FACEBOOK – WATSAPP: VIENE POR TODO Y HAY QUE COMENZAR A EMANCIPARSE

 

 

por Codehcom  ***


La modificación de los términos y condiciones para los usuarios de WhatsApp que busca imponer Facebook es parte  del plan para convertir a Facebook en el marketplace más grande del mundo. Cualquier persona podrá vender por esta plataforma y cobrar por WhatsApp. Facebook sería el mediador que garantiza que cada transacción entre particulares se cumpla.


Con más de 1.000.000.000 de usuarios en 180 países, WhatsApp es la aplicación de mensajería preferida de todo el mundo. A principios de año Facebook, propietaria de WhatsApp, anunció que va a combinar tres plataformas distintas de mensajería: Facebook Messenger, WhatsApp e Instagram, haciendo convergente los contenidos que circulan en cada una de modo de integrar los datos en una única plataforma para aplicar los métodos y modelos del Big data.

En tono coercitivo también informaba que a partir del 8 de febrero los usuarios de WhatsApp deberán aceptar las nuevas condiciones para el uso de ese servicio. Aquellos que no quieran que la red social tenga acceso a la información de WhatsApp tendrán que dejar de usar la aplicación, ya que aceptar los nuevos términos es condición obligatoria para utilizar esa aplicación.

Tal vez porque la actitud prepotente de Facebook se encontró con la gran migración de usuarios principalmente hacia Telegram y Signal, una semana después de comenzar a enviar el ultimátum la empresa de Menlo Park, California, prorrogó hasta el 15 de mayo la aplicación de sus nuevas condiciones.[i]

Los términos y condiciones establecen que a partir de mayo WhatsApp compartirá información personal del usuario con Facebook y otros servicios que maneja el grupo de Mark Zuckerberg. Las actualizaciones y su aceptación permite que el servicio de software recolecte contactos, datos comerciales cuando se usa Facebook e, inclusive, la IP, dirección geográfica del usuario, información sobre cómo el usuario interactúa con los demás, incluyendo empresas. Además, el texto de privacidad precisaba que recopilará información del usuario principal y de sus contactos o terceras personas.

Aunque WhatsApp es gratuito, los usuarios entregan sus datos de perfil y datos (textos, audios, imágenes y videos) del chat. Y este, como ciudadanos y consumidores, es el punto para reflexionar acerca de nuestros derechos y privacidades en el territorio digital ante las nuevas disposiciones de Whatsapp. Como dice Alfredo Moreno en su nota, en La privacidad de los datos ante la corporación Facebook es una oportunidad para que busquemos independencia, cuidemos nuestros datos y comencemos lentamente a emanciparnos. Arthur Messaud, abogado de La Quadrature du net[ii], asociación francesa que defiende a los usuarios de Internet, dijo que «si la única forma de rechazar (la modificación) es dejar de usar WhatsApp, entonces el consentimiento es forzado ya que el uso de datos personales es ilegal».

En su comunicado posponiendo la entrada en vigor de las nuevas condiciones, WhatsApp no acredita el problema de fondo, que es la violación sistemática de la privacidad de los usuarios y la recopilación de datos y su uso como mercancía, sino que lo adjudica a noticias falsas y la falta de compresión de las personas respecto a los cambios en la plataforma, lo que en sí ya es una noticia falsa.

Esta actualización no afectará a los usuarios europeos. Según un comunicado que Facebook difundió el pasado 8 de enero, no habría cambios en la «región europea», que cubre la Unión Europea y Reino Unido. Allí, Facebook, que compró WhatsApp a principios de 2014, está impedido de compartir información con sus otras empresas por el Reglamento General de Protección de Datos, votado por el parlamento europeo en el año 2016.

Modelo de negocios

El modelo de negocios de Facebook es la venta de publicidad y mientras más datos posea de los usuarios y de sus respectivos contactos, puede ofrecerlos a quien compra sus servicios de anuncios. La realidad no es que quieren espiar a los usuarios: eso ya lo hacen. Lo que ahora quieren es que los usuarios comercien con su moneda virtual y en su plataforma.

Hoy WhatsApp promociona que sus mensajes —texto, sonido, imágenes— están encriptados de extremo a extremo, lo que significa que nadie, ni ellos, puede acceder a los datos. Lo que no dice Facebook es que recopilan y sistematizan los llamados «metadatos»: quien manda el mensaje, a quien va dirigido, cuando se mandó, desde que dirección. Ahora, abusando de su posición dominante en el ecosistema de la mensajería, obliga a los usuarios a aceptar compartir mucha más información, como compras que el usuario haga en la plataforma, información financiera, su ubicación GPS, y otra serie de datos no relacionadas con la mensajería.

Como recuerdan los expertos,[iii] el modelo de negocios de Facebook es la venta de publicidad (de productos, de servicios, de anuncios, etc.) y mientras más datos tenga de los usuarios y de sus respectivos contactos, Facebook puede ofrecerlos a quien compra sus servicios de anuncios.

Facebook Inc., además de poseer la red social que lleva su nombre, es dueña de otra popular red social, Instagram, así como la empresa más popular de realidad virtual llamada Oculus. A medida que compra más empresas y decide fusionar las bases de datos de usuarios de cada una, la información que estaba fragmentada de cada usuario pasa a estar en un mismo lugar, agregando valiosos datos adicionales sobre sus preferencias de consumo, inclinaciones políticas, nuestras relaciones, gustos artísticos, etc. Obviamente, son perfiles mucho más afinados para que puedan brindar una publicidad mucho más personalizada. Mientras más personalizada la publicidad, es más efectiva y por lo tanto esos datos son más valiosos. Como ejemplo, cabe recordar la venta de datos que Facebook hizo a Cambridge Analytica, para influir sobre resultados de elecciones.

El plan de FacebookWhatsapp: quedarse con todo

Los expertos coinciden en señalar que el anuncio en el cambio de las políticas de privacidad tiene más de una explicación: ahora necesitan hacer público lo que han venido haciendo, porque ahora si habrá una conexión pública entre ambas redes sociales; y el plan es que Whatsapp se convierta en un wallet digital (cartera digital o cuenta digital) donde cada usuario podrá almacenar la nueva moneda digital de Facebook: el *≋DIEM* (antes publicitado, pero sin mayor éxito, como Libra). Una plataforma muy similar ya tiene años operando y creciendo en China con las empresas Alipay (pagos y servicios financieros desde el teléfono móvil) y Alibaba, el e-commerce chino (el más grande del mundo).

Así que Facebook pretende replicar un modelo similar en Occidente en el que WhatsApp sea la nueva cuenta universal con el nuevo dinero digital de Facebook: el *≋DIEM*. Es decir, la gran apuesta de Mark Zuckerberg es ir por todo, apoderarse del sistema financiero (operaciones con las tarjetas de crédito, PayPal y criptomonedas). Allí uno podrá convertir su dinero —pesos, dólares, euros— a *≋DIEMs* y almacenarlos en su cuenta de WhatsApp, podrá hacer pago de bienes y servicios entre empresas y personas, pagar en el supermercado o el Uber.

La otra parte del plan es que Facebook se convierta en el marketplace más grande del mundo. Vale decir, cualquier persona podrá vender por esta plataforma y cobrar por WhatsApp, Facebook será el mediador que se asegure que la promesa de cada transacción entre particulares se cumpla. Las empresas podrán anunciar sus productos, crear su tienda en Facebook y vender directo a los consumidores, compras en Facebook y pagas en WhatsApp. O sea, también van sobre Amazon, eBay y MercadoLibre.

Comenzar a emanciparse

Desde luego, existen otras aplicaciones con una importante cantidad de usuarios y de hecho, que han recibido una avalancha de nuevos usuarios y usuarias, por ejemplo Telegram y Signal, que son mucho más respetuosas con los datos del usuario y no los recopilan, comparten ni venden a cambio de dividendos, lo cual de ninguna manera significa que esta situación no cambie en el futuro.

Está en los usuarios decir en algún momento «esta práctica es abusiva» o «mi privacidad y la de todos mis contactos, tiene más valor que el uso gratuito de una aplicación». Lo que parece evidente es que en éste período de hiperconcentración y acumulaciones capitalistas de Occidente, esas plataformas de globales parecen ser más poderosas que los políticos, las constituciones nacionales y las leyes y hasta normas sociales y éticas.

Notas


[i] Enojados o temerosos de las grandes compañías de tecnología, muchos usuarios se han pasado a aplicaciones de comunicaciones encriptadas como Signal durante las últimas semanas. Al respecto, ver: Telegram y Signal reciben a millones de usuarios al aumentar la desconfianza hacia los gigantes tecnológicos

[ii] La Cuadratura de la red

[iii] Hay una amplia bibliografía al respecto. Entre otros: Datanomics. Todos lo datos personales que das sin darte cuenta y todo lo que las empresas hacen con ellos, de Paloma Llaneza; Los dueños de Internet y Guerras de Internet, de Natalia Zuazo; Big data y política, de Luciano Galup; El enemigo conoce el sistema de Marta Peirano; La jaula del confort. Big data, negocios, sociedad y neurociencia ¿Quién toma tus decisiones, de Esteban Magnani. También son recomendables La humanidad aumentada y La silicolonización del mundo de Eric Sadin y La revolución silenciosa. Cómo los algoritmos transforman el conocimiento, el trabajo, la opinión pública y la política sin hacer mucho ruido de Mercedes Bunz,

Nota de Redacción:

Esta nota fue redactada sobre la base de dos artículos: La privacidad de los datos ante la corporación Facebook, de Alfredo Moreno, y FacebookWhatsApp quiere quedarse con todo el mercado y negocio virtual , de Rubén Carnevale. Alfredo Moreno es Ingeniero en Tecnologías de la Información y Comunicación(TIC) en Arsat y profesor TIC en la Universidad Nacional de Moreno. Ricardo Carnevali es investigador del Observatorio en Comunicación y Democracia, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE), doctorando en Comunicación Estratégica.

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