El médico que atiende a Milagros en el hospital le desaconsejó ese lugar para su hija, por eso reclama una vivienda, «o los materiales para que podamos mejorar mi casita», expresa.
«Mis hijas merecen una casa donde estén protegidas»
«Esta mujer lleva muchos años en la precariedad, no es de ahora. Tuvo momentos mejores cuando podía trabajar; tenía una casita de machimbre, pero su ex marido -que tiene orden judicial de restricción- le prendió fuego y nunca pudo reconstruirla».
Alejandra, como su hija de 4 años, también tiene problemas de salud y trata de cuidarla como puede. «Esta mujer es una víctima por partida doble: de la violencia de su ex marido y de los Estados Municipal y Provincial que la violentan con el abandono y la desidia. Cuando uno constata cómo vive esta familia, no puede más que preguntarse qué función cumple en la práctica el Consejo Multisectorial de Políticas Sociales de la provincia, que igual que el Consejo Provincial de Discapacidad brillan por su ausencia ante estas necesidades que nos golpean», enfatizó Sereno.
El diputado del FPAyS ya inició las gestiones ante el Ministerio de Desarrollo Social y la Subsecretaría de Acción Social, para conseguir los materiales e insumos, y los militantes van a ayudar a construir una vivienda y un baño digno para Alejandra y sus hijas.
Secuelas de la violencia por ser mujer y pobre
Recordó que llegó a esa situación de carencia extrema después que el padre de sus hijas incendió la casa, y ellas se salvaron milagrosamente. «Nos quedamos acá porque no tenemos adonde ir, cuando llueve entra agua por todos lados. Las chicas no tienen camas; y para que no estén en la humedad, duermen en un colchón arriba de un hierro. La gente de la Municipalidad anduvo de visita y prometió ayudarme, pero no cumplieron», reclama.
Cuenta que hace tres años, personal de Yacyretá le explicó que le corresponde una casa nueva; «pero no me puedo ocupar especialmente de gestionar porque estoy en una pelea judicial con el papá de las chicas. Le pedí al Juzgado que le exija que me ayude con los alimentos; pero no hay solución por ahora. Todo el tiempo es como sufrir una doble violencia, de ese hombre que nos incendió la casa y de las autoridades que desatienden nuestra situación», reclamó la joven madre.