El regreso al aula requiere consensos cooperativos y aperturas políticas.
José Yorg
Ana María Ramírez Zarza
“Estamos en una época en que no se puede predecir el futuro, pero sí proyectar. Eso se llama política” Adriana Puiggrós.
Algunas ideas iniciales
Hablar de pedagogía cooperativa es comprender la necesidad de transformar la sociedad injusta, a la escuela, una conclusión racional y honrada a la que se llega actualmente ante la notable crisis educativa, crisis que involucra su baja calidad y sobre todo excluyente, prueba de ello son los ingentes esfuerzos que se hacen para revertirlos, pero, por imperio de su agotamiento ya no es posible estimularla, menos aun bajo la amenaza de la pandemia, sino más bien pensemos en reemplazarla por pedagogías humanistas, cooperativas.
En la sede de nuestra entidad TECNICOOP se desarrolló, precisamente, una reunión promovida por la legisladora Prof. Patricia Arguello, miembro de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados de la Provincia de Formosa, a fin de consultar nuestra visión cooperativa sobre el regreso al aula.
El contexto extremadamente difícil que enfrentamos por la pandemias requiere consensos cooperativos y aperturas políticas que permitan construir las mejores propuestas y sean un marco de seguridad educativa y de salud para nuestros educandos y los padres en el proceso de la vuelta a la escuela.
Rememoremos que los Pioneros de Rochdale en la Inglaterra del siglo XIX , ante las desigualdades que instauró el capitalismo industrial, hoy en el siglo XXI, no han desaparecido,al contrario, a tenor de las ciencias y tecnologias ,cabría decir que la desigualdad social está en alza.
Entonces, surge desde las propias cooperativas la educación que la refleja educativamente ,según nuestro criterio pedagógico, y, naturalmente, como aquella, posee el carácter contestatario y proponente de procesos de reciproca incidencia, en la medida que se avanza se mejora el espacio y el proceso de aprendizaje y mejora el estudiante.
La pedagogía cooperativa esencialmente plantea un proceso de intercambio positivo y benéfico, desde el punto de vista de recuperación de la condición humana, desbroza las bases de la mentalidad mercantilista, individualista y mezquina y se insinua ya una transformación social porque construye realaciones de co-operaración con herramientas de un sistema de valores y principios que finalmente reemplace al esqueña tradicional y burocrático establecido. Así es cómo se produce multilateralmente la transformación, dinámica y estimulante, por ello, ante el posible regreso al aula , los avances y desafíos de la pedagogía cooperativa son evidentes.
Tengamos en claro que, sin embargo, tales procesos benéficos y muy deseables, confronta hábitos y costumbres muy arraigados en las cabezas de docentes,quienes fueron inculcados en los institutos con métodos pedagógicos tradicionales liberales que luegon se vuelcan en los educandos como saberes individuales, inconexos entre sí.
¿Es posible educar y dar respuesta a los diversos intereses?
Afirman cada vez con más frecuencia que la educación liberal es una herramienta desigualadora y alienante.
Por otra, Gramsci y Freire afirman que la educación es un acto político y ético.
Desde la Facultad de Educación y Humanidades, Universidad del Bío-Bío (Chillán- Chile) la Mg. Carmen Gloria Jarpa en su artículo “Función política de la educación en el pensamiento de Antonio Gramsci”, señala que “Releer a Gramsci nos ayuda a entender el rol de la educación como acto político y el papel transformador del educador, en cuanto «intelectual orgánico». El filósofo italiano se basa en una profunda creencia en la capacidad humana de cambiar al mundo, por lo tanto, en la negación del determinismo histórico. Es un pensamiento que defiende un determinado proyecto de sociedad, que afirma la politicidad como carácter inherente a todo lo que es humano, que reconoce la legitimidad del saber popular, de la cultura popular, del buen sentido popular”.
Las escuelas enfrentan desafios y en especial los docentes, de construir Proyectos Estratégicos Institucionales inclusivos a traves de sus curriculas que den respuesta a las necesidades, que den respuestas conceptuales y procedimentales eficaces, he allí el llamado a los Ministerios de Educación, a que enfrenten ese principal desafío, superandolo para construir un sistema educativo que conlleve a la calidad e inclusón verdadera y no meramente proclamada, que sea adecuado a la realidad que requiere transformala y deje de ser una mercancia de los privilegiados.
Las escuelas con un curriculum cooperativo, los sabemos bien por imperio de nuestras propias experiencias, son escuelas inclusivas y abren la participación de la comunidad y ello no es poca cosa, dado que se concretiza el derecho a la educación, porque las toman en sus propias manos y transmutan en acciones que crean condiciones subjetivas orientadas a saber que no sólo es posible, sino que es imperativo la transformación social.
El advenimiento de nuevas sociedades,deseables despues de la tormenta de la pandemia, sustentadas en más justas realidades, fomentarán la cultura del esfuerzo propio y la ayuda mutua, son materia de la pedagogía cooperativa.
Pero, existe otro desafio que son verdaderos cercos para el avance de la pedagogía cooperativa, es la adecuación, la desidia, la claudicación y el conformismo, apatía social que se constata con frecuencia en vastos sectores empobrecidos, precarizados y marginales. El adormecimiento mental proveniente del “no se puede” que instalaron los sectores dominantes a través de los medios de comunicación ha sido efectiva, claro, hasta ahora, sin embargo, puede cambiar repentinamente.
Encontramos pertinente la conclusión a la que arriba Carmen Gloria Jarpa al señalar que“En efecto, para poder reinstalar la idea de una educación que forme personas y ciudadanos autónomos, solidarios, creativos, reflexivos y críticos, se requiere de educadores que, en su condición de intelectuales orgánicos, realicen un ejercicio de su práctica pedagógica orientada a generar las condiciones necesarias para la elevación de la conciencia social, ética y política de los educandos”.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!