CARTA ABIERTA A PROGRES FUERA DE FOCO, LIBERTARIOS Y NEOLIBERALES

 
Por Carlos Andrés Ortiz   ***
Preguntas que nunca responden, hechas a ciertos sectores sociales, genialmente definidos como “chetoslovacos”, con sus entusiastas claques de “clasemedieros con pretensiones” (Jauretche los llamó “tilingos”, que se creen pares de los oligarcas grandes estancieros, siendo que la única tierra que tienen es la de cuatro o cinco macetas en su patio embaldosado), y “revolucionarios” varios que son usados por los centros del poder mundial, y que muchas veces apoyan a los sectores ultra conservadores y oligarcas más recalcitrantes,,,o se son muy funcionales.

Señalo seguidamente algunas de las muchas aberraciones que perpetraron los neoliberales “autóctonos”, y de las que no se hacen cargo.
Los llamo “autóctonos” pues no demuestran ser argentinos, por ser cipayos asumidos, y por ende apátridas.

Apoyan a los que desguazaron el Instituto Malbrán, echando a la calle a muchos de sus calificados profesionales y quitándole presupuesto (es el ente científico más prestigioso de Argentina en temas epidemiológicos…claro que a los elitistas neoliberales, la gente común no les importa).
Desfinanciaron al CONICET, ente tecnológico muy reconocido.
Dejaron 5 hospitales sin terminar en el Gran Buenos Aires, pretendiendo excusarse en que “no eran necesarios”, despreciando visceralmente los pobres.
Cancelaron el gasoducto a Misiones y Corrientes, sin motivo válido alguno, burlándose de las necesidades sociales y económicas de estas dos provincias, sin importarles nada el desarrollo nacional.
Frenaron las construcciones de autovías y rutas pavimentadas, haciendo parodias de inauguraciones de minúsculos tramos, presentándolos como “grandes obras”.

Achicaron Aerolíneas Argentinas buscando su desguace, con claro desprecio a la soberanía y a las necesidades estratégicas nacionales.
Aumentaron brutalmente las tarifas de servicios públicos, con todas las recaudaciones adicionales para los accionistas y casi nulas inversiones, deteriorando los servicios y no cubriendo las crecientes necesidades nacionales.

Consumaron negociados mafiosos en todas las áreas, con premeditación y alevosía, operando con estulticia y con la abierta desenvoltura de los que se creen impunes totales.

Destrozaron la industria argentina, subordinados a los dictados extranjeros que mandan una economía forzosamente primarizada y subdesarrollada, con las complicidades de las oligarquías locales, siempre egoístas y apátridas.

Atacaron todos los entes tecnológicos o directamente los desguazaron; procediendo con soberbia y alevosía, buscando reimplantar el vetusto país – estancia, hoy totalmente inviable y solo apto para deformar un país feudal, con trabajo mal pago para no más de 10 millones de argentinos.
Multiplicaron los desocupados, los pobres y los indigentes, burlándose de las necesidades del pueblo, buscando llevar los salarios a niveles de miserabilidad brutal.
Nos endeudaron en forma sideral, como nunca lo estuvimos, con el doble propósito de alimentar la brutal fuga de divisas, y para condicionarnos como paso previo a la disolución nacional.
Pisotearon vilmente la soberanía argentina… claro que ese “temita” de la soberanía, a los “ciudadanos del mundo” no les importa. Y el listado sigue.
 

Como si no fuera excesivamente perverso el accionar de los neoliberales, con sus usinas de divulgación masiva; hace relativamente poco tiempo surgieron nuevas versiones del neoliberalismo, muy recargado, ahora rebautizado como “libertarismo”, con varias variantes.
Sus edulcorados discursos, con pegadizos planteos de dudosa o nula sustentación real, propugnan una eliminación casi total de los impuestos, atacando con saña muy maliciosa los imprescindibles roles del Estado, al que virtualmente buscan hacer desaparecer.
Dicen sentirse “oprimidos” por el Estado, pero omiten razonar cuanto de protección social y económica les brinda el accionar estatal inclusivo, con sentido de Lo Nacional. Claro que los libertarios, desprecian la soberanía.
No se detienen a pensar, que hubiera pasado, si hoy estuviéramos gobernados por “entusiastas del mercado”,
como sucede en los países en los que se prioriza excluyentemente la economía, en vez de la salud del pueblo.
Sus entusiastas adherentes, compran el discurso fácil de “yo vivo de mi trabajo”, siendo muchos de ellos pequeños cuentapropistas o incluso alguno que otro empleado…incluso estatal; olvidando que la prosperidad del cuentapropista está atada a la prosperidad general, la cual es siempre severamente afectada cuando se imponen gobiernos de corte neoliberal (muy afines al “libertarismo”)

Tampoco suelen tener en cuenta que incluso para los servicios básicos de salud, seguridad y educación pública, el rol del Estado (al que desprecian o incluso aborrecen), es esencial. Y no tienen en cuenta las enormes diferencias de contar o no con un hospital de alta complejidad, bien equipado y atendido, en las cercanías, ni analizan los beneficios potenciales e incluso concretos, emanados de esas inversiones del Estado.
Menos aun tienen en cuenta el accionar insustituible del Estado, en la creación y funcionamiento de entes tecnológicos, los cuales tienen elevados efectos multiplicadores en la economía nacional toda; por caso en los estratégicos sectores nuclear, satelital, ciencia médica, etc.

Por regla general, los libertarios se consideran ciudadanos del mundo, no teniendo en cuenta la enorme importancia de estar protegidos por el Estado Nacional, lo cual no sucede en países débiles, sin un Estado fuerte e inclusivo.

Capítulo aparte, es el de los “progres”, que los hay de distintas variantes; pero por lo general, salvo los que sinceramente adhieren al Pensamiento Nacional (como en su momento lo hizo Jorge Abelardo Ramos), suelen ser repetidores de conceptos, frases hechas y neo ideologías impuestas desde los centros del poder globalizante mundial, con lo que terminan operando en contra del propio país, y a favor del “sistema” al cual dicen aborrecer.

Los hay de distintos tipos, neomarxistas que se suben a “neocolectivos” siempre revoltosos cuando no revulsivos, sin importarles mucho las fundamentaciones, de las que suelen ser escasos; los troskos (tipo Del Caño), siempre de seños adustos y miradas torvas, opuestos a todo y siendo con ello funcionales al establishment al cual dicen aborrecer; los anarquistas varios y anarco gorilas, que no difieren mucho de los troskos; y los “sesudos” revolucionarios de café, que suelen ser personas con mucho tiempo disponible y muy pocas energías para hacer aportes positivos a la sociedad, estos últimos por lo general adherentes rabiosos de “nuevas causas”, de dudosa fundamentación, como ultras del ecologismo, indigenismo, derecho humanismo, feministas odiadores, abortistas, ateístas militantes, etc.

Esto de las “progresías” es tan denso y extenso, que ameritaría uno o más artículos, de mediana o gran extensión.
 
Carlos Andrés Ortiz

Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

 

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