolución que denunció Aníbal Fernández. El militar fallecido era 30 años mayor que el piloto que fue detenido en la Argentina.