MEMORIA, SOBERANÍA Y PERONISMO

Por Jorge Giles   ***

Jorge Giles contextualiza históricamente las fundamentaciones reales de nuestro culto a la memoria en nuestra eterna lucha por la soberanía nacional. Y aclara la necesidad de distinguir el Día del Veterano y los Caídos en la guerra de Malvinas, que se conmemora  el 2 de Abril, de “el día de las Malvinas”, equívoco provocado por la dictadura a través de un decreto en el cual se estableció esa trágica fecha como “Día de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur”. Giles aporta claridad para ejercer la memoria: La dictadura intentó licuar la tragedia desatada por ellos mismos como si fuese la conmemoración de un acto fundacional de la soberanía sobre nuestras Islas.

Hagamos un poco de historia.

Cuando el canciller argentino Alberto Vignes le comunicó de manera urgente a Perón que el ministro plenipotenciario representante del Reino Unido de Gran Bretaña terminaba de entregarle una propuesta oficial británica para iniciar conversaciones diplomáticas a fin de compartir la soberanía sobre las Islas Malvinas entre Argentina y Gran Bretaña, el tres veces presidente de los argentinos, Juan Domingo Perón, no dudó ni un segundo en responderle: “Acéptelo ya”.

Y agregan los testigos de aquel momento histórico que el viejo General se recostó sobre su sillón presidencial y reflexionó en voz alta y con su típica  sonrisa: “Una vez que pisemos Malvinas, no nos saca nadie nunca más”.

Desde entonces y de manera febril se sucedieron las cartas de intención entre los dos países.

Las negociaciones fueron secretas y estaban a punto de culminar cuando ambos gobiernos hicieron llegar sus propuestas finales.

La propuesta británica, fechada el 11 de junio de 1974, decía:

“Los condóminos serían su Majestad la Reina y su Excelencia el Presidente de la República Argentina.

1°.- Las banderas británicas y argentinas serían enarboladas juntas, y los idiomas oficiales serían inglés y español.

2°.- Todos los “nativos” de Las Islas poseerían doble nacionalidad.

3°.- Los pasaportes de la colonia existente serían reemplazados por documentos de viajes, emitidos por los condóminos.

4°.- La Constitución, administración y el sistema legal actuales tendrían que ser adaptados a las necesidades de un condominio. El Gobernador podría ser designado alternativamente por la Reina y el Presidente de la Argentina.

5°.- Los demás cambios constitucionales requerirían el acuerdo de los condóminos”.

Perón instruyó a su canciller para que responda con celeridad y así, el 19 de junio de 1974, la Argentina hizo llegar su respuesta.

“1°.-Las banderas de ambos países flamearán conjuntamente en edificios y actos públicos.

2°.-Las monedas con banderas argentinas, británica y local tendrán curso legal en Las Islas con el tipo de cambios que se fije de común acuerdo.

3°.-Los pasaportes o cualesquiera otros documentos actualmente en uso para los “nativos” de Las Islas serán reemplazados por otro único que los administradores conjuntos determinarán.

4°.- Serán administradores conjuntos el Excelentísimo señor Presidente de la República Argentina y su Majestad Británica.

5°.- Serán idiomas oficiales en las Islas Malvinas el español y el inglés, en los cuales estarán redactados obligatoriamente todos los documentos oficiales.

6°.- Se adaptarán a la administración conjunta las normas legales del territorio continental argentino, británicas y vigentes en Las Islas.

7°.- Los “nativos” de Las Islas gozarán los beneficios de la doble nacionalidad argentina y británica para todos sus efectos.

8°.-Alternativamente cada uno de los administradores conjuntos, designará por el término de dos años al Gobernador de Las Islas. El primer legislador, bajo el régimen de administración conjunta, será designado por el Excelentísimo señor Presidente de la República Argentina; el otro administrador conjunto designará al secretario de la Gobernación, o si se produjera una modificación en la organización administrativa del gobierno de Las Islas al funcionario con  tareas ejecutivas, que siga en jerarquía al gobernador.

9°.-
Será propósito fundamental de la administración conjunta facilitar la gradual integración de la posición de las Islas a la vida política, económica, social e institucional de la República Argentina”.

Después de aprobar estos Acuerdos se definirían los plazos de duración de los mismos hasta la efectiva soberanía argentina sobre las Islas. Se habló de 50 años, de 20 años, todo estaba servido para discutir diplomáticamente.

Nunca estuvimos tan cerca de lograr una resolución pacífica y diplomática a la Cuestión Malvinas, recuperando nuestra soberanía sobre las Islas y dando cumplimiento a la Resolución 2065 de Naciones Unidas, un logro del gobierno de Arturo Illia.

La muerte de Perón el 1° de Julio de 1974 y el cambio de orientación del gobierno inglés sepultaron aquel camino de entendimiento que ya había logrado sus primeros avances con la instalación en las Islas de Correo Argentino, Gas del Estado, YPF, LADE y otros vínculos más.

En aquellos años, los argentinos ya estábamos presentes en Malvinas a través de esas empresas del Estado, del intercambio de estudiantes, maestras, técnicos y profesionales que asistían a los isleños en el desenvolvimiento de sus ocupaciones cotidianas.

Un mes antes del intercambio de las propuestas entre los estados, Perón firmó el 29 de Mayo de 1974 el Decreto 1635, por el que se establece en su Artículo 1° que:

“El día 10 de Junio de cada año, a las 11 horas, en todos los establecimientos y dependencias mencionadas en el artículo 2° de la Ley 20.561, se procederá a realizar un acto alusivo de reafirmación de nuestra soberanía sobre las Malvinas, Islas y sector antártico.”

La Ley 20.561 a la que hace referencia el Decreto, fue sancionada por el Congreso nacional el 14 de Noviembre del año anterior (1973) y presentada por la primera Legisladora nacional mujer por Tierra del Fuego, Ester Fadul de Sobrino. Establecía que el 10 de Junio de cada año será instituido como el Día de la Reafirmación de la Soberanía argentina sobre Las Malvinas, Islas y sector antártico, como expresión de soberanía y en conmemoración del día que se creó en 1829 la Primera Comandancia política militar argentina.

El día 30 de Noviembre, apenas 16 días después de su sanción, Perón promulga la Ley y la reglamenta luego a través del Decreto mencionado antes.

Venimos de conmemorar como todos los años el Día del Veterano y los Caídos en la guerra de Malvinas, este 2 de Abril. Sin embargo algunos actos realizados, ya en democracia,  tienden a confundir ese justo y legítimo homenaje a nuestros héroes y soldados ex combatientes como si fuese “el día de las Malvinas”.

Debemos saber que la dictadura que provocó aquella tragedia en la que murieron 649 argentinos se apuró, en su retirada del poder, por dejar firmados dos decretos ley: el que establecía una auto-amnistía para todos los militares acusados por delitos de lesa humanidad y el decreto que conmemoraba como “Día de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur” al 2 de abril. O sea. La dictadura intentaba licuar la tragedia desatada por ellos mismos como si fuese la conmemoración de un acto fundacional de la soberanía sobre nuestras Islas. Les faltó instaurar al “24 de marzo” como día de los Derechos Humanos.

A este propósito contribuyen, por ignorancia o por falta de conciencia patria, los gobiernos y dirigentes políticos que invitan a desfilar marcialmente cada 2 de Abril a muchos de los jefes militares que por impericia, por cobardía o simplemente por su esencia genocida provocaron la derrota más infame de nuestra historia, incluidos los tormentos a nuestros soldados.

Igual crítica les cabe a los municipios y gobiernos provinciales que sólo conmemoran nuestra soberanía en Malvinas reduciéndola al recuerdo de la guerra desatada por la dictadura. Agarren los libros que no muerden. La Causa Malvinas tiene los mismos años de la patria.

Fue el presidente Raúl Alfonsín el que enmendó este despropósito de la dictadura rescatando la Ley y el Decreto de Perón a través del Decreto 901/84 estableciéndose nuevamente que el 10 de Junio es el Día de la Reafirmación de nuestra Soberanía en las Islas Malvinas.

Recién en el año 2000 se sancionará la ley que establece al 2 de Abril como Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas. Un reconocimiento legítimo y justo.

Con este breve recorrido histórico quisimos poner en contexto real las fundamentaciones más cercanas de nuestro culto a la memoria en nuestra eterna lucha por la soberanía. A veces pareciera ser cierta aquella admonición de Rodolfo Walsh de que los pueblos, a diferencia de las oligarquías, parecemos no tener historia y siempre tenemos que empezar todo de cero. Y no es así.

Tenemos antecedentes de huellas de nuestra soberanía a lo largo de la historia de la patria. Desde la Primera Junta de Mayo reafirmando derechos y obligaciones sobre Malvinas, pasando por San Martín reclutando a prisioneros en Malvinas para su Ejército Liberador, hasta los vuelos a Malvinas de Miguel Fitzgerald y de Dardo Cabo y sus compañeros del Operativo Cóndor y la Resolución 2065 del gobierno de Arturo Illia en Naciones Unidas.

Desde la usurpación inglesa en 1833, todos tienen el común denominador de haber sido reclamos pacíficos, diplomáticos y simbólicos.

Contra esa tradición también apuntó la dictadura desembarcando en Malvinas.

La operación Malvinas fue el último intento de la dictadura por perpetuarse en el poder. Para ello usaron una causa nacional que tiene casi dos siglos de resistencia. No tuvieron coraje ni vergüenza. Sólo la tuvieron nuestros ex Combatientes y los héroes que regaron con su sangre la tierra de Malvinas.

Es un imperativo político de la democracia rescatar a los ninguneados y las ninguneadas por la “historia oficial” escrita sobre Malvinas. Rescatar a las Mujeres que participaron en la guerra y a lo largo de 200 años de presencia en nuestras Islas, es un imperativo. Rescatar a nuestros Gauchos y a nuestros indios acriollados que construyeron el primer pueblo en Malvinas, es un imperativo.

Hay que desmilitarizar la memoria, democratizando nuestras banderas de soberanía.

Y así como es una asignatura pendiente la reivindicación del Gaucho Antonio Rivero en vez de su carcelero inglés Fitz Roy, la de Scalabrini Ortiz en vez del colonialista británico Canning, también lo es un desfile popular que le dé el abrazo de bienvenida, que no le dimos como sociedad, a los soldados que volvieron de Malvinas.

Hay que imaginar ese desfile popular con escuelas, universidades, sindicatos, agrupaciones barriales, políticas, culturales, religiosas.

En definitiva, hay que disputar la memoria de esta nación inconclusa que somos, desde la democracia, la verdad, la paz, la justicia, la soberanía y el respeto inalienable a los derechos humanos.

Para eso sirve conocer la historia. La verdadera historia.

*** Jorge Giles  – Periodista y escritor. Su último libro publicado es «Mocasines, una memoria peronista», editado por la cooperativa Grupo Editorial del Sur (GES). Ex-director del Museo Malvinas.

 

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