LOS DISCURSOS DE ODIO CONSPIRAN CONTRA EL DEBATE PÚBLICO

Por Comunicación para la Igualdad   ***
Investigación regional sobre redes sociales y medios de comunicación.


Los discursos de odio. La violencia afecta particularmente la agenda de la igualdad de género.

Los discursos violentos tienen un alto impacto en la sociedad: impiden el intercambio de ideas, crean “burbujas” afines y acallan voces, lo que limita la libertad de expresión y afecta el debate público y, por ende, la calidad de la democracia.

De cuatro países estudiados, Argentina es donde más aumentó la violencia antigénero y, como contracara, donde hubo menos debate entre quienes promueven la agenda de la igualdad de género y quienes se oponen a ella.

La totalidad de las/os referentes feministas entrevistadas/os recibieron discursos violentos en redes sociales, y casi la mitad fue objeto de campañas coordinadas en su contra, en Twitter. Además, la violencia trascendió las redes: el 46% recibió mensajes intimidatorios personales, el 33% violencia en la vía pública y el 4,2% en su domicilio.

Las estrategias que pueden fortalecer el trabajo de quienes impulsan la igualdad de derechos de género son: presencia en otras redes sociales, coordinación regional para trabajar consignas, y alianzas con actoras/es relevantes —que si bien no integran el activismo feminista— apoyan muchas de sus reivindicaciones.

La investigación ¿Es posible debatir en medio de discursos de odio? fue realizada por la Asociación Civil Comunicación para la Igualdad, con el apoyo de la Fundación Heinrich Böll Cono Sur. Analizó cuentas de Twitter de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, con el objetivo de detectar acciones estigmatizantes y discriminatorias, que por violentas, acallan voces y empobrecen el debate público en torno a la agenda de la igualdad de género. Asimismo, el trabajo busca repensar formas de potenciar la visibilidad de las reivindicaciones de esta agenda en la región.

Debido al incremento del clima de polarización a nivel global, en especial en las redes sociales, la ONU lanzó —en 2019—, el Plan de Acción contra el Discurso de Odio; al que define como «cualquier tipo de discurso, escrito o conductual, que ataca o usa lenguaje peyorativo o discriminatorio hacia una persona o grupo sobre la base de lo que son”.*

Los discursos de odio tienen un efecto negativo sobre el debate público y sobre la democracia en la medida en que acallan voces. En este sentido, la investigación intentó dar cuenta de, por un lado, cómo se está dando en redes el debate entre activistas feministas y sectores antigénero; y, por otro, cuánto está afectando la violencia a las intervenciones públicas del activismo feminista.

La investigación analizó 12 cuentas en Twitter a favor de la agenda de la igualdad de género y 12 cuentas en contra, de los cuatro países mencionados, entre agosto de 2019 y julio de 2020. A su vez, fueron entrevistadas 24 titulares referentes de cuentas feministas, de los cuatro países.

La investigación

Argentina fue el país donde más aumentó la violencia antigénero a nivel regional; y, como contracara, donde menos debate hubo entre los dos sectores. Uruguay es el caso opuesto, allí las agresiones fueron menos frecuentes y se ha registrado un incremento del debate.

La violencia colabora en la consolidación de “burbujas” al interior de cada universo ideológico afín, ya que los mensajes agresivos fomentan el bloqueo de las/os usuarias/os y/o la no lectura de los comentarios; lo que resta posibilidades de intercambio. Las/os activistas feministas —aún cuando el 70% esté dispuesta al diálogo con quienes tienen un discurso antigénero—, redujeron en un 50% sus opiniones; y el 60% dejó de leer notificaciones en las redes, a partir de las reacciones de odio.

Por otra parte, la violencia trasciende las redes: el 46% de las/os feministas de la región aseguró haber recibido mensajes intimidatorios en su teléfono o correo personal, el 33% haber sufrido violencia en la vía pública y el 4,2% en su domicilio personal.

Los discursos de odio conspiran contra el debate público

Argentina y Chile son los países en los que la mayoría declara haber recibido las tres modalidades de violencia, estigmatización, agresiones e insultos y amenazas directas: cuatro de seis personas en cada país.

El 66,7% de Argentina y Chile, y el 50% de Paraguay y Uruguay, han sido objeto de amenazas contra su integridad física, integridad sexual y, en último término, contra su vida.

Agravios en redes:
el activismo feminista, la identidad de género y la orientación sexual fueron expresadas como las principales razones por las cuales se recibieron agresiones. Se destacan los ataques hacia los cuerpos (aspecto físico), las capacidades de decidir sobre estos, y la idoneidad. Esta mecánica aparece contra las mujeres y las identidades trans.

Ciberactivismo latinoamericano:
se reconoce entre los sectores feministas el avance de este movimiento social autónomo en la era digital, que usa las TICs como medio y objeto de transformación. Se destacan: creciente masividad en convocatorias virtuales, mayor participación de las jóvenes en el ciberespacio, uso cotidiano de Twitter e Instagram como plataformas activistas.

Como desafíos aparecen: la formación en ciberseguridad y uso estratégico de los entornos digitales, más conocimiento de los alcances de las redes y sus consecuencias, y mayor prudencia y autocuidado. También, pensar usos específicos para TikTok, espacio preponderantemente para jóvenes, y otras redes como YouTube aún subutilizada; buscar la disminución de la brecha digital de género; y profundizar la relación regional para trabajar consignas y fechas clave.

Los medios de comunicación tradicionales (prensa gráfica, radio, televisión y portales de noticias) en general utilizan la estrategia de las “dos campanas” para tratar la agenda de la igualdad de género, lo que los lleva a no moderar el debate y reducir la complejidad de las problemáticas. Esto deriva en beneficio de los discursos violentos que, por sus lógicas más simples, terminan por imponerse. En estos casos, influye también que el escándalo y los agravios generan rating y visibilidad.

Los desafíos en términos de regulación, fundamentalmente en relación a los discursos violentos, no así en cuanto a los estigmatizantes, aparecen como una necesidad en las redes sociales por parte de las/os activistas feministas. Por ejemplo, la creación de un nuevo marco regulatorio, con herramientas para que las personas puedan seguir opinando, y se generen debates. En la actualidad, las redes vigilan menos los mensajes de odio explícitos que los desnudos (artísticos, ilustraciones, e incluso imágenes relacionadas con la salud).

El pedido de moderación se dio especialmente en las referentes de Argentina, Chile y Uruguay. En cambio, en el caso de las participantes de Paraguay, todas se manifestaron por la prohibición de discursos agresivos.

A partir del trabajo de minería de datos, no se visualizaron acciones coordinadas entre países con “etiquetas” compartidas en Twitter. Esto, permite sostener que no siempre opera una capacidad de coordinación en la comunicación de los grupos a nivel regional. Solo la etiqueta #NiUnaMenos fue una de las 10 más utilizadas en tres países (menos en Chile), pero no como parte de una acción conjunta, sino como un término de referencia al que adhieren.

Al interior de cada país, la mitad de las referentes entrevistadas sí aseguraron haber sufrido agresiones coordinadas en la red.

“El ciberactivismo feminista ya no intervene de la misma manera en los espacios de discusión, para promover una acción o exponer un punto de vista, dado que esas intervenciones tienen un alto costo. Lamentablemente, el objetivo buscado por quienes despliegan discursos de odio y acciones violentas, que es acallar y restringir voces, en muchos casos se está cumpliendo”,
expresó la coordinadora de la investigación, Sandra Chaher.

Los discursos de odio conspiran contra el debate público

Las cuentas de referentes individuales reciben una agresión mucho más directa y virulenta que las institucionales, lo cual se vincula a su mayor intervención en el discurso con posicionamientos políticos, no necesariamente partidarios.

En cuanto al total de palabras utilizadas —en el período— por las cuentas a favor de la agenda de la igualdad de género, las que se repitieron fueron “mujeres” y “violencia”, “personas”, “ley” y “derechos”. Mientras que en los sectores en contra, las más usadas fueron: “gente” y “país”, así como el nombre de cada país analizado, lo que daría cuenta de que su perspectiva, de tipo nacionalista, excede la discusión de género.

Un punto a destacar es que las cuentas feministas tienen seguidoras/es que funcionan como grandes amplificadoras/es de su discurso, ya que poseen un caudal muy alto de personas que las siguen. Por ejemplo, en las cuentas analizadas de los cuatro países, hay tres seguidoras de Argentina que poseen más de 100.000 seguidoras/es, y otras cinco cuentas con más de 15.000.

Es importante la interacción con otras cuentas de influenciadoras/es cercanas al ideario feminista aunque con una inserción social, política y cultural que excede al feminismo.

Por caso, en una de las conversaciones, un solo retuit de una figura del espectáculo, alcanzó los 8.200 retuits. En otra de las conversaciones, participaron unas 30 cuentas con posicionamientos feministas, todas arriba de las/os 120.000 seguidoras/es que, en total, sumaban casi 20 millones de seguidoras/es.

Los hitos del ciberactivismo feminista los últimos años, en la región, han sido el #NiUnaMenos —en Argentina particularmente en la primera convocatoria del 2015—; el #8M 2017 —Paro Internacional de Mujeres—; y #AbortoLegal —especialmente en lo relativo al debate que se dio en Argentina en 2018 en el Parlamento—.

¿Cómo se realizó la investigación?

Se analizaron 24 cuentas referentes en la red social Twitter: 12 cuentas a favor de la agenda de la igualdad de género y 12 en contra; de Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay, y su desempeño entre agosto de 2019 y julio de 2020. En cada país, fueron analizadas 6 cuentas (3 de cada grupo), y por cada país, fue seleccionada 1 cuenta institucional y 2 de referentes individuales.

Se obtuvieron resultados vinculados a las métricas de Twitter (cantidad de seguidores/as, promedio de publicaciones y rendimiento de las mismas); se construyó un mapa de calor (intensidad de actividad de cada cuenta); se evaluaron las reacciones a los tuits (ratio); se realizó minería de texto (análisis de palabras frecuentes).

También, se conformó una muestra atenta a criterios de diversidad de género, en la que fueron entrevistadas/os 24 activistas feministas de los cuatro países analizados, en la que cuatro se identifican como trans o travestis —una por país—, una como lesbiana, un varón cis y el resto fueron mujeres cis. Se utilizó como base un cuestionario estructurado de 34 preguntas cerradas, y se realizaron, en algunos casos, tres preguntas cualitativas para profundizar los temas abordados.

Además, el 29 de abril de 2021 se realizó la presentación de la investigación en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Comunicación para la Igualdad:


La Asociación Civil Comunicación para la Igualdad es una organización sin fines de lucro cuyo objetivo es la promoción de la igualdad y diversidad de género en la comunicación. Sus áreas de trabajo son la capacitación, investigación, incidencia y asesoramiento, acciones que se realizan desde el paradigma de los derechos humanos.

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